Una Casta que se niega a desaparecer

Una Casta que se niega a desaparecer.

Al igual que en el estado de Chihuahua, en nuestro estado de Chiapas existe una casta étnica que se niega a morir. Anquen cada día esta civilización descendiente de los mayas es más reducida y al mismo tiempo civilizada, aún conservan sus orígenes que los distingue de una sociedad cada vez menos perceptible de sus costumbres.

Los lacandones como se les conoce, es un grupo indígena del tronco maya que habita en la selva Lacandona en la frontera entre México y Guatemala. Este pequeño reducto de habitantes de esa inmensa selva durante muchos años se mantuvieron aislados de la civilización en su forma de vida ancestral pescando y cazando para luchar por su supervivencia. Su población puede contarse por unos cientos de ellos repartidos en cuatro pequeños poblados, San Javier y Lacanja Chansayab en el sur y Meztabok y Naha en la región norte.

Estos hach winik o verdaderos hombres como ellos se identifican dedican su tiempo en la fabricación de textiles, cerámica, flautas, mallas o el curtir pieles como método de sobrevivencia, productos que salen de sus comunidades para ser comercializados en los centros ceremoniales como Palenque y Bonampak, que es el único ingreso en su vidas.

Los lacandones fueron un imperio que se volvió después de la invasión española desde el momento de su primer encuentro con los españoles en 1530, este imperio que se extendía hasta los límites del Petén, que posteriormente se retiraron hacia el sur después de la expedición militar proveniente de San Cristóbal de las Casas, dando origen a una nueva cabecera a pocos kilómetros del rio Lacantun, por esta razón su autonomía se prolongó por más de siglo y medio hasta que fueron sometidos en 1695.

Aunque existen variantes en la indumentaria de los lacandones tanto del norte como del sur que los hace diferentes, en cuanto a raza son provenientes de la misma casta, los lacandones del norte usan el cabello largo pero dejándose un fleco en la frente, los hombres visten de blanco con un cotón blanco hasta las rodillas y las mujeres usan un huipil complementado con una falda de colores brillantes, mientras que los del sur usan el cabello largo de cada lado, visten de coton blanco hasta los tobillos y las mujeres de vestido de diferentes colores.

Al formarse una mezcla de los lacandones originarios de la península de Yucatán con los del Petén guatemalteco emigran hacía la selva lacandona y establecen sus autoridades coloniales nombrando así los bienes comunales de donde actualmente existe un Gobernador de los Bienes Comunales.

Los lacandones fieles guardianes de la selva en donde han crecido y sobrevivido y siguiendo sus costumbres eligen a sus autoridades basándose en la mayoría y respetando la jerarquía de los mismos, por lo que el Gobernador invariablemente deberá ser un lacandón que jamás haya abandonado la comunidad

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