Querido padre

Querido padre:

Aliviado me hallo al recibir este escrito, puesto que la ausencia de noticias suyas en las últimas semanas me habían provocado cierta inquietud, a la vez que doy gracias a Dios porque su salud ya se haya restablecido. Desconocía la información que me transmite sobre la noble ciudad de Valladolid, de la que tantos recuerdos tengo, y me alegra este afán por hacer de ella una ciudad de mayor relevancia. Ardo en deseos de ver el nuevo aspecto de estos lugares en mi próxima visita a la ciudad.

En lo que a mí respecta, sepa que tanto yo como mi familia nos encontramos bien, con salud y, al igual que todos los habitantes de Castilla, contagiados de felicidad por el magnífico descubrimiento de las tierras del nuevo mundo al otro lado del océano. En cuanto a mi trabajo, pese a ser arduo, lo desempeño con orgullo pues considero un honor poder servir a la administración de nuestro reino y es por ello mi total implicación.

El rumor de que el Rey de Portugal ha reclamado como suyas las tierras descubiertas por nuestro navegante Cristóbal Colón, basándose como bien dice en un tratado firmado años atrás; es cierto. Se trata, en concreto, del tratado de Alcaçovas de 1479, que sirvió para dirimir la cuestión de las Canarias, después de que diversas bulas pontificias no resolvieran el conflicto. En dicho tratado, Portugal renunciaba a las Islas Canarias, las cuales quedaban bajo poder de Castilla, a cambio de que todas las tierras que se descubrieran al sur de Canarias y en dirección a Guinea, pasaran a ser posesión de Portugal. En base a esto, Portugal reclama su poder sobre estas tierras, pero su consideración sobre lo que entendemos por “dirección a Guinea” es errónea, puesto que para establecerla se basan en el recorrido que ellos realizan para llegar a Guinea, adentrándose en el Atlántico primero y posteriormente yendo al sur. Evidentemente, nuestros Reyes han dicho que esta consideración es incorrecta y han reaccionado para evitar el conflicto, trasladando el problema a la corte pontificia, en la cual reina el papa Alejandro VI, de origen valenciano, que será el encargado de resolver el problema, de forma análoga al problema de Canarias, mencionado con anterioridad. Este ha concedido tres bulas, las dos primeras el pasado 3 de mayo. La primera, “Inter caetera”, concedía las tierras de infieles a aquellos que las han ocupado, mientras que la segunda, “Eximie devotionis”, concedía derecho sobre las tierras ocupadas y sus personas. La tercera, denominada también “Inter caetera”, del 4 de mayo, establece la línea de demarcación del señorío de las indias, trazada de norte a sur y situada a cien leguas al oeste de las Azores y de Cabo Verde, emplazándose al oeste de esta línea la zona castellana.

Por tanto, no me equivoco cuando le digo que no habrá ningún tipo de conflicto y las tierras descubiertas pertenecen de forma legítima a Castilla.

Espero haber dilucidado su duda sobre el problema, a la vez que deseo de corazón volver a recibir noticias suyas sin mucha tardanza.

                                             Reciba mi más afectuoso saludo. Su hijo, Bartolomé.

                                                                                                Toledo, 19 de mayo de 1493

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