Presidente Jose Lopez Portillo

José López Portillo

El país, después de la violencia por la cual había sido azotado en los últimos años necesitaba tranquilidad y estabilidad pacífica, José López Portillo prometió eso y muchas cosas más, pero al final de su sexenio el país quedó devastado económicamente.

Autodenominándose un hombre con distintos talentos como artísticos y deportivos, López Portillo, así llegó a la presidencia, además de resultar buen actor, al llorar ante la tragedia de la pobreza en el país. Asimismo, no mostró diferencia alguna a otros presidentes al momento de favorecer a sus familias y amigos, otorgándoles cargos públicos a sus hijos, hermana, compañeros y hasta a su amante.

Como herencia de los sexenios anteriores José López Portillo tuvo la crisis económica, viéndose presionado, pero con la única salida posible, recurrió al Fondo Monetario Internacional. Las consecuencias fueron caras, pues abría topes salariales, costos más elevados en los productos, devaluaciones descontroladas.

Ingenuamente el abanderado quería buscar refugio económico en el petróleo mexicano, se creía en abundancia del petróleo. La cual si había pero se abusó de ella. Se pidió ayuda en el extranjero para sacar el petróleo, el trabajo se hizo, pero el dinero del petróleo siempre se quedó entre la gente rica.

Después de esas acciones vistas como de utoritarismo y de derecha, decidió dar apoyo a los programas “populistas” ayudando a la gente más desprotegida, haciendo crecer la CONASUPO, ayuda a la reforma agraria, sindicatos abrieran tiendas.

En 1980 se agregó el “iva” para abatir la inflación, desde ese momento se decía que México en poco tiempo quebraría. Para 1981, la predicción se cumplía, cayeron los precios del petróleo, aumentó la deuda externa, incrementó el déficit comercial, hubo fuga de capital, salida de divisas, y Don Pepe sólo decía “Defenderé el peso como un perro”. Y en febrero el peso se devaluó, y para término de ese año ninguna institución le prestaba dinero a México, estaba en banca rota.

México entraba a una nueva década, necesitaba cambios, una estabilidad y mejora económica, apaciguar “las aguas” en el país era indispensable, mayor educación a los jóvenes, disminución de guerrillas y manifestaciones sociales, eso no sólo necesitaba, sino que le urgía a México. Así la situación y promesas de José López Portillo.

Ante las situaciones difíciles, más de una vez recurrió al llanto como un modo de hacer creer al pueblo que sentía el mismo dolor que ellos. Además de ser deportista, gustoso por el arte, pasando por la pintura, equitación y el karate.

Al poco tiempo de su mandato demostró que el no pintaba una diferencia entre los políticos anteriores, pues ni tarde ni perezoso hizo ocupar grandes puestos públicos a sus más allegados

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