Positivismo

En este texto la autora propone una mirada diferente de la línea de pensamiento positivista, intenta reivindicar sus posicionamientos teóricos, así como sus pensadores, teniendo especial cuidado con los aportes realizados por ellos al ejercicio educativo y a la pedagogía en general.

La filosofía y la educación positivista.

Perelstein (1952) señala que se ha vulgarizado el positivismo enmarcándolo en un contexto cientificista, materialista, utilitario. Siendo este un movimiento intelectual amplio de fines de siglo XIX, que pretendió una renovación filosófica, acompañada de una regeneración social.

La “filosofía positivista” es originaria de Claude Henri Saint Simón (1760-1825) y Augusto Comte (1798-1857), reformulado por Herbert Spencer (1820-1903), de allí se expande a América y Asia. Definida por Leszek Kolakowski (1988) como un conjunto de reglamentaciones que rigen el ser humano y que tiende a reservar el nombre de ciencia a las operaciones observables en la evolución de las ciencias modernas de la naturaleza.

Plantea cuatro reglas para distinguir las cosas que merecen reflexión:

1. Rechazar la diferencia entre esencia y fenómeno. La diferencia entre materia y espíritu es superflua.

2. Reconocer que en el mundo no hay nada general, sino objetos particulares y limitados.

3. Negar valor cognoscitivo a los juicios de valor y a los enunciados normativos, porque no son dados por la experiencia, no negando la moral como componente social.

4. Plantea la unidad fundamental del método de la ciencia.

Comte, plantea el punto de partida de esta filosofía en tres estadios el teológico, donde la inteligencia humana busca el origen de las cosas,” conocimientos absolutos; Lo metafísico, es el papel de transición al positivismo desde lo ontológico; el ultimo estadio el positivo es la subordinación de la imaginación a la observación, no desapareciendo esta su tarea es crear o perfeccionar los medios de relación de los fenómenos. Porque nuestros conocimientos son productos no solo individuales sino sobre todo sociales, que resultan de una actividad colectiva y continua, estando sujetos a la revisión y el perfeccionamiento.

Señala que no todas las ramas de la ciencia han alcanzado los mismos desarrollos, determina la jerarquía de cada ciencia; desconoce la sicología como ciencia en su lugar posesiona la sociología como una física social en la que se puede aplicar el mismo método de las ciencias naturales.

Afirma: el positivismo debe mostrar que es “la única solución intelectual” para la inmensa crisis política y moral que se ha operado desde hace medio siglo en Europa Y Francia.

En esta segunda etapa Comte no busca destruir la religión en su totalidad, ya que la considera el cimiento indispensable de la humanidad. Admira al catolicismo como la religión de la humanidad, que debe depurar sus creencias teológicas supersticiosas, conservando su potencia unificadora presente en sus ritos, ceremonias, sacramentos, los dogmas de la nueva fe, etc.

Necesitaremos un ángel de guarda positivo, cuyo papel será asumido por las mujeres.

“Construiremos igualmente templos positivos que, funcionando según las reglas científicas, serán todos idénticos. La autoridad mas alta será el Papa, quien compartirá el poder con autoridades profanas positivas” (Comte1980/1985)

Spencer aborda la evolución tomando ejemplos de la biología, la psicología, la sociología y la ética. Se evoluciona de una homogeneidad indefinida e incoherente a una heterogeneidad definida y coherente, tendiendo a una armonía y perfección crecientes. Va a pensar la sociedad como una continuación de la evolución cósmica y biológica. La sociedad se desarrolla según las leyes naturales y no es el producto de voluntades artificiales.

La ética de Spencer sostiene que la moral también esta incluida en las leyes naturales y su único fundamentos la ley de supervivencia de los mas aptos” la lucha por la existencia y su consecuencia la eliminación de los mas débiles son leyes reales y deben ser aceptadas como una norma (Kolakowski, 1988).

La educación en la propuesta educativa.

Como ya se había mencionado el positivismo no fue solo una escuela filosófica, este se proponía una reforma social global. Construida desde la herencia de las utopías de inicios del siglo XIX, que alentaba a todas las esferas sociales al desarrollo, al perfeccionamiento. Spencer plantea una reconciliación entre ciencia y religión, exponiendo que no es posible conocer los límites de lo desconocido.

Comte y su rival Víctor Cousin, se proponen construir un nuevo credo, señala que es necesario erradicar la enseñanza literaria y teológica, que produce ambiciones exorbitadas en el pueblo; su concepción social suponen necesariamente la existencia de dos clases: los empresarios pocos y con recursos quienes organizan la sociedad; y los proletarios, quienes luchan y están en contra de la Naturaleza. Es a ellos que esta enfocada la educación positiva, en tanto dominio de las leyes naturales y adquisición del sentido del orden, garantizando la obediencia y sumisión de las multitudes populares. Pide que le dejen a la escuela positiva predicar libremente su credo ya que están preocupados por

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