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Gall, Franz Joseph (1758-1828).

Fisiólogo y filósofo alemán, fundador de la frenología, nacido en Tiefenbronn, cerca de Pforzheim, el 9 de marzo de 1758 y muerto en París el 22 de agosto de 1828.

Hijo de Anna María Billingerin y de Joseph Anthony Gall, un mercader de origen italiano. Al ser sus padres católicos, intentaron encauzar a su hijo hacia la vida religiosa, por lo que recibió las primeras enseñanzas de un tío suyo que era prior, si bien tomó pronto un camino muy diferente. También estudió en las escuelas de Baden y Bruschsal.

En 1777 prosiguió sus estudios en Estrasburgo, donde contrajo matrimonio con una joven alsaciana llamada Lieser, que murió en Viena en 1825, y más tarde con Marie Anne Barbe. Se mudó a Viena en 1781, donde además de recibir su título de M.D. cuatro años más tarde, comenzó a ejercer como médico, adquiriendo una exitosa y rápida fama. Ésta se incrementó con las conferencias y cursos que comenzó a dictar, acompañadas de disecciones y otras actividades científicas no sólo en Viena, sino también en París y otras ciudades de Europa, conferencias que fueron proscritas en Viena por Francisco I y, más tarde, también por el Instituto de Francia. Se le acusaba de fomentar con sus doctrinas el ateísmo y la inmoralidad; lo cierto es que la intención de Gall era integrar los problemas científicos relacionados con la mente y el cerebro a la viuda humana y a la sociedad.

Su primera publicación fue un tratado sobre la filosofía de la medicina en 1791. Unos años después, tuvo como asistente de investigación y colaborador, a John C. Spürzheim, con quien hizo algunos descubrimientos neuroanatómicos a partir de 1800. Cinco años más tarde ambos emprendieron un viaje por Alemania, Suiza, Holanda y Dinamarca, a fin de visitar escuelas, hospitales, prisiones y asilos de dementes para fundamentar sus opiniones neurofiolóficas y psicológicas. Regresaron a París, donde Gall adquirió la ciudadanía francesa, a raíz de la cual se publicaron varias de sus obras. En esta ciudad permanecería hasta su muerte.

En la época de Gall imperaban acerca del cerebro teorías glandulares y humorales, algunas de las cuales estimaban que el pensamiento era como una clase de secreción del cerebro. Los descubrimientos neuroanatómicos realizados por Gall y Spüzheim arrojaron que la materia gris era la matriz de los nervios, mientras que la blanca fibrosa se encargaba de la conducción de la actividad nerviosa. Del mismo modo estaba organizada la médula espinal, que tenía una forma segmentada y se hacía más gruesa progresivamente. Gall descubrió también los primeros ocho pares de nervios craneales y trazó las fibras del bulbo a los ganglios basales. Tras observar la detallada anatomía de las circunvoluciones, éstas le hicieron pensar que había cierta pluralidad e independencia de los órganos cerebrales. Su doctrina era original por cuanto se refería a la organización de las funciones cerebrales, de donde partirían los modernos estudios, tanto biológicos como psicológicos; sería significativa además para el desarrollo evolutivo seguido posteriormente por la antropología física y la sociología. A diferencia de otras muchas concepciones, Gall trató al cerebro como otro órgano cualquiera, dando así a su función (aplicada a las funciones psicológicas y sociales) una base materialista

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