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¿Qué factores generaron la desintegración moral del ejército batistiano durante la Revolución Cubana (1957 – 1958)?


Enviado por   •  10 de Abril de 2018  •  Documentos de Investigación  •  5.231 Palabras (21 Páginas)  •  174 Visitas

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¿Qué factores generaron la desintegración moral del ejército batistiano durante la Revolución Cubana (1957 – 1958)?

A.   Identificación y evaluación de fuentes

En Cuba a finales de 1958, dentro del ejército batistiano[1], de 50,000 soldados, se produjeron deserciones masivas, sin haber sufrido ninguna derrota significativa frente a un enemigo de solo 3,000 combatientes, liderado por Fidel Castro. Este acontecimiento, conocido como la Desintegración Moral del Ejército Cubano[2], será estudiado en este trabajo por medio de la siguiente pregunta: ¿Qué factores generaron la desintegración moral del ejército batistiano durante la Revolución Cubana? Entre las distintas fuentes utilizadas en esta investigación destacan dos: el libro, “Cuba, la búsqueda de la libertad” de Hugh Thomas, el cual proporciona un análisis sobre los motivos que ocasionaron el fenómeno estudiado; y una entrevista hecha a mi abuela, Raquel Laviste, la cual nos da el punto de vista de un civil de la época.

Fuente I: “Cuba, la búsqueda de la libertad”

Esta fuente secundaria fue escrita por el profesor británico Hugh Thomas, reconocido hispanista, publicada en 1971 y actualizada en 2011. El texto estudia la historia cubana desde el siglo XVIII hasta el XX, sin embargo, ello no supone una limitación para la fuente debido a que dedica cerca de 200 páginas al gobierno de Batista y su caída. En cuanto a su valor, ante lo leído se nota un punto de vista objetivo y académica, sin sesgo. De igual manera, el libro analiza una amplia gama de fuentes y variables, como las sociales y las económicas, e investiga a profundidad el periodo estudiado. De manera que aporta información pertinente para esta investigación, por ejemplo, nos explica porque el ejército batistiano colapsó. La principal limitación de esta fuente, es la dificultad de los historiadores para acceder libremente a los archivos oficiales cubanos, al ser este país una dictadura.

Fuente II: Entrevista a Laviste, Raquel

Esta entrevista la realicé a mi abuela el día 29 de enero de 2017. Ella, testigo de los hechos estudiados, nació cerca de Santiago de Cuba, en 1929, estudió Geografía e Historia en la Universidad de Oriente, de manera qué durante la dictadura de Batista y la primera época del gobierno de Fidel Castro, ya era una mujer adulta. Emigró de Cuba en 1964. Así mismo, mi abuelo, su esposo, perteneció a la resistencia anti-batistiana y fue viceministro tras la caída del dictador. A su vez, esta entrevista nos da un testimonio personal procedente de la clase media alta de aquella época, transmitiéndonos sus juicios y sentimientos sobre aquellos acontecimientos. Ello resulta valiosos porque nos da información sobre los hechos estudiados desde el punto de vista de un civil cubano, por ejemplo, nos dice que la impopularidad de Batista, entre la mayoría de los civiles cubanos, desmoralizó considerablemente al ejército cubano. Por otro lado, al haber pasado tanto tiempo desde los hechos de su juventud, no los recuerda tan precisamente, suponiendo ello una limitación. Así mismo, nos da una visión subjetiva, probablemente sesgada contra el bando Castrista, pues mi abuela sufrió las consecuencias de la Revolución. Similarmente, al no haber ocupado ningún cargo político o militar, no nos puede ofrecer una información oficial.

B.   Investigación

Mi investigación cubre un período de la historia de Cuba marcado por la figura política de Fulgencio Batista, quien había tenido una activa y respetada trayectoria pública previa a 1952[3]. Batista se presentó de nuevo en las elecciones de 1952 pero ante el temor de perderlas, dio un golpe de Estado y se instauró como dictador. Las reacciones al golpe fueron variadas. Por un lado, muchos partidos tradicionales se opusieron, al igual que los estudiantes en La Habana y algunos curas y terratenientes. Por otro, las Fuerzas Armadas, la policía, parte de la burguesía tradicional y los sindicatos apoyaron a Batista; los que lo apoyaban creían que iba a establecer un gobierno estable y ordenado. Sin embargo, la mayor parte de la población, obreros y campesinos, entre otros, se mantuvo neutral,  posiblemente escépticos tras los problemas de corrupción vistos en el gobierno derrocado[4].

Efectivamente, al llegar de nuevo al poder, Batista instauró un gobierno tan corrupto como los anteriores e incluso más: cercano a la mafia norteamericana, permitió a ésta y a militares y terratenientes próximos a él cometer numerosos excesos y abusos, como apropiarse ilícitamente de tierras[5]. En respuesta, surgieron protestas y rebeliones, ante las cuales Batista aumentó la represión. La represión se tradujo en una nueva alza de descontento hacia él y un intento de golpe de Estado. De ahí una espiral de represión, torturas y desapariciones se instala junto con un movimiento de resistencia en numerosas ciudades, y se produce un nuevo intento de golpe de Estado, liderado por Fidel Castro, quien tras fracasar y ser perdonado, huye y organiza una guerrilla en Sierra Maestra en 1956.

En medio de esta situación, Batista convocó elecciones en 1954 y 1958 con el objetivo de ganar legitimidad. Sin embargo, el carácter fraudulento de ambos procesos le otorgó el triunfo, pero le restó credibilidad y acrecentó la impopularidad ya ganada por la corrupción, los abusos y los excesos de la policía contra los opositores. Adicionalmente, sus intentos de modernizar el país mediante la transformación y multiplicidad productiva fueron entendidos por los campesinos como un fortalecimiento de los terratenientes, aunque no fuese verdad, afectando aún más su popularidad[6].

De esta forma, A. Pérez estima que en la víspera de la caída de Batista, entre el 80% y el 90% de la población de Santiago de Cuba estaba en contra de Batista[7]. Esta insatisfacción también se reflejaba en las Fuerzas Armadas, quiénes presionados por la opinión popular descrita, no podían pelear por un régimen tan desautorizado entre la población. En palabras de mi abuela:

Los escándalos y sinvergüencerías de Batista también influyeron sobre los militares quienes, al igual que la gente, se terminaron de hartar, además ¿cómo podían luchar por alguien que no le gustaba a sus familias?[8] 

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