Primates

RESUMEN

Consideran crucial el problema de la equivalencia entre capacidad de etiquetar y de representar simbólicamente y manifiestan que no se ha desarrollado ningún marco teórico dentro de la psicología animal que permita distinguir respuestas discriminativas condicionadas de respuestas simbólico-representacionales. Se afirma que en recientes investigaciones la habilidad para utilizar símbolos de forma representativa puede ser alcanzada por chimpancés, se concluye que los estudios sobre el lenguaje de los simios han fracasado a la hora de obtener la verdadera simbolización en parte debido a que se han centrado casi exclusivamente en el aspecto de la producción, descuidando la competencia receptiva.

Los chimpancés hacen gala de una extraordinaria gama de comportamientos y talento. Ellos Fabrican y utilizan herramientas sencillas, cazan en grupo y participan en actos agresivos y violentos. Son criaturas sociales que buscan el afecto de los humanos, quieren ser comprendidos y no exterminados.

Como todos los primates, los simios poseen una gran inteligencia. Son capaces de recordar la localización de los distintos árboles frutales así como la época del año en que maduran los frutos. Pueden comunicarse unos con otros mediante posturas del cuerpo, gestos y sonidos, lo que requiere una cierta inteligencia para poder interpretar todas esas señales. Tienen conciencia de sí mismos, capacidad simbólica y cultura que transmiten de generación en generación; pueden aprender el lenguaje de los signos con un vocabulario de unas 300 palabras, y son incluso superiores a nosotros en algunas habilidades de memoria matemática.

Estos simios inteligentes y divertidos sin duda resultan atractivos para los científicos así como para la población en general. A menudo se le ha considerado al orangután como una de las criaturas más inteligentes del mundo y los estudios realizados parecen concordar con esa suposición.

Una de las tantas pruebas que se le hacen a los chimpancés, es cuando en el monitor veía cómo aparecían sucesivamente números, del uno al nueve, parpadeantes en la pantalla en posiciones aleatorias. Los números desaparecían en menos de un segundo. Donde habían aparecido los números quedaban unos cuadrados blancos. El chimpancé pulsaba los cuadrados de manera despreocupada pero rápidamente, haciendo reaparecer los números en orden ascendente: uno, dos, tres, etcétera.

Según especialistas el ser humano no podría realizar tal actividad con una buena eficiencia.

He ahí a los simios que nos muestran el lado bueno de su personalidad.

...