Teria De Los Actos

La ciencia de las acciones se construirá primero a partir del estudio general de los actos energéticos, muy visibles, hasta llegar a aquellas microacciones que son los actos de comunicación, tan específicos en la acción humana. La significación de un acto particular debe aparecer hasta el final de cualquier análisis, porque una ciencia de las acciones procurará primeramente aislar, describir y caracterizar las acciones en su generalidad misma, con caracteres descriptivos, designándole un nombre incluso (verbos, ej. Beber, comer, hablar, etc.).

Hay acciones que son energéticas, que son las más evidentes y las más fáciles de estudiar. Aunque los actos de comunicación no son muy energéticos, existen acciones comunicativas llamadas órdenes o decisiones que desencadenan acciones de gran energía. La teoría de órdenes o decisiones no parte de una idea de poder, sino de las propiedades de sus elementos.

Las decisiones se clasificarán en decisiones de largo plazo, de cambio considerable pero lento, y en acciones de desencadenamiento que se manifiestan muy rápido como para generar un cambio determinado.

Las acciones son secuencias causales, es decir, una serie de acciones, situadas una tras otra en los casos más simples, divididas por pausas o tempos muertos, separadores designados en nuestra conciencia. El corte de un acto particular aislado no es sencillo de hacer, ya que una dificultad que se presenta en la teoría es saber dónde comienza o termina una acción. Para estudiar y describir las acciones, el observador toma ayuda de procesos de simulación, como lo son el cine y el teatro, donde la recreación de secuencias causales como historias ayudan a ordenar y dividir las acciones.

Capítulo 2. Modelos de comportamiento

El comportamiento ayuda a ver desde otra perspectiva a la acción, porque el ser que actúa es consciente y recibe estímulos que determinan la naturaleza de su comportamiento. El estímulo debe ser lo suficientemente gratificante para aquel que realice la reacción y el costo que este implica no sea mayor, agregando así una ecuación más que determina la acción: paso al acto.

Justo es en este paso donde el hombre, por medio de los efectuantes, recibe mensajes del medio ambiente. Pero existe una simetría en esto, ya que la recepción de los mensajes está ligada a la acción que el individuo ejerce sobre ellos, creando una cadena cibernética. El individuo pasa por un proceso de feedback, en el cual se estudia el efecto obtenido sobre la causa.

El estímulo obtenido de los mensajes del medio ambiente es lo que determinará la gratificación o beneficio de una acción, donde el hombre juzga el costo de realización. Sin embargo, el balance de los términos de valores positivos o negativos aparece como no concluyente al ser. Es ahí donde es conducido a decidirse, generando posibilidades de creación de motivación publicitaria.

El costo se mide por su temporalidad, energía y efecto psicológico. El tiempo es un capital del ser (time is money), éste lo consume al repartirlo en una serie de actos particulares, cada uno de esos actos tiene, entonces, un costo temporal. El costo energético y psicológico suponen un esfuerzo y una disipación de los recursos del organismo que realiza la acción.

El concepto de costo generalizado toma el análisis económico del comportamiento humano, y no solamente abarca los actos en gran escala, realizados por las empresas y debidamente planificados en lo que respecta a tiempo, dinero, recursos, energía y números, sino también los actos realizados cotidianamente por el individuo.

El acto entonces por fin se realiza mediante una decisión consciente. Existen los actos reflejos, en los que ninguna decisión interviene; los casi determinados, en los que el balance de ventajas es tan evidente que no requiere una decisión reflexiva, más que para no realizarlos, si es que se quisiera resistir al flujo comportamental; y los actos que exigen una decisión previa, Cuando el balance de ventajas e inconvenientes objetivos deja un pequeño umbral de incertidumbre.

Un modelo de decisión social permite condesar en un mismo modelo de decisiones, a un gran número de situaciones reales. Este modelo implica cuatro características:

1. La intervención de factores de decisión, tales como valores propios de la organización, imagen del mundo exterior, imagen del resultado de la acción, creatividad o imaginación.

2. El conjunto de estos factores va a conjugarse en una decisión global, como puede ser un consejo de administración, un grupo de decisión.

3. A partir de la definición de una meta hacia una decisión elaborada, se prepara una producción. El plan de fabricación, el plan de venta, son ejemplos de esta elaboración que va a insertarse en el mundo de lo real exterior al individuo o a la empresa. ; por ejemplo, en el caso de las acciones comerciales o publicitarias, sobre la masa social considerada como un conjunto reactivo.

4. Finalmente, esta masa social, posee una reactividad; efectúa, por ejemplo, las compras, acepta o rechaza mensajes, y del conjunto de éstos sale un mensaje: el flujo de beneficios, la opinión pública, el comportamiento de los otros, etc.

Capítulo 3. Tipología de los actos

El primer criterio para una tipología de los actos es la idea de magnitud de una acción, noción intuitiva que jerarquiza la importancia de éstas, creando las categorías de microacción, miniacción, acto, macroacción. La magnitud permite al ser humano controlar una secuencia de actos en sus consecuencias, comprenderla y por lo mismo, preverla. Esto tiene numerosas aplicaciones en todas las instituciones sociales, sobre todo aquellas que construyen secuencias o cadenas de acciones unidas.

Capítulo 4. La configuración interna de los actos

Un acto global A está entonces compuesto, como ya lo habíamos visto, por actos parciales A1, A2, A3. En el modelo lingüístico será aquí esencial determinar que una acción será una serie de átomos de actos, actomas. El sujeto efectúa una acción, que variará en función del tiempo, después de un estado inicial t0 hasta un estado final (después de la acción). Así se vería a la acción como una trayectoria de uno a otros estados. Así, se entenderá a los actomas como discontinuidades o variaciones rápidas del estado del medio ambiente en función del tiempo.

La complejidad puede ser medida por el número total de vueltas comprendidas entre el estado inicial y el estado final sobre esta trayectoria, es decir, praxemas. Esta complejidad crea una noción de prohibición, y es un hecho que los organismos que tienen el poder administrativo

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