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Porfiriato


Enviado por   •  19 de Febrero de 2015  •  10.578 Palabras (43 Páginas)  •  273 Visitas

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HISTORIA Y OLVIDO: LA HISTORIOGRAFÍA SOBRE EL PORFIRIATO

Arnaldo Moya Gutiérrez

RESUMEN

Recibido 30 de abril de 2007

Aceptado 7 de junio de 2007

La dictadura de Porfirio Díaz o Porfiriato hizo que se derramaran caudales de tinta entre sus defensores y sus detractores. En este artículo revisamos la historiografía que aborda este problema en tres vertientes: los autores contemporáneos al régimen, la rehabilitación histórica del régimen propiciada por estudiosos mexicanos y extranjeros que acontece después de 1950 y el debate contemporáneo que se inicia en la década de los 1980’s.

Palabras clave: Porfiriato, historia, historiografía, poder, legitimidad, nacionalismo

Abstract

This paper studies Porfirian Age historiography in three venues: authors who lived through the regime; after 1950’s revision and contemporary debate. I argue that Mexican modernity is a product of Porfiriato and not of the Mexican Revolution

Keywords: Porfirian Age, history, historiography, power, legitimacy, nationalism.

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El Porfiriato fue un régimen de facto, de acusado carácter personalista y autoritario legitimado por el expediente electoral, al menos en 8 ocasiones. Porfirio Díaz permaneció en el poder entre 1877 y 1911, con sólo una interrupción entre 1880 y 1884. El señor Porfirio Díaz fue a una primera elección en 1877, y a una segunda reelección en 1884. Posteriormente con la complicidad de las cámaras, de la prensa oficial y de una camarilla de incondicionales y con la importante ausencia de un organismo electoral competente fue reelegido durante 6 veces consecutivas. Para sus defensores el régimen dio pábulo al México moderno en su más amplia acepción, aunque sus detractores lo describen como un régimen sanguinario que se erigió sobre el sacrificio de las libertades públicas y la censura impuesta por la coerción más descarnada a cualquier intento de disidencia. En este sentido la historia oficial que se trama después de la revolución de 1910 se ampara, ostensiblemente, en los argumentos expuestos por los detractores del régimen. A partir de entonces surge una “ideología oficializante” que denigra a Díaz y a sus colaboradores presentándolos como una camarilla corrupta que se había hecho con el poder con el único fin de usufructuar los beneficios económicos que les deparaba la instauración del México moderno. Esta situación se exponía, al menos, en el caso de utilizar al régimen como el referente ante el cual estalla la Revolución de 1910. Pero, en el peor de los casos al régimen de Díaz sólo le cabía la ignominia y el olvido histórico deliberado. Este lastre arrastrado por el Porfiriato ha pesado hasta nuestros días y ha penetrado hasta la médula del imaginario social de los mexicanos. Amparados en esta estructura, hasta hace muy poco tiempo, los temas dignos de ser investigados eran los relacionados con la Revolución de 1910 y afines. Como veremos infra la crítica a esta situación fue tanto interna como externa y el saldo positivo fue la asunción de nuevas temáticas que rescataban al Porfiriato, como periodo histórico, desde ángulos diversos.

1. El debate sobre la historia del poder en la América Latina

La historia política renovada se ha interesado por las ideas y los imaginarios, por las prácticas políticas y culturales, por los atributos que constituyen a la nación, por el nacionalismo, por el panteón heroico y hasta por la arquitectura y los monumentos que exaltan a la república liberal decimonónica. Debemos agregar que la historia política que explora nuevos derroteros también incorpora en su itinerario nuevas preocupaciones, nuevas fuentes y problemas que tradicionalmente no se extendían al campo de estudio del historiador. El debate contemporáneo no es ni viejo ni nuevo, pero con la asunción de nuevos problemas de investigación los vínculos de la historia del poder con la historia cultural y con la de los imaginarios sociales nos aproxima, ostensiblemente, a la síntesis histórica. El punto de partida de este debate es el referente que ofrecieron las revoluciones de Independencia en Hispanoamérica. Referente compartido en especial por aquellas colonias que conocieron la lucha armada que animó sus procesos independentistas.

John Lynch, en Las revoluciones hispanoamericanas 1808-1826 (Lynch, J., 1983) analiza los cambios estructurales que acontecen en la América del Antiguo Régimen. Las revoluciones de Independencia son la culminación de un largo proceso de enajenación en el cual Hispanoamérica se dio cuenta de su propia identidad, tomó conciencia de su cultura, se hizo celosa de sus recursos (Lynch, 1983, p. 9). La respuesta americana es la denuncia del criollo ante la falta de oportunidades y el ardid del peninsular que ha monopolizado la administración civil y la eclesiástica. Lynch fue pionero en la reinterpretación de las revoluciones hispanoamericanas y abrió una discusión auténticamente americana en torno al tránsito del Antiguo Régimen a la “nueva sociedad”. Esta temática es abordada por François Xavier Guerra en Modernidad e independencias (Guerra, F.X., 2001). El autor señala que muchas de las novedades habían ido surgiendo a lo largo del siglo XVIII en grupos restringidos de hombres agrupados en nuevas formas de sociabilidad. Lo radicalmente nuevo es la creación de una escena pública […] Triunfa entonces una nueva legitimidad, la de la nación o la del pueblo soberano en oposición a la soberanía real (Guerra, F,X., 2001, p.13). En los “salones”, tertulias, academias, logias masónicas, sociedades económicas, etc., nace la opinión pública moderna, producto de la discusión y del consenso de sus miembros (Guerra, F.X., 2001, pp.13 y 23., y Sabato, H., 1999, p. 53). En Hispanoamérica prevalecieron dos de las formas que adoptaban las sociabilidades modernas: las tertulias y las sociedades patrióticas, pero estas nuevas sociabilidades chocan a menudo con las solidaridades internas de grupos informales estructurados por el parentesco o la amistad (Guerra, F.X., 2001, pp. 92-95). He aquí el origen de las fuertes redes de parentesco y clientelismo político que se traman con fuerza en las sociedades hispanas del siglo XIX. La extensión de estos lazos tradicionales explican tanto la Argentina de Rosas como el México de Porfirio Díaz. El Porfiriato se erige y se consolida merced a estas redes. ¿Cómo explicar el siglo XIX latinoamericano sin reparar en las grandes mutaciones que hicieron

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