SI EL ÁGUILA HABLARA

“SI EL AGUILA HABLARA”

Es una novela que rescata el pensamiento de los presidentes de México a partir de sus comentarios y acciones y que muestra como el Poder va transformando a los seres humanos y que si no sabe dominar y controlar se puede perder irremediablemente en un laberinto del cual no escapa ni más allá de cuando termina el sexenio.

Según el autor, que por cierto es hijo de uno de los ex presidentes de México que aquí se mencionan, el Presidente y du forma de pensar y actuar va cambiando en los seis años de gobierno de la siguiente forma:

Primer Año: EL HOMBRE que está sentado bajo la protección de las alas del águila, sufre el “Síndrome de los Santos Reyes o de Santa Claus”, todo lo quiere resolver personalmente, contestar todas las peticiones, dar solución a todos los problemas, pero el tiempo se le va.

Segundo Año: Es víctima del “Síndrome del Coordinador”, cuando agrupa, delega y reorganiza lo que está seguro es conveniente.

Tercer Año: Brota radiando el “Síndrome del Mesías”, todo funciona, el es EL HOMBRE que esperaba la Patria, ahora sí, México va a cambiar para ser la gran potencia.

Cuarto Año: Es víctima del “Síndrome del Harún Al Raschid”, EL HOMBRE encuentra su Scherezada y vive Sus Mil y una noches.

Quinto Año: Despierta del ensueño de manera violenta, vive el “Síndrome de Iván el Terrible”, cuando no cree ni tiene confianza en nadie; ni siquiera en su hijo y ve con gran desesperación que el tiempo, y lo que es peor, sus esperanzas se esfuman y debe compartir su lugar en la historia.

Sexto Año: es víctima del “Síndrome del premio Nobel”; “México y los mexicanos no han sabido apreciarme, pero el mundo sabrá reconocer mis méritos”.

Séptimo Año: Ya sin el poder, viviendo la nostalgia del pasado vive y sufre el “Síndrome del Tehuacán… pero sin gas

Algunas frases o comentarios que resultan significativos son los siguientes

A veces el poder se debe practicar con calor y elegancia; casi siempre con absoluta frialdad y como todo ejercicio, necesita práctica y destreza aún, para aprender a dejarlo a tiempo. Lo más importante es no olvidar que tiene un final: educar en esto a la familia y a los amigos. Quién no aprenda este ejercicio en privado, no lo podrá ejercer en público.

El presidente (o quien tiene alguna forma de poder) tiene que estar ahí alerta, haciendo investigaciones, escuchando a la gente, llevando el timón hasta el último día de su mandato, porque no hay barcos con dos timones.

La situación es diferente al entrar que al salir, simplemente otra óptica, otras opciones, otras causas, otros compromisos, otras soluciones

Carlos Pellicer le dijo

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