Primera Leccion De Anatomia
Enviado por benitportes • 24 de Noviembre de 2013 • 376 Palabras (2 Páginas) • 212 Visitas
LA ENSEÑANZA DE LA ANATOMÍA:
LA PRIMERA CÁTEDRA
El siglo XVIII fue un siglo de cambios revolucionarios en el campo de la medicina. En el Perú, estos cambios harán sentir su presencia hacia la segunda mitad del siglo. Hasta entonces, aun prevalecía el pensamiento místico y las ideas tradicionales del pensamiento aristotélico-galénico. En el caso de la anatomía, de un estado en que se encontraban sin francas líneas de separación la esta y la Fisiología, la renovación y la adquisición del carácter independiente de la Anatomía fueron iniciadas por Vesalio, y luego en España, con Juan Velarde de Hamusco, su mejor continuador.
Las obras de los principales autores en ciencias europeas serán difundidas en el virreinato. En Lima se dejarán oír las teorías de Descartes y Newton. El convictorio de San Carlos y la Universidad de Lima (San Marcos) harán eco de estas nuevas ideas y concepciones del mundo. Sin embargo, las condiciones que caracterizaban la época, todavía marcadamente racistas, limitaron el avance y difusión de la cultura ilustrada en el campo de la medicina. En el fin del siglo, será Hipólito Unanue quien levantase la bandera de la reforma, y su labor mercará el cambio en el transito de la ciencia médica peruana.
A mediados del siglo XVIII, se evidencia la preocupación en el Perú por la enseñanza de la anatomía. La evidencia más notable fue la orden del virrey Diego Ladrón de Guevara, obispo de Quito, en 1711, de aperturar la cátedra de Anatomía de la Universidad. Se sustentaba con más de cuatrocientos pesos anuales, y establecía que el catedrático debía realizar una clase práctica de disección en el mortuorio del hospital de San Andrés. Se inauguraba así la enseñanza práctica de la Medicina.
El primer catedrático de Anatomía fue el Dr. Don Joseph de Fontidueñas. Otro destacado catedrático fue el Dr. Francisco de Rúa y Collazos, quien fuera además maestro de Unanue.
Recién en 1752, Su Majestad confirmó la Cátedra de Anatomía, que desde su fundación en 1711 estaba ciertamente funcionando de forma irregular. Otorga a Juan José de Villarreal el ejercicio formal de la cátedra, con la debida gratificación de las rentas generadas por multas del protomedicato, y gozando de otros beneficios. Tal fue la segunda fundación de la Cátedra de Anatomía en el Perú.
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