Primera Fase Del Porfiriato

Con el inicio de la administración de Porfirio Díaz en México en el año de 1876, se llevó a cabo el diseño de un proyecto político con el objetivo principal de establecer paz en el en país, ya que abundó inestabilidad política en etapas previas. Esta primera fase del porfirismo, es denominada Liberalismo pragmático y se extiende hasta el año de 1884.

La idea central de la primera administración de Díaz fue el establecimiento de la paz política, sin embargo a lo largo de su mandato, distaba de ser total. El régimen se veía afectado continuamente por rebeliones agrarias, campesinas e incluso agitación contra la reelección.

Entre las estrategias para el establecimiento de la pax porfiriana, se incluían la represión, la coerción, la intimidación y el asesinato de oponentes políticos. Aunque en todos los niveles, la práctica porfirista hacía hincapié en la negociación, la conciliación y los arreglos.

Las prácticas autoritarias, el patronazgo para la construcción de lazos de lealtad y la defensa del pragmatismo, constituyeron los principios básicos de la política porfiriana. Esta, era intensamente personalista. El contacto personal, ya fuera por correspondencia o en audiencias privadas, era el medio principal de comunicación entre Díaz, sus acólitos, sus camarillas y sus subordinados. El patronazgo se usaba ampliamente para la selección de los cargos no electos dentro del sistema porfirista.

La ideología del régimen sustituyó al liberalismo radical de mediados del siglo XIX por un liberalismo conservador con una gran influencia del positivismo, que encontró sus bases teóricas en obras de Henri de Saint-Simon y Auguste Compte. La práctica de esta ideología, estaba basada fundamentalmente en el pragmatismo, buscaba preservar y extender los lazos de lealtad personal y de deferencia colectiva hacia a autoridad suprema del presidente.

El equilibrio de poder entre el gobierno central y los estados dentro de la federación era una de las fuentes de conflicto político más importantes en el siglo XIX en México. La autonomía de los gobernadores distaba de ser completamente subordinada, incluso durante el apogeo de la autoridad del régimen después de 1884. Además había frecuentes tensiones entre la preservación de la autonomía local y el estado central. Sin embargo, el proceso de consolidación del poder ejecutivo era innegable.

El año de 1879 vio una considerable movilización política en la preparación del acontecimiento político más importante de la primera administración de Díaz: las elecciones de 1880. Aunque la enmienda constitucional promulgada en 1887 prohibía la reelección presidencial, hubo muchas especulaciones sobre si Díaz regresaría a la práctica caudillista tradicional y se presentaría como candidato. Manuel Gonzáles fue quien se presentó como tal y ganó las elecciones.

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