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Venezuela Capitalista


Enviado por   •  16 de Julio de 2014  •  573 Palabras (3 Páginas)  •  160 Visitas

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El Capitalismo como doctrina económica, política y social en el mundo tiene alrededor de 200 años, su ideología moderna el neoliberalismo tiene en nuestro continente alrededor de 30 años. El Capitalismo tiene una definición económica exacta, que es el desarrollo de todas las fuerzas productivas de un país y, que la producción de bienes y servicios devenidos de esas fuerzas productivas sean regulada por una economía de mercado, que contabiliza a las maquinarias, a los productos y al ser humano como meras mercancías, que pueden ser reutilizables y desechables.

En Venezuela, desde su inicio como Estado nacional unificado (a principios del siglo XX con la dictadura de Gómez), la burguesía nacional y los sectores de clase aliados, han basado su acumulación de capital en el usufructo de la renta del Estado. A la sombra del Estado, con sus créditos fáciles, sus políticas, etc., surgieron empresas como la Polar y otros grandes de la economía nacional.

La Democracia y el Capitalismo son incompatibles porque este último es una manera no democrática de organizar la economía. El Capitalismo no organiza la producción y la distribución de la riqueza sobre la base de los derechos del pueblo sino sobre la base de la acumulación de la riqueza, la cual una gran proporción es poseída por unos pocos. Los pobres sólo pueden mejorar sus condiciones de vida siempre que eso haga más ricos a los ricos. El Capitalismo siempre tenderá a incrementar las diferencias sociales, las cuales no han podido ser superadas a pesar de la intervención del Estado, que es el instrumento mediante el cual la Democracia Burguesa ha intentado cumplir sus promesas de justicia social.

Este instrumento funcionó parcialmente mientras la Democracia Burguesa y el Capitalismo tenía el mismo tamaño, es decir mientras ambos eran de escala nacional.

Sin embargo, mientras que el capitalismo se ha hecho global, las democracias burguesas siguen siendo nacionales. Esta desproporción ha impedido contundentemente que el Estado pueda corregir la desigualdad atroz que genera un único capitalismo global. Por eso, por ahora, el capitalismo y la economía de mercado le están ganando la partida a la democracia y al socialismo. Pero sí hay una esperanza, esa esperanza es el amor. La fuerza del amor es la fuerza de los débiles, es la fuerza que necesita la razón para cumplir sus proyectos y sus promesas, es en el amor donde puede aplicarse plenamente la justicia. Las tradiciones religiosas, y particularmente la cristiana, explica la potencia que implica sentirse amados como hermanos. El Socialismo apela a la democracia, a la libertad y a la igualdad mientras que el amor, políticamente comprendido, apela a la fraternidad, por lo que no se puede construir la Democracia sino es sobre la base del amor a los demás. Es así como será posible encontrar el camino adecuado para que la Democracia finalmente pueda vencer al Capitalismo, un camino que nos permita organizar la economía de una manera democrática, es decir, crear estructuras políticas y económicas que nos sirvan para redistribuir la riqueza, garantizar los derechos sociales y controlar las fuerzas productivas para ponerlas al servicio del bien común, un Socialismo en el que la igualdad se construye desde la libertad. Por esto, el destino natural de la Democracia debe ser el Socialismo, el cual no tiene nada que ver con el sistema capitalista, donde la acumulación de la riqueza seguirá siendo el instrumento que soporta a la ley del más fuerte.

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