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Pochtecas


Enviado por   •  27 de Agosto de 2013  •  2.325 Palabras (10 Páginas)  •  585 Visitas

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¿QUIÉNES ERAN?

Los pochtecas eran un gremio de comerciantes viajeros que operaron durante la época del Imperio azteca. Eran gente sumamente polémica en la sociedad de su época, ya que no solo eran comerciantes, sino también espías del mismisímo tlatoani; sin mencionar de que eran una sociedad de alto prestigio que se distinguía de los mercaderes comunes o tlacemananqui.

Jerarquia que ocupaban

LOS POCHTECAS Y LOS GUERREROS.

Los pochtecas llegaron a tener gran poderío, no sólo económico y político, sino hasta militar. A tal punto que en su momento se llegaron a enfrentar con el Tlatócan de Tenochtitlán, pero fueron derrotados y castigados. Por la ideología del culto a la materia se fortalecieron y acentuaron dos actividades que nunca en el Anáhuac habían tenido gran relevancia, la del guerrero y la del comerciante.

Fue tanto el impulso y crecimiento que tuvieron los comerciantes y el comercio que, durante siete mil cuatrocientos años de desarrollo humano de la civilización del Anáhuac, llegando a tener grandes avances en la ciencia, las artes y la filosofía, pero nunca necesitaron crear la moneda. Fue con el poderío y expansión de los mexicas y el comercio, que un poco antes de la invasión europea se comenzó en el Anáhuac a crear las primeras formas de moneda, con el cacao y artículos de cobre. Esto no demuestra incapacidad, lo que demuestra es que los Viejos Abuelos no fundamentaron su civilización y el desarrollo humano en el comercio y en el consumo, por eso durante miles de años no necesitaron inventar la moneda. Sin embargo, por las modificaciones ideológicas que realizaron los mexicas a la herencia de sabiduría tolteca, la milenaria tradición espiritual del Anáhuac empezó a sufrir severas transformaciones, como la guerra, el comercio, la moneda y la propiedad privada.

“En la época que estudiamos se manifiesta una evolución significativa. Aunque teóricamente la propiedad privada sigue siendo colectiva, de hecho las tierras asignadas en usufructo a un tecuhtlli, son transmitidas por él a sus descendientes. Entonces pasan a ser pillalli, “tierras de pilli” ; es decir que los hijos de los dignatarios, que ya por su nacimiento tienen derecho preferentemente a los altos puestos, se benefician además de los productos heredados. Un dominio privado se construye a expensas de un dominio público. Forzaríamos la palabra si dijéramos que el emperador y los dignatarios eran grandes propietarios de bienes inmuebles: en efecto, subiste la idea de que la colectividad tiene el derecho principal. Pero nos equivocaríamos igualmente si afirmáramos que este derecho era el único reconocido en la práctica.

La sociedad mexicana estaba en plena transición y la apropiación privada de la tierra afloraba, por decirlo así, a cada instante; las costumbres y los hábitos vigentes se alejaban cada vez más de la tradición.” (Jacques Soustelle. 1955)

Este punto es muy importante, pues si tomamos en cuenta lo que ya se ha dicho con anterioridad con respecto a las armas, vemos que la civilización del Anáhuac no fundamentó su expansión y desarrollo humano, ni en las armas ni en el comercio durante los períodos Preclásico y Clásico, y que las transformaciones de la antigua tradición se dieron menos de un siglo antes de la llegada de los invasores españoles.

La cultura occidental precisamente encuentra en el desarrollo de las armas, la expansión del comercio y la propiedad privada, las razones fundamentales para iniciar la conquista del mundo. Hasta nuestros días, la tecnología militar y los intereses comerciales siguen llevando a la cultura occidental a someter a otras culturas y países. La obsesión de destruir las formas propias y antiguas de organización de los pueblos e imponer “la democracia partidista”, para fragmentar y debilitar a la sociedad, abrir los mercados, imponer la libre empresa y ponderar la iniciativa privada sobre el bien común, caracterizó a Inglaterra en el siglo XIX y a Estados Unidos en el siglo XX y lo que va del XXI. La cultura occidental se sustenta en las armas, el comercio y la propiedad privada.

“Organizaban y dirigían las caravanas de cargadores que, desde el valle central, llegaban a las provincias lejanas, semifabulosas, de la costa del Golfo de México y del océano Pacífico. Vendían en esos países los productos de México: telas, mantas de piel de conejo, vestidos de lujo, joyas de oro, orejeras de obsidiana y de cobre, cuchillos de obsidiana, tinturas de cochinilla, hierbas medicinales o para hacer perfume; de allá traían artículos de lujo: el chalchihuitl, jade verde, transparente, las esmeraldas, quetzalittli, los caracoles marinos, las conchas de tortuga de mar con las que hacían las paletas para preparar el cacao, las pieles de jaguar y de puma, el ámbar, las plumas de papagayo, de quetzal, de xiuhtototl. Su comercio consistía, pues, en exportar los productos manufacturados y en importar artículos exóticos de lujo.” (Jacques Soustelle. 1955)

El guerrero mexica fue la base material del poderío azteca y el Pochteca su espía y explorador. Los hombres se dedicaron en mayor medida a la guerra, en virtud de que el Estado recibía por medio de los tributos: alimentos, textiles, materias primas, armas, artículos suntuarios, esclavos. La guerra permitía al mexica tener acceso a la riqueza y fundamentalmente al honor y asenso en la escala social. Nunca dejaron de ser agricultores y artesanos, pero la guerra empezó a ocupar la mayor parte del tiempo y de su energía, lo mismo que el comercio. La sociedad mexica se convirtió en una sociedad militarizada muy bien organizada y los mercados o tianguis llegaron a tener increíbles dimensiones. Un formidable cuerpo de guerra que sometía a los pequeños e independientes señoríos. Una poderosa institución de comerciantes, con características de tipo militar, igual que la de los guerreros jaguar o águilas. Los mexicas a pesar de haber recibido formidables derrotas por parte de los purépechas, tlaxcaltecas y cholultecas, entre otros, fueron casi invencibles, especialmente por la organización que tenían con los demás señoríos a quienes fueron incorporando en calidad de “aliados” después de haberlos vencido y la extraordinaria red de información que tenían a través de los pochtecas o comerciantes.

Es importante señalar que la guerra y las armas para la civilización del Anáhuac, nada tenían que ver con la concepción europea. La guerra era una actividad para “tomar cautivos para alimentar al Quinto Sol”. El objetivo de la guerra en el Período Postclásico no era matar, destruir o arrasar. Las guerras se pactaban entre mensajeros. Se acordaba el día, el lugar y el número

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