Postura De Paraguay Frente UNASUR

Sensata posición de la diplomacia paraguaya

Fue correcta la decisión del Gobierno, representado por su canciller, Eladio Loizaga, de no integrar la delegación de cancilleres de la Unasur que fue a Caracas a “contribuir al diálogo de los venezolanos”, en razón de que la directiva del bloque no se tomó la molestia de responderle una solicitud de ampliación de la agenda a ser llevada a aquella capital, para que las reuniones se realicen con todos los sectores y no solamente con la gente del “cuate” Maduro, propuesta que más tarde fue aceptada. La posición paraguaya no debe variar ni aflojar. No pertenecemos a ese club de gobernantes que hace lo que se le antoja, como ocurrió en Asunción en junio de 2012. Nuestra condición de país pequeño y mediterráneo no debe ser un motivo que nos atemorice y nos induzca a convertirnos en mansos y sumisos a las órdenes de los regímenes poderosos y ricos del “club”. Debemos mantener nuestra autonomía y dignidad frente a ellos.La delegación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se constituyó en estos días en Caracas con la finalidad de “contribuir al diálogo entre los venezolanos”, y allí escuchar a los sectores en pugna, bien pudo ser un mero acto teatral para la mayoría de los representantes que se dieron cita allí. Esto, habida cuenta de la inocultable simpatía que sienten por el régimen chavista y de los buenos negocios que hacen vendiéndoles productos a ese desquiciado país, que tiene su aparato productivo poco menos que paralizado debido a las pésimas medidas que el régimen bolivariano viene tomando en materia económica y política, así como el despilfarro de sus rentas petroleras en locas aventuras de financiación de candidaturas electorales, subsidio a organizaciones partidarias y sociales en casi toda América Latina, así como en la carrera armamentista que emprendió Chávez y que le somete a Venezuela y a su pueblo a deudas externas monstruosas. De los siete países que enviaron a sus cancilleres, uno solo (Colombia) no forma parte del “club” de gobiernos que se declaran ideológicamente afines con el chavismo y hacen buenos negocios con él. Es harto dudoso que los voceros de esos gobiernos hayan despertado algún tipo de confianza entre los sectores que se hallan protestando contra el régimen cada vez más dictatorial de Nicolás Maduro. Los venezolanos han de recordar cómo varios de esos cancilleres vinieron a Asunción a patotear, en junio de 2012, aprobando desvergonzadamente que el propio Maduro, sentado en el Palacio de López, llamara a los militares a levantarse contra la decisión del Congreso paraguayo de destituir a su amigo Fernando Lugo.Ahora las cosas se dan a la inversa, ya que es Maduro el que se queja lastimeramente de que la oposición quiere derrocarlo y se declara víctima de malignas conspiraciones. Su régimen ya cosechó más de 30 personas muertas en actos de represión de las manifestaciones y casi

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