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Enviado por   •  7 de Mayo de 2015  •  Informes  •  1.798 Palabras (8 Páginas)  •  192 Visitas

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A mediados del siglo XIX, el café sustituyó al añil como base de la economía nacional. Antes de que la exportación del café tomara gran importancia en los mercados europeos y norteamericanos, este grano se producía solo en pequeñas cantidades; pero el descubrimiento de colorantes sintéticos provocó la pérdida de importancia del añil como colorante y su demanda fue decreciendo a nivel mundial rápidamente, teniendo como efecto la crisis de la economía exportadora del país.

Fue entonces que los grupos dominantes encontraron como forma de mantener el vínculo con el mercado capitalista el nuevo producto: el café. Para impulsar su producción, los gobiernos salvadoreños exentaron a particulares interesados en el cultivo de pago de impuestos y del servicio militar.

Como incentivo a la producción cafetalera, el general liberal Gerardo Barrios transfirió en 1859 haciendas públicas y los puso en manos de las grandes haciendas productoras o interesadas en el café. La primera modificación a la forma de propiedad se dictó en febrero de 1881 con la “Ley de Extinción de las Comunidades” decretando la abolición de la propiedad de tierras comunales y donde se afirma que “…la indivisión de los terrenos poseídos por comunidades impide el desarrollo de la agricultura, entorpece la circulación de la riqueza y debilita los lazos de la familia y la independencia del individuo…”[1]

De igual forma el 2 de marzo de 1882, se aprobó “La Ley de Extinción de Ejidos” por la cual las tierras ejidales fueron expropiadas y declaradas propiedad privada y en 1887 por la “Ley de Titulación de Terrenos Rústicos”, se estableció la potestad de los alcaldes para entregar la propiedad de la tierra a los nuevos dueños, en este caso, mayoritariamente por parte del reducido de hacendados cafetaleros.

Destacamos que aunque en 1872 el añil alcanzó el precio más alto en su historia, las exportaciones de café a California se duplicaron en 1877; de 5 381 sacos ascendieron a 10 545 y ya para 1879 la exportación del café superó la del añil, representando el 48% de los ingresos totales del ramo de exportaciones.[2]

Los hacendados y oligarcas fueron concentrando la propiedad de la tierra y se fueron adueñando de la economía nacional. Tanto liberales como conservadores pertenecían a este sector privilegiado y desde el poder hicieron las transformaciones para su propio beneficio: reformaron el sistema de tenencia de la tierra, liberación de la mano de obra o lo que es lo mismo explotación de os trabajadores agrícolas, contratados por salarios de miseria y creación de cuerpos represivos como garantes de los explotadores.

Con el despojo de sus tierras los campesinos se vieron obligados a vender su fuerza de trabajo en el campo, migraron a las ciudades o fueron a trabajar en las plantaciones bananeras en Honduras. Para reclutar, controlar y garantizar que la mano de obra no “escapara” de la región, se creó la Ley sobre jornaleros y de jueces agrícolas. En 1889 se creó la policía rural en los departamentos cafetaleros y en 1912 la Guardia Nacional. Esta última instancia va a jugar desde su creación un papel represivo a lo largo de la historia salvadoreña junto con la Guardia Civil.

Los principales interesados en el cultivo del café fueron, además del sector cafetalero, los migrantes europeos que arribaron al país entre 1869 y 1872 y fundaron compañías exportadoras, controlaron el mercado y parte de los créditos. Cuando en la segunda década del siglo XX los precios del café empezaron a declinar, el control quedó completamente en manos del sector cafetalero ya que los campesinos que aún no habían sido afectados por la Ley de expropiación, tuvieron que vender sus tierras comunales.

A la vez los grandes propietarios del sector cafetalero, los poseedores de las tierras, pasaron a controlar otras ramas económicas del país, especialmente la banca, consolidándose un capital financiero como lo refleja la creación del Banco Internacional (1880), el Bando Particular (1885), el Banco Occidental (1889) y el Banco Agrícola Comercial (1895) el cual funcionó como banco emisor hasta 1933.

Consideramos que en las dos últimas décadas del siglo XIX quedo configurado el “bloque de poder”, que llegó a imponerse mediante la importación de las diversas actividades cafeteras como clase fundamental y dirigente del sistema hegemónico, formado por los grandes productores del café, los inmigrantes que controlaban las firmas comerciales importadoras-exportadoras, incluidos los capitalistas financieros. Y en esta última categoría incluimos a “la burguesía financiera inglesa a través de sus representantes bancarios, empresarios mineros y representantes ferrocarrileros.

El imperialismo inglés fortaleció su posición luego de la salida de España de la región, con la independencia política lograda en 1821. Contactaron a los nuevos líderes republicanos e iniciaron una era de intercambios comerciales y prestamos, por medio de empréstitos estatales y como inversión directa.

La primera exportación de capital inglés se registra en 1888, bajo el gobierno liberal de Francisco Menéndez (1885-1890), y está destinada a la minería. Los Estados Unidos llegaron hasta veinte años después, en 1908 y en el ramo de los ferrocarriles. Estamos hablando de la empresa inglesa “Divisadero Gold and Silver Mining Co. Ltd.” Estuvo en producción hasta 1920, cuando fue vendida a una empresa norteamericana.

El siguiente año, 1889, comienzan los empréstitos ingleses para la construcción del ferrocarril. Esto le permitió a la Corona Británica el “control del comercio exterior salvadoreño mediante casas comerciales inglesas, a las que luego se sumarían las alemanas y francesas.”[3]

En 1893, bajo el gobierno liberal de Carlos Ezeta (1890-1894) inicia la exportación de capital bancario

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