Reseña: Nuestros orígenes. En busca de lo que nos hace humanos

Universidad Nacional de Colombia – Sede Bogotá

Facultad de Ciencias Humanas

Departamento de historia

Historia de  – Profesora

Daniel Arturo Molina Macías - Pregrado en Historia

Reseña: Nuestros orígenes. En busca de lo que nos hace humanos

(R. Lealkey, Roger Lewin)

Titulada originalmente “Origins reconsidered. In search of what makes us human”, la obra fue traducida al castellano por José Aubet y publicada en 1994 en Barcelona por la editorial CRÍTICA. La obra se basa en investigaciones y descubrimientos del propio Leakey junto con el bioquímico Roger Lewin.

Richard Leakey (1944, Nairobi, Kenya), hijo de la notable pareja de antropólogos Louis y Mary Leaky es paleo-antropólogo y ambientalista. Desde los 70´s, ha realizado importantes hallazgos arqueológicos y publicado estudios sobre el origen del ser humano. Así mismo, ha trabajado como director el museo nacional de Kenya, así como en distintas entidades del país en temas de conservación de la vida salvaje y preservación de los parques nacionales.

Si bien la obra se construye en torno al hallazgo del esqueleto de un joven homo erectus, el foco no está en los datos de los huesos per se, tampoco en herramientas líticas. Con una escritura más bien narrativa que puede ser apta para un público más general, Leakey enfoca las cosas hacía dilucidar los modos de vida que pudieron haber tenido los antepasados del ser humano, buscando encontrar o  definir, qué es aquello que nos hace humanos. Más allá de los aspectos genotípicos y genéticos, la conformación de una identidad única del ser humano frente a las otras especies. Una búsqueda de la condición humana.

El libro se divide en un prólogo y seis partes. Comienza narrando el descubrimiento del joven turkana en la primera parte, para dedicarse en las partes 2-5 a un recorrido desde los orígenes de los homínidos y sus lazos hasta llegar al origen (físico) de los humanos modernos, arribando finalmente en la conformación de los comportamientos sociales y las identidades propias de la especie, tratando temas como el lenguaje o la violencia. Finalmente en la sexta parte, a modo de conclusión Leakey recapitula los puntos centrales y plantea algunas cuestiones sobre el futuro de la humanidad como especie, lo amplio del universo y nuestra relación con el planeta.

En los tres capítulos de la primera parte (En busca del joven Turkana), en medio de anécdotas y descripciones narrativas,  Leakey nos relata su viaje al lago Turkana y su trabajo con su compañero Alan Walker en el sitio, a la vez que nos contextualiza sobre algunas otras expediciones que han tenido lugar. “El vuelo hasta el lago dura unas dos horas y media. Pero en realidad es un viaje hacia el pasado. Al final del viaje nos esperaban unos pocos fragmentos de un individuo que vivió hace algo más de 1,5 millones de años: el joven turkana” (Leakey. pp 18).  Así mismo, el autor explica unos cuantos datos técnicos y geográficos sobre el lago y narra el proceso con el grupo de trabajo para reunir piezas del esqueleto. Finalmente la narración se focaliza en el hallazgo del joven turkana, espécimen de homo erectus, antepasados directos del homo sapiens y las posibles implicaciones de este hallazgo.

En los primeros tres capítulos de la segunda parte (En busca de los orígenes): 1) De mitos y moléculas, 2) Simios erguidos y relaciones familiares y 3) El árbol del linaje human, se habla  del desarrollo evolutivo de la especie a partir de los antepasados y los linajes de especies, procurando tener una comprensión de la relación entre dicha evolución con factores como el ambiente, la alimentación el gasto de energía y la reproducción. “Para aprovisionar a una hembra, un macho debe ser capaz de conseguir alimento y llevárselo. De ahí la necesidad del bipedismo, que libera brazos y manos para acarrear cosas.” (Leakey. Pp71).  En el capítulo cuarto, El Cráneo negro, se aborda el descubrimiento (por parte de Walker) de una nueva especie que llamaron  Australopithecus aethiopicus “Así pues, si el Cráneo Negro no es un Australopithecus boisei, tiene que ser un Australopithecus aethiopicus.” (Leakey. pp 99),  al ser un poco más alto y tener algunas pequeñas diferencias en la frente respecto al aethiopicus. 

La tercera parte (En Busca De La Humanidad)  también se divide en 4 capítulos: en Los orígenes humanos, se habla de factores como la alimentación, la cazarecolección, la diferencia de los dimorfismos sexuales entre macho y hembra en los homo respecto a los australopitecus y cómo se relacionaría esto con las dinámicas de grupo en cada especie. “Desde lejos, una banda de Homo habilis o de Homo erectus primitivos se parece mucho a una banda de cualquier especie australopitecina: unos veinte o treinta individuos, machos y hembras, jóvenes y sexualmente adultos.” (Leakey pp 101). Así mismo, en los siguientes capítulos (Por aquí se va la humanidad, Un péndulo desbocado y El medio humano), sin abandonar las narraciones de la expedición y el trabajo con los compañeros, Leakey pasa por el análisis de estudios y fuentes de otros autores, se plantea un momento crucial para el posterior desarrollo de la humanidad: La incorporación de actividades como la caza-recolección, el inicio del uso de herramientas líticas y una mayor dieta de carne  como dinámicas del homo que le permitieron imponerse sobre otras especies de homínidos.

“la posibilidad de sostener una piedra a modo de martillo rudimentario y golpearla contra otra piedra para obtener una pequeña lasca afilada, permitió a nuestro antepasado Homo empezar a controlar el mundo que le rodeaba como ninguna otra criatura antes o después que él”. (Leakey. pp 117). Así mismo, al hablar de las dinámicas que tendrían estos diversos grupos de homos, se analizan (usando también otras fuentes) las posibles dinámicas de caza en relación con el género (macho y hembra).

Finalmente, se concluye la tercera parte con Leakey argumentando que el desarrollo del ser humano moderno, no fue algo tan repentino, en su lugar, se inclina por creer que especies como el homo erectus ya tenían una cierta humanidad, y lo ejemplifica precisamente con el joven turkama.

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