Richard Feynman

Richard Philips Feynman

Richard Philips Feynman nació en la ciudad de Nueva York, EEUU, el 11 de mayo de 1918. Fue un niño travieso y así siguió siempre. A los 10 años empezó a coleccionar aparatos de radio viejos para su laboratorio de electrónica y a los 12 ya montaba sus propios aparatos.

Estudió física en el Massachussets Institute of Technology, continuando su carrera en la Universidad de Princeton. Obtuvo el grado de doctor en Física en 1942, con un trabajo sobre las ondas electromagnéticas supervisado por físico nuclear estadounidense John Wheeler. Entre la audiencia se encontraban científicos como Einstein, Pauli y von Neumann.

Richard Feynman ha pasado a la historia por ser uno de los más importantes físicos del siglo XX por sus trabajos en el campo de la electrodinámica cuántica que le valió el Premio Nobel de Física, así como incursiones en el campo de la nanotecnología.

Compartió el Premio Nobel de Física en 1965 junto con Schwinger y Sin-lchiro Tomonaga. Se lo otorgaron por un trabajo que hizo para estudiar las interacciones y propiedades de las partículas subatómicas, para lo que uso los llamados diagramas de Feynman una de las teorías más exactas y profundas en ciencia, la electrodinámica cuántica. Además, exploró sobre la computación cuántica y los primeros desarrollos de la nanotecnología. También recibió otros muchos premios importantes como el Premio Albert Einstein, en 1954, el Premio Lawrence, en 1962, y la Medalla Oersted a la enseñanza, en 1972.

Descubriremos en el a un personaje peculiar, extravagante, vividor, con un gran sentido del humor y con una gran admiración por el cuerpo femenino. Feynman fue un genio capaz de ver la simplicidad de las cosas aparentemente complicadas. Poseía una capacidad fuera de lo normal para apreciar lo evidente.

Quienes convivieron con él a lo largo de su vida se acostumbraron a sus extravagancias, que eran en muchos casos su forma de averiguar cómo y por qué ocurren las cosas

Resulta llamativo que fuera declarado deficiente mental por un médico del ejército de los EEUU en la Segunda Guerra Mundial y sin embargo, trabajó recién graduado en el diseño y desarrollo de la bomba atómica en el ” Proyecto Manhattan “. Aislado en Los Álamos, se aburría. Para distraerse reventaba las cajas fuertes del ejército en las que se guardaban los secretos de la bomba y dejaba dentro de esas cajas notas graciosas.

Una de sus aficiones, y que nunca ocultó, fue su gusto por los bares de topless. El mismo cuenta cómo le gustaba la atmósfera de este tipo de bares para relajarse. Se pedía un 7-up y disfrutaba del panorama visual. Ya relajado, utilizaba las servilletas del local para escribir sus inspiraciones y reflexiones.

Su mente lógica y despierta le llevó en ocasiones a tomar decisiones en principio incomprensibles pero a medio plazo rentables

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