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Resumen Del Origen De Las Especies Por Charles Darwin Por Capitulos

csar27cortes12 de Enero de 2012

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REVOLUCION MEXICANA

Principales hechos

En 1910, Porfirio Díaz se reeligió por sétima vez, después de encarcelar al candidato opositor Francisco Madero. Pero éste, al salir de prisión, hizo un llamado a la rebelión nacional y fue seguido por líderes populares como Pancho Villa y Emiliano Zapata. Al verse acorralado, Porfirio Díaz renunció el 25 de mayo de 1911, y huyó a Europa.

Victorioso, Madero restauró la Constitución de 1857, implantó el sufragio popular y prohibió la reelección. Pero las masas campesinas clamaban por reformas económicas, y el jefe guerrillero del sur Emiliano Zapata propuso el Plan de Ayala, para distribuir tierras entre los trabajadores. Lo apoyó Pancho Villa desde el norte del país. Mientras tanto los sectores conservadores (hacendados, la Iglesia) apoyaron al ministro Victoriano Huerta, quien traicionó a Madero y lo mandó asesinar en 1913.

Después de dos años de caos político y social, a fines de 1915 tomó el poder Venustiano Carranza, quien en 1917 promulgó la Constitución de Querétaro, donde se implantaban importantes reformas como: la jornada laboral de 8 horas, la indemnización por accidentes de trabajo, la libertad de creencias, la reforma agraria y la nacionalización del petróleo.

En 1920, Venustiano Carranza fue asesinado por los partidarios de Álvaro Obregón, quien poco después tomó el poder. Para muchos la muerte de Carranza marca el fin de la Revolución Mexicana. Sin embargo, los conatos de violencia continuaron hasta que en 1934 llegó al gobierno don Lázaro Cárdenas, e hizo realidad la reforma agraria y la expropiación de los yacimientos petroleros

Plan de San Luis y sus repercusiones

La Revolución Mexicana inició con la proclamación del Plan de San Luis, fechado el 5 de octubre de 1910. En este plan, Madero hacía un llamado al pueblo a levantarse en armas para el 20 de noviembre, declara nulas las elecciones presidenciales de 1910 por considerarlas fraudulentas, se proclama presidente provisional, consagra el principio de sufragio efectivo, no reelección, así como también promete restituir a los campesinos las tierras que les habían sido arrebatadas por los hacendados a raíz de la cruel política agraria del porfiriato. Pronto se desató el movimiento armado, primero en Chihuahua, Durango, después en Morelos y así por toda la República para luchar contra el gobierno porfirista. Ante el avance de la revolución maderista, Porfirio Díaz intentó hacer algunas reformas a la Constitución, pero entrarían en vigor hasta que terminara su periodo presidencial (1916), también el viejo dictador tuvo que reconformar su gabinete por la renuncia de algunos de sus integrantes; evidentemente que tales acciones no contuvieron a los revolucionarios, el río caudaloso de la historia era ya incontenible y en éste, la caída de la vieja dictadura. La toma de Ciudad Juárez el 10 de mayo de 1911 por Francisco Villa y Pascual Orozco fue determinante para que el gobierno del general Díaz enviara representantes para terminar con la revolución y lograr una negociación muy favorable, no precisamente para Díaz, pero si para sus colaboradores que permanecerían en el poder. A esta negociación, pacto o tratado se le conoce como el Tratado o Acuerdo de Ciudad Juárez firmado el 21 de mayo de 1911.

Acuerdos de Ciudad Juárez y sus contradicciones (revolución no aprovechada)

Astutamente, el gobierno porfirista, al verse perdido ante la ola revolucionaria maderista, negocia su derrota para triunfar. Al relacionar y comparar los puntos del Plan de San Luis y de los Acuerdos de Ciudad Juárez, se observan en éstos grandes diferencias y contradicciones. Primero, en los Acuerdos de Ciudad Juárez se acepta la renuncia de P. Díaz y Ramón Corral como presidente y vicepresidente de la República, respectivamente; esto quiere decir que se estaban reconociendo sus cargos, mientras que en el Plan de San Luis se desconocían porque habían llegado a ellos en forma fraudulenta. Segundo, en los Acuerdos de Ciudad Juárez se acepta que la presidencia recaiga en Francisco León de la Barra, miembro del gabinete porfirista, el cual convocaría a elecciones presidenciales; tenemos aquí otra violación al Plan de San Luis porque según éste, Francisco I. Madero asumiría la presidencia provisional, sin embargo dejaba ésta en manos de los porfiristas, otro gran error de Madero. Tercero, se declaraba el licenciamiento de las fuerzas armadas, porque según estos negociadores la revolución había acabado, Díaz se retiraba del poder y ahora todo sería paz y tranquilidad, sin embargo en este tratado no se hacía ninguna mención de la restitución de las tierras que se habían prometido en el Plan de San Luis, por lo tanto los campesinos se sintieron traicionados, no depusieron las armas por la simple y sencilla razón de que no les habían entregado sus tierras.

Revolución que transa, que negocia, es revolución suicida. Así fue, una revolución triunfante fue prácticamente regalada al enemigo. Madero, que creía ciegamente en la democracia y en los hombres, pactó el triunfo revolucionario con los porfiristas prácticamente derrotados, entregó el gobierno provisional a ellos y como resultado de los Acuerdos de Ciudad Juárez se creó un gobierno mixto, se repartieron entre maderistas y porfiristas las gubernaturas de los Estados y las posiciones en el gabinete presidencial. Antes de firmar los Acuerdos de Ciudad Juárez, Venustiano Carranza fijó su postura en contra de éstos, de manera clara veía venir lamentables sucesos al negociar de esa forma con el enemigo y sentenciaba: "… Revolución que transa, es revolución perdida. Las grandes reformas sociales que exige nuestra patria, sólo se llevarán a cabo por medio de victorias decisivas. Las revoluciones para triunfar de un modo definitivo necesitan ser implacables. ¿Qué ganamos con la retirada de los señores Díaz y Corral? Quedarán sus amigos en el poder; quedará el sistema corrompido que hoy combatimos.

El interinato será una prolongación viciosa, anémica y estéril de la dictadura. Al lado de esta rama podrida el elemento sano de la Revolución se contaminaría. Sobrevendrán días de luto y de miseria para la República y el pueblo nos maldecirá porque, por un humanitarismo enfermizo, habremos malogrado el fruto de tantos esfuerzos y tantos sacrificios. Lo repito: revolución que transa, se suicida."4 Los sucesos ocurridos durante el interinato de León de La Barra y de la presidencia de Madero confirmaron este presagio.

El propósito de los Acuerdos de Ciudad Juárez, como lo dice Rosendo Bolívar Meza fue "… dar por concluida la revolución y realizar el licenciamiento de las tropas revolucionarias, es decir, desarmar a las masas campesinas y restablecer el orden jurídico burgués, sin embargo, no hacían mención sobre el problema de la tierra, ni sobre ningún otro de los puntos mencionados en el Plan de San Luis…"5. Los operadores de los Acuerdos de Ciudad Juárez creyeron que terminaba la revolución, bueno, la de ellos sí, que era eminentemente política, que buscaba sólo cambios y reacomodos en el poder, pero en el horizonte mexicano, en el campo, en las ciudades y en todas partes de la República iniciaría la revolución social, la que demandaba mejores condiciones de vida y de trabajo para obreros y campesinos; por lo tanto, era evidente que el movimiento popular, social y sobre todo agrario, seguiría su lucha, principalmente con Emiliano zapata y Francisco Villa.

El gobierno de Madero y sus dificultades.

Al llegar Francisco Ignacio Madero a la presidencia de la República a principios de noviembre de 1911, después del interinato de Francisco León de la Barra, la situación no era nada favorable para el caudillo coahuilense. Tenía enemigos por todas partes. Como resultado de los Acuerdos de Ciudad Juárez, muchos porfiristas quedaron en el gobierno interino que se encargaron de hacerle la vida imposible. Como Presidente de la República se enfrentó a una gran inestabilidad política: primero, tuvo que luchar contra un poder legislativo que le era totalmente adverso, pues era mayoritariamente porfirista; segundo, aprovechando la libertad de prensa, fue atacado por sus enemigos que lo ridiculizaban severamente; tercero, tuvo que enfrentar las rebeliones armadas de Bernardo Reyes, Pascual Orozco, Félix Díaz, y, la de Emiliano Zapata. Madero era una persona que confiaba en la gente, creía que con la democracia se resolverían todos los problemas de la sociedad. No estaba en contra de la inversión extranjera, sólo pensaba que había que regularla adecuadamente. Pensaba que a los peones había que pagarles más y darles un mejor trato, no estaba muy convencido de expropiar los latifundios y entregárselos a los campesinos. Esto último lo entendió muy bien Zapata y proclama su Plan de Ayala a menos de un mes de que madero asumiera la Presidencia de la República.

En suma, para principios de 1913, se presagiaba el fin del gobierno maderista, pues tenía en su contra tanto a revolucionarios como Zapata, como a fuerzas conservadoras que deseaban el retorno a la paz porfiriana, éstos últimos organizarían la contrarrevolución por medio del golpe de estado a partir del 9 de febrero de 1913 hasta el 19 de ese mismo mes, conocido como la "Decena Trágica", en la que obligan a renunciar a Madero y a Pino Suárez a la presidencia y vicepresidencia de la República, respectivamente, teniendo este episodio el desenlace fatal del asesinato de ambos el 22 de febrero.

El Plan de Ayala, programa eminentemente agrario y social.

Emiliano Zapata junto con sus más cercanos

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