Por Un Progreso Incluyente

uito. 28 ene 99. (Editorial) Uno de los últimos libros de ensayo

del autor mexicano Carlos Fuentes lleva el nombre de este artículo.

Tanto o más que novelista, pensador de Latinoamérica, controvertido

y respetado a la vez, Fuentes ha proyectado el gran aporte de sus

ideas hacia la región desde su ininterrumpida y ya larga reflexión

sobre la realidad mexicana. Sin embargo, es la primera vez que se

detiene ampliamente en el tema de la educación y su vínculo con el

progreso, el cual considera insoslayable en este final de siglo.

La obra está estructurada en dieciséis segmentos, cuya nominación

anima al lector, por infringir las formalidades del tema que

podrían suponerse frías o escuetas: "Mi abuela materna". "La

crítica gruyere", "Las olas de la laguna, unas vienen, otras van",

etc. Los motivos desencadenantes del tema en su desarrollo son tres

preguntas básicas planteadas al inicio y que se refieren a

Latinoamérica, en general, y a México, en particular:

- "¿Puede la educación estar ausente de un proceso nacional que

conjugue pacíficamente, las exigencias del cambio y de la

tradición?"

- ¿(Puede Latinoamérica) "puede México estar ausente del proceso

mundial de la educación que ha convertido a esta en base de un

nuevo tipo de progreso veloz, global e inmisericorde con los que se

quedan atrás?".

- Aunque se progrese en mayor o menor grado, ¿puede un país del

tercer mundo integrarse a la revolución global "sin resolver los

problemas de la propia educación local, de la alimentación y el

trabajo para sus grandes mayorías?".

Para llegar a las respuestas, Fuentes parte, una vez más, de la

revisión ideológica de la Revolución Mexicana que desarrolló una

vinculación entre cultura y progreso: "la revolución contra Díaz y

los

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