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Práctica I: Análisis de una fuente histórica (el Tesoro de Guarrazar)


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  1.546 Palabras (7 Páginas)  •  243 Visitas

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Práctica I: Análisis de una fuente histórica (el Tesoro de Guarrazar)

El tesoro más importante del contexto europeo de la Alta Edad Media es el tesoro de Guarrazar. El tesoro se encontraba oculto en Guadamur (distante 11 Km de Toledo), eran extraordinarias piezas de orfebrería visigoda: coronas votivas y cruces labradas en oro, llenas de gemas y piedras preciosas (Poyato, 2018).

La principal joya del tesoro de Guarrazar es la corona ofrecida por el rey visigodo Recesvinto (649-672). Su inscripción dedicatoria testimonia la estrecha conexión entre la Iglesia y el rey. La diadema esta formada por doble chapa de oro en forma de dos semicírculos articulados por bisagras; el interior es liso y el exterior con relieve. Grandes zafiros y perlas cubren la diadema. En el centro cuelga una cadena con la cruz. Sus dimensiones son: Altura máxima = 80 cm, Cadena: Longitud = 26,50 cm, Diadema: Altura = 10 cm; Diámetro = 20,60 cm; Grosor = 0,90 cm. La corona es obra del taller real de la Corte de Toledo, al cuyo frente estaba el "Conde de los tesoros¨ (Antigüedades medievales, s.f.). [pic 2]

La rareza de las piezas conservadas y las distintas calidades técnicas documentadas en Guarrazar sugieren que nos encontramos ante un conjunto variado. Podemos diferenciar, al menos, dos talleres o momentos diferentes. Un taller antiguo, cuya fecha no puede determinarse con exactitud, pero que es anterior al reinado de Suintila (621-631), al que atribuimos la corona del museo de Cluny. En segundo lugar, un taller del que corresponde la mayor parte de los objetos del conjunto y que cuenta con dos épocas diferentes: los reinados de Suintila (621-631) y Recesvinto (649-672). Entre los dos talleres, deberíamos situar la gran cruz procesional, procedente de un taller externo y probablemente creada en el S. VI, a partir de la cual se fabricará la corona de Recesvinto.

El tesoro estaba formado por un conjunto de regalos que los reyes y grandes personajes del mundo visigodo donaban a las iglesias en cumplimiento de un voto o promesa, o en agradecimiento por un bien recibido. La mayoría de los estudios llevan a pensar que el tesoro de Guarrazar es un conjunto de bienes procedentes de una iglesia. Debido a la invasión de toda la península por las tropas musulmanas, los cristianos atemorizados procedieron a esconder los tesoros del santuario cristiano más importante de peregrinación por aquel entonces, en el cementerio más cercano con la intención de recogerlos a posteriori, algo que nunca ocurrió  (Ó. García y A. Perea, 2015).

Las piezas halladas más valiosas son las coronas votivas de los reyes Recesvinto y Suintila. La corona votiva es uno de los principales objetos de ofrenda, que desde la época Constantina se hacían a las iglesias para honrar a Dios. Consistían en grandes cercos de metal precioso, llenos de pedrería y adornados con joyas que cuelgan o pendientes de vidrio, metal, perlas, etc. Después de haber servido para la coronación de un rey, eran ofrecidas por reyes y magnates para ser colgadas sobre el altar de la iglesia. Del centro de la corona pendía una cruz votiva que podía servir a la vez para cruz de altar.

Cuando los árabes invadieron Hispania, las coronas que adornaban las iglesias de Toledo, fueron escondidas en el cementerio de Guarrazar (Centro de interpretación del tesoro de guarrazar, s.f.). El último conocedor del secreto murió sin contarlo. El tesoro permaneció oculto durante más de mil años, en unas fosas cerradas con y grandes piedras y cubiertas de tierra. No sería hasta que, en pleno siglo XIX, en un atardecer de verano del año 1858, después de que cayera una fuerte tormenta, se descubrió fruto de la casualidad, su escondite.

Según cuentan las historias, una joven, llamada Escolástica, regresaba de Toledo a su casa en Guadamur, tras examinarse de la prueba final para alcanzar el título de maestra de primeras letras. Cerca ya del pueblo, cuando pasaba junto a una fuente, esa zona debido a la fuerte tormenta caída había quedado con la tierra erosionada y Escolástica descubrió gracias a los últimos rayos de sol del día hacían brillar algo a ras de suelo. Escolástica junto a su padrastro Francisco Morales, encontraron numerosas cruces, coronas votivas y otros objetos de orfebrería. Aunque según la historia la que hallo el tesoro fue Escolástica, se atribuye a Francisco morales el hallazgo y según la mayoría de los documentos, el primero de dos que hallaron el tesoro fue Francisco Morales junto a su amigo y francés A. Herouart, profesor en Toledo. El segundo descubridor fue Domingo de la cruz  (Muncharaz, 2018).

El primer lote descubierto del Tesoro de Guarrazar fue vendido por Herouart al diamantista José Navarro, quien recompuso algunas de las coronas. A comienzos 1859, Navarro marcha a París y negocia la venta de las ocho coronas y seis cruces pendientes al Gobierno francés que fueron llevadas al Museo de Cluny. El 2 de febrero publican la adquisición diversas revistas galas. El rápido eco de la noticia en España desató la intervención de la Comisión Provincial de Monumentos, primero, y la del Gobierno de la nación, después, que inició la rápida reclamación diplomática, una investigación judicial y excavaciones arqueológicas en el lugar, pero Napoleón III se opuso a devolver las piezas al gobierno español.

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