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ÓRDENES DISCURSIVOS Y TIPOS DE TEXTO

145145765 de Mayo de 2014

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ÓRDENES DISCURSIVOS Y TIPOS DE TEXTO

Van Dijk (1989:142) habla sobre todo de dos formas textuales o superestructuras, la narración y la argumentación: "una superestructura es un tipo de forma del texto, cuyo objeto, el tema, es decir: la macroestructura, es el contenido del texto". Sánchez (1993), por su parte, considera como los dos órdenes discursivos fundamentales a la narración y la exposición. Como vemos, la mayoría de los autores está de acuerdo en considerar la narración como un orden discursivo, pero hay una discrepancia sobre si el segundo es la argumentación, o si es la exposición.

Los tipos de texto, en cambio, son conjuntos de textos con características similares en lo formal, en lo semántico y en lo funcional construyen los órdenes del discurso (Sánchez, 1993). Un tipo de texto puede combinar dos o más órdenes discursivos. Para esta autora, órdenes del discurso son materias como la narración o exposición y tipos de texto el cuento, la novela, la noticia, el artículo de opinión, la ponencia, la tesis de grado, etc., es decir textos que se construyen a partir de un mismo esquema estructural y que tienen un contenido característico y una función típica (cf. Sánchez, 1993: 75). Sánchez encuentra, entre otras, una relación entre los órdenes discursivos y los conectores empleados, dado que las relaciones de coherencia se indican por medio de los conectores: las palabras o grupos de palabras que señalan explícitamente la relación existente entre los segmentos constitutivos de un texto.

La descripción de los órdenes discursivos varía también, aunque en lo esencial los autores muestran acuerdo. Para Sánchez (1993), los textos narrativos tienen en común que los participantes del acto comunicativo se sitúan en una perspectiva exterior a los hechos. Los significados que se intercambian tienen que ver con los cambios en el contexto situacional creado en el interior de la narración; siendo la esencia de la narración el acontecimiento, por cuanto representa un cambio. Los cambios ocurren en el tiempo, por lo que lo cronológico es un aspecto inherente a la narración. La coherencia del orden narrativo está íntimamente relacionada con la vinculación entre estos cambios (cf. Sánchez, 1993: 76). Por ello, en la narración, tienen que ver con lo temporal. Este parece ser el orden discursivo básico, según algunos autores. Así dice Barrera Linares: "por encima de otros órdenes tales como la descripción, la exposición, la argumentación y la instrucción, estaría el texto narrativo como la forma expresiva más relevante de la especie" (Barrera Linares 1995: 11).

Además, en estos textos las relaciones de coherencia son diferentes. "Un texto argumentativo es coherente cuando los hechos a que refiere no necesariamente muestran una vinculación entre sí, sino con una conclusión que es la que representa la posición del autor. Los hechos en el orden argumentativo se constituyen, precisamente en argumentos a favor o en contra de una determinada posición, que puede estar expresa o implícita y puede aparecer al comienzo de la porción discursiva o al final. Por tal motivo, los segmentos constitutivos del orden argumentativo no derivan su coherencia del hecho de referirse a un mismo fenómeno fáctico o conceptual, sino del hecho de conducir a una misma conclusión. Atendiendo pues, al criterio de las relaciones de coherencia, la argumentación constituiría un orden distinto del expositivo por cuanto las relaciones que se establecen entre los contenidos expresados por sus enunciados son de una naturaleza diferente (Sánchez, 1993: 78-79)

Nosotros distinguiremos también, por razones de claridad, dos órdenes discursivos básicos, que llamaremos, en primera instancia, narrativo y expositivo. Estos órdenes básicos tendrán variaciones como lo son, por ejemplo, la descripción, como un suborden del tipo narrativo y el texto argumentativo como un suborden del tipo expositivo. Sin embargo, nuestras razones están en otra característica de éstos órdenes, además, claro está de las que aducen los grandes autores que se han dedicado a este tema.

En nuestro modo de ver, el origen que hace a estos órdenes discursivos tan distintos puede explicarse a través de la noción de intertextualidad de Bahktin. Así, los discursos narrativos pueden entenderse como discursos monológicos, donde encontramos una sola voz, o al menos un conjunto de voces que cantan en coro una misma melodía. Los discursos expositivos, son discursos dialógicos, donde las voces se separan para exponer melodías diferentes y, a veces, contrapuestas. Es por ello que, a decir de Sánchez (1993), los discursos narrativos parecen moverse a lo largo del tiempo y del espacio, desde fuera, y los textos expositivos parecen mostrar las voces desde adentro. En todo caso, debe haber una comunidad efectiva, como dicen Perelman y Olbrechts-Tyteca (1994), en el sentido de haber la intención de debatir, o de narrar algo.

Toda argumentación, para Perelmann y Olbrechts-Tyteca, pretende la adhesión de los individuos y, por tanto, supone la existencia de un contacto intelectual. Para que haya argumentación es necesario que, en un momento dado, se produzca una comunidad efectiva de personas. Es preciso que se esté de acuerdo, ante todo y en principio, en la formación de esa comunidad intelectual y, después, en el hecho de debatir juntos una cuestión determinada. Ahora bien, esto no resulta de ningún modo evidente. En el terreno de la deliberación íntima, incluso, existen condiciones previas a la argumentación: es preciso, principalmente, que uno mismo se vea como si estuviera dividido en dos interlocutores, por lo menos, que participan en la deliberación. (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1994: 49). Una argumentación ante un único oyente sería entonces un diálogo. Por eso, según Quintiliano, la Dialéctica, en tanto que técnica del diálogo, la comparaba Zenón con un puño cerrado, a causa del carácter más riguroso de la argumentación, mientras que la Retórica le parecía semejante a una mano abierta (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1994: 79).

Los tipos de texto se relacionan también con la cultura, lo que hace afirmar a Olbrechts-Tyteca, que cada medio podría caracterizarse por su opiniones dominantes, por sus convicciones no discutidas, por las premisas que admite sin vacilar: estas concepciones forman parte de su cultura, ya todo orador que quiera persuadir a un auditorio particular no le queda otro remedio que adaptarse a él. (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1994: 57). A la vez, como en el gusto, lo individual se entiende como general. El hombre convencido piensa que el gusto no es sólo suyo sino de todo el mundo, asimismo que, cuando argumenta, piensa que se dirige no sólamente al auditorio que tiene delante, sino a un auditorio universal (cf. Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1994: 72).

6.2. LA ORGANIZACIÓN GLOBAL. SUPERESTRUCTURAS

En esta sección trataremos de los tipos de texto, es decir, de la organización sintáctica de los órdenes discursivos cuando éstos se realizan en géneros discursivos propios de una cultura. Hablaremos del relato, de la descripción y la argumentación en textos de Mérida, Venezuela, tanto de la zona rural, como de la ciudad.

6.2.1. ESTRUCTURAS NARRATIVAS

Las estructuras narrativas son estructuras lineales, donde hay a grandes rasgos una sola voz, o donde las voces corean al unísono, o al menos, en la misma dirección. La estructura narrativa central es el relato, pero consideraremos también, como estructura del órden narrativo, a la descripción.

6.2.1.1. EL RELATO

Cuando hablamos del relato como tipo de texto, nos referimos bien a formas muy simples que tienen sólamente una unidad mínima, o bien una forma elaborada, que puede tener una estructura muy compleja. Labov (1972) considera como relatos simples a aquellos que contienen solamente cláusulas narrativas, es decir aquellas que están ordenadas siguiendo la secuencia temporal. En cambio, los relatos desarrollados tienen varias secciones que, si se dan en su totalidad, son: resumen, orientación, evaluación y coda. En el Cuadro 8 se observa el esquema ideal de un relato completamente desarrollado con todas sus partes.

6.2.1.2. LA DESCRIPCIÓN

Hemos considerado a la descripción dentro del orden narrativo, porque al igual que en la narración parece que una sola voz, habla en un solo sentido, para decirnos cómo es alguien, como es algo. Las cláusulas, relacionadas espacialmente en vez de temporalmente, como en la narración, enumeran, a veces en forma de listas, las cualidades o características del referente. La descripción puede formar parte, literalmente, de un relato, en un punto donde la acción se detiene en el ambiente o en un personaje, produciéndose por esa razón, un cambio en el ritmo. De hecho, se emplea en las secciones evaluativas de la narración cuando al describirse un estado de ánimo, por ejemplo, se da a entender lo terrible del suceso (a-b). También puede crear una relación entre los personajes y el ambiente (c) o de los personajes entre sí (d)

(a) entonces, yo bueno llorando (MDA2FA)

(b) y yo dentro de la jaula mirando y llorando (MDA2FA)

(c) Mérida era una bellezura, ¿no? lo que se llamaba Mérida, ahorita es una cosa que uno vive asombrado ¿no?...ahora la segunda...es...en la economía ¿no? (MDD5MA)

(d) y...esa familia, que ya se ha muerto, este...ay, eso era enorme de buena conmigo, me cuidaban y me sacaban a calentarme, porque estaba tullida (MDD5FB).

Entre los elementos que forman la descripción

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