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DESAPARECER


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2014  •  1.625 Palabras (7 Páginas)  •  126 Visitas

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Las últimas dos semanas había soñado con desaparecer. No me atrevería a afirmarlo como un ndeseo; en realidad era una pesadilla, era algo completamente involuntario que no lograba comprender e intentaba evitar. Me invadía una enorme frustración, pero si tenía que padecer los estragos del insomnio lo prefería a cerrar los ojos y caer una vez más en estos consistentes sueños.

No digo que son indescriptibles, ya que sería una gran mentira, sino todo lo contrario, estoy totalmente consiente de su contenido exacto y es por eso que quería evitarlos. He pensado en la posibilidad de que contenerlos en mi memoria solo me esté haciendo repetirlos noche tras noche, así que intentare plasmarlos en este momento.

El Escenario de mi sueño es mi realidad cotidiana, un poco distorsionada por su ambiente sombrío, pero se trata de los mismos lugares en los que generalmente me encuentro por la tarde; que son el recorrido a mi casa; todo comienza de camio a esta misma. Pero en el caso de mi sueño, no me encuentro de camino a casa; todo comienza cuando de pronto me despierto exaltado al escuchar una voz que repentinamente exclama mi nombre…………………………………………………………… u.u

Sin poder llegar a una conclusión si se trataba de una mujer o un hombre, pero lo que si es que era mas como un llanto, una expresión de inmensa tristeza. Esto acaparo mi atención así que Salí de mi cuarto, todo parece normal incluso al bajar las escaleras, pero al Salí de mi casa me daba cuenta de que no había nadie, no estaban los vecinos fastidiosos de siempre, aunque debo de confesar que eso me agradaba, en fin, las personas que suelen frecuentar las calles ya sea paseando o gritando ya sea paletas oelotes, no había animales tampoco, solo había sillas en los lugares que estos debían ocupar. Entonces me acerque a una de ellas y veo que llevan grabados los nombres de las personas que justamente estarían ocupando ese lugar.

Decidí que debía buscar la silla que tenía mi nombre, ya que en mi hogar no me había percatado de esto, comencé a buscar por el recorrido que tomaba cada día cuando iba a mi trabajo y el mismo por el cual regresaba a casa.

Todas estas sillas eran verdes y de apariencia rustica (Fabi) aunque algunas estaban notoriamente mas gastadas que las otras.

Camine por la calle pensando en alguna referencia que me hiciera encontrarme con mi silla, pase por una escuela y una tienda de música, pero para mi sorpresa después de estos dos lugares no estaba el edificio donde trabajo como asesor de ventas. Solo quedaba una sensación de vacío y de que algo estaba mal. No había señales de alguna silla, todo se encontraba desierto, así que sentí l necesidad de volver a mi casa.

Cuando llegue no pude volver a entrar y por alguna razón había estado evitando aceptar que en realidad no tenía ya ninguna clase de necesidad, mínimo de curiosidad hacia lo que estaba pasando. Sé que no había nadie allí, solamente había sillas, ni siquiera el viento era notorio y no hubo sonido alguno desde aquel grito, era yo el único que le daba cierta vida al lugar.

Unos minutos después me percaté de que había una silla en la puerta de la entrada trasera de mi casa y me acerque a ella, rápidamente observe que era de un verde muchísimo más pálido que el de las demás, y al acercarme note que no tenía mi nombre, pero me encontré con un libro.

Lo tome, mas evite sentarme en aquella silla el libro estaba tan maltratado que no me permitía leer su título y era casi imposible captar una frase completa de su contenido, pero al hojearlo en las páginas centrales había un párrafo que decía algo así: “ella estaba sola en el mismo lugar de siempre, estaba sola y la vida ya no era una gran obra de teatro, ahora solo la acompañaban su sombra y el extraño olor de la mediocridad…………………. No recuerda lo que es el asombro, desconoce lo que es llorar siempre insistía en rechazar que su vida dependiera de los demás, se volvió una simple espectadora de la desgracia ajena y además la hizo suya sin percatarse. Su rostro no le explicaba nada del mundo, pero ella tampoco intento hacerlo, después de un tiempo. Lamentablemente yo estoy con ella y soy lo único que sigue permitiendo su existencia. Pero no le diré mi nombre, ella podría averiguarlo sola, y si no es así, habrá desaparecido”Al terminar de leer esto cerré el libro y del cayo una imagen con el rostro de una niña, un rostro un tanto amorfo, y muy triste para ser el de una pequeña.

Después de escuchar una risa, una risa mesclada con llantos, y ahora me daba cuenta

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