Ula Globalizado

Esta asegurado que el capitalismo produzca cada vez más objetos con los que se acrecienta el empuje insaciable de objetos de satisfacción que se reciclan. Esto es la muerte que domina los aconteceres humanos. Sabemos que cultura e inconsciente tienen relación, por tanto, no somos ingenuos respecto de la influencia de los cambios culturales sobre los sujetos. La globalización comprueba la hipótesis freudiana sobre la primariedad de la pulsión de muerte, causa sufrimiento en demasía, mal de sobra, como una de las vicisitudes, siendo origen de las satisfacciones del padecer. Se ha producido una alquimia del deseo en goce, y la mutación consecuente entre el sujeto deseante por el sujeto gozante son los nombres de la muerte en la civilización contemporánea. La adolescencia emerge, ya no como un período de la vida, sino como un modo de regulación pulsional, - un modo de vida -, como el discurso del “vale todo”, en donde se hace lo que sea en tanto siempre en exceso, “sin ton ni son”1, sin límites, sin diferenciación. ¡Verdadero collage surrealista!2 Cabe preguntar: ¿Frente a este contexto cultural, qué ofrece el psicoanálisis? También los psicoanalistas saben que con oferta se genera demanda. Se trata de ofrecer un espacio para que el sujeto hable, para que el sujeto se escuche y hablando construya su deseo. El asunto consiste en la ética que regula la posición de aquél que funciona como agente de la oferta: el analista, encausado en la ley de abstinencia, no retrocederá de su ética enmarcada en los principios freudianos de la regla fundamental que demanda al sujeto que hable, realizando una operación de inter-dicción del goce. Frente a los adolescentes, los psicoanalistas de hoy no retrocedemos y decidimos “hacerlos hablar”, para intervenir allí donde el “sufrimiento en demasía” se desborda y posibilitar al sujeto un despertar. 1Lacan, J. El Seminario XI.. Los conceptos fundamentales del psicoanálisis. Paidós. Bs.As. 1986, pág. 176. 2Ibid. Pág. 176.

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