Un Perro Andaluz

Gracias a la distancia contada en tiempo que nos separa de los inicios del siglo XX, la perspectiva nos permite ver más claramente y valorar las aportaciones de las primeras vanguardias artísticas. Ese periodo alrededor de la primera guerra mundial fue fructífero en cuanto a aportes a la teoría y experimentaciones plásticas que respondían a los cuestionamientos de los propios artistas respecto al arte y su función.

El perro andaluz, es un cortometraje realizado por Luis Buñuel a partir de un guión escrito por él y Salvador Dalí, este corto marca un parte aguas en la cultura visual del siglo pasado, es difícil encontrar en este dispositivo una línea narrativa clara ya sea en lo visual o en lo narrativo.

La imaginación como principio de conocimiento es un esquema que planteaban los idealistas como Kant y Hegel, así la idea de plasmar los sueños en diferentes soportes estéticos es una clara alusión del movimiento surrealista, envuelto en un contexto, donde las estructuras sociales, culturales y artísticas exhibían momentos donde los cuestionamientos eran refutados y alterados por movimientos como las vanguardias y donde cuestionaban los estereotipos y las convenciones que regulaban una legitimación que en esa época y en concreto el surrealismo, decían que era aburguesado, con una clara influencia de las teorías marxistas.

El surrealismo fue un elemento representativo importante en las vanguardias, el ambiente era el propicio para hacer el ruido que se necesitaba para ser reconocido, la época también incluía las herramientas tecnologías, con el cine, Walter Benjamin decía que el cine era un dispositivo que sería útil para la formulación de demandas revolucionarias en la política del arte. En la ausencia de cualquier valor ritual o tradicional, El arte en la época de su reproductibilidad técnica estaría basado en la práctica de la política. Benjamin consideraba al arte como una mercancía cultural y proponía generar una nueva dialéctica a partir de despojar a la humanidad de los amarres materialistas que condicionaban su conciencia.

La búsqueda de nuevos códigos alternativos de interpretación de la realidad permitiría una liberación de la imaginación para dejar al espectador la tarea de hacer asociaciones libres, donde el delirio como ilusión de realismo seria el puente donde se encontrarían los procesos racionales de esta propuesta estética.

La película parece una imitación voluntaria del sueño donde no hay un fin claro. Luis Buñuel y Dalí nunca imaginaron el revuelo-éxito de la película cuando fue presentada en Paris, este éxito les permitió mofarse de la reacción de la critica donde exaltaban al corto como una gran obra de arte llena de imágenes poeticas, cosa que se encargaron de negar los mismos autores quienes consideraron a esos juicios como imbéciles ya que era una simple llamada al crimen, sin otra pretensión más que mostrar lo inconsciente de los sueños en un dispositivo visual.

Esta tesis permite señalar lo que Gombrich comenta acerca del surrealismo como un fenómeno de fuerte cercanía con teorías freudianas sobre el inconsciente. El surrealismo en su diégesis seria un medio para perturbar ideas y conceptos como la familia, la patria, la religión, etc.

Si Daí y Buñuel buscaron hacer un guión que estuviera ajeno a interpretaciones simbólicas, es inevitable no caer en ello, Perro Andaluz transgrede los esquemas narrativos tradicionales, causa un impacto en el espectador a través de las imágenes, remite constantemente a un sueño que se mezcla con una realidad extraña acorde al surrealismo que admitía imágenes e ideas oníricas como parte de sus postulados.

Así, tenemos una serie de imágenes que se suceden una tras otra con breves intervalos de texto que posicionan al espectador en un espacio-tiempo absurdo a través de un método consciente de ruptura de la continuidad: «Érase una vez», «Ocho años después», «Hacia las tres de la mañana», «Dieciséis años antes», «En primavera». Como una sucesión de sueños, sin control racional o ideas lógicas.

Sin embargo, si se busca más allá se pueden encontrar obsesiones recurrentes de sus autores, las hormigas de Dalí, usuales en sus cuadros, representan una entidad destructora natural y son en otras culturas un símbolo tanto del trabajo arduo como de la muerte.

Resulta particularmente interesante el inicio, un hombre afilando una navaja, sale y observa el cielo donde ve una nube delgada como cuchillo atravesar a la luna en el cielo. Después de esta

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