Popol Vuh. LOS GEMELOS HUNAHPÚ E IXBALANQUÉ

POPOL VUH

“Aquí comenzaremos la antigua historia llamada Quiché. Aquí escribiremos, comenzaremos el antiguo relato del principio, del origen, de todo lo que hicieron en la ciudad Quiché los hombres de las tribus Quiché.” (Popol Vuh)

Mágico, irrepetible e interesante. Este libro nos deja relucir nuestra imaginación con su texto  tan supremo, enganchando nuestro interés por hacernos conocedores de un pueblo con secretos por contar, con ese lenguaje lleno de huecos por rellenar que  te deja un sabor difícil de olvidar.

La comunicación con la creación es evidentemente fuerte e importante. Los Dioses: los Constructores, los Formadores, los Procreadores, los Engendradores; sus nombres: Maestro Mago del Alba, Maestro Mago del Día [Gran Cerdo del Alba], Gran Tapir del Alba, Dominadores, Poderosos del Cielo, Espíritus de los Lagos, Espíritus del Mar, Los de la Verde Jadeita, Los de la Verde Copa, Abuela, Abuelo, Antiguo Secreto, Antigua Ocultadora, Guarda Secreto, Ocultadora, Abuela [que forma parte] de la Pareja [Mágica de Abuelos], Abuelo de la misma pareja. Así está dicho en la historia Quiché todo lo que ellos dijeron, lo que ellos hicieron, en el alba de la vida, en el alba de la historia.

Antes de que existiese vida, antes de que existiese cielo y tierra, mares y montañas, antes de eso existía el verbo, que permitió la gran unificación del todo y la nada, de donde vino la verdadera vida.

Existe una gran insistencia por parte de los creadores, los engendradores en escuchar la invocación de sus nombres en labios de los procreados, pero su primer intento es fallido. Se les encuentra preocupados, sin comprender cómo es qué esta creación no puede pronunciar sus nombres; cómo es qué podrán existir si nadie sabe de ellos.

Varios intentos, varias creaciones, algunas aborrecidas y nefastas y otras perfectas a ojos de los grandes Dioses haciendo referencia a la gran magnificencia de aquellos que tienen el poder de dar vida. Es evidente que estos Dioses no podían existir sin un ser con un intelecto (similar al de los engendradores) de aquí su gran realce y orgullo por la perfecta creación última.

LOS GEMELOS HUNAHPÚ E IXBALANQUÉ

Continuando hacia la creación pura, nos encontramos con unos de los principales héroes de esta gran historia, los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué, que nacidos de la saliva de un árbol situado en el juego de pelota, se aventurarán hacia Xibalbá, dónde serán testigos del poder y la magnificencia de los grandes Dioses del inframundo. Dispuestos a derrotarlos y vengar la muerte de sus padres, se glorían de su astucia en sobrepasar las pruebas del camino, creando así una gran leyenda sobre su inteligencia y misteriosa suerte. Pero lo que por un momento era nada más que grandeza, sin previo aviso se convirtió en un final amargo.  La prueba última le costó la vida a Hunahpú, ya que antes de salir el sol, éste había muerto a manos de Camazotz en la casa de los murciélagos. Al final, los dos hermanos mueren, pero se les ve revividos y derrotan a los gobernantes del mundo bajo.

Estos dos representan el equilibrio perfecto; el orden y la armonía.   No sólo sus características físicas son semejantes, sino que sus comportamientos son tan iguales  que crean una fusión de personalidades difíciles de separar.

Pareciese que el destino de estos dos está ya escrito. Ya después de las duras pruebas, los dos hermanos logran derrotar a los Dioses de la muerte y así preparan al mundo para el hombre de maíz.

Un punto interesante que no puede pasar desapercibido es la figura arbórea que es presentada en distintas partes del libro. (Ejemplo: Nacimiento de los gemelos)

Se puede entender que el árbol, visto de manera mística y simbólica, se define como: “La vida del cosmos, su densidad, crecimiento, regeneración, vida inagotable, equivalente a la inmortalidad (…) el centro del mundo” (Diccionario de símbolos).

...