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1001 TRUCOS PUBLICITARIOS


Enviado por   •  25 de Julio de 2011  •  2.514 Palabras (11 Páginas)  •  2.063 Visitas

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Introducción

“Gasta siempre una moneda menos de lo que ganes. “

Cesare Cantú

“”When these Mexicans come to Miami, they always want to buy everything. Definitely, they are our best tourits”, pensó el administrador […] “¡Que bárbara! Ahora sí que gasté un chorro”, pensó entre divertida y preocupada, como si se tratara de una travesura más. Para Sofía comprar significaba vibrar, vivir, disfrutar, sentirse rea-li-za-da.” (Loaeza, 2003:16). “Compro, luego existo”, interesante frase que, tal vez, podría describir el como se vive hoy día en cuanto a la forma en que nos desenvolvemos por el mundo y nuestras vidas. Claro, habría que analizar a quienes se les podría, o no, atribuir esta frase que le da título al libro de Guadalupe Loaeza.

En la sociedad globalizada en la que vivimos, nos regimos (inclusive nos clasificamos) por lo que consumimos día tras día. Un ejemplo claro de lo anterior es que al momento de satisfacer las necesidades primarias como la alimentación, la vestimenta, entre otras, no únicamente estamos satisfaciendo esas necesidades fisiológicas sino que también estamos siendo parte de un círculo de compra venta teóricamente interminable. Cuando uno es niño no ve con claridad o pasa completamente desapercibido este detalle, sin embargo, en el proceso de desarrollo y crecimiento nos vamos dando cuenta que no es tan fácil desarrollarse en el medio social, ese medio que dicta las formas de comportamiento y sobre todo las reglas de consumo.

El siguiente ensayo de tipo crítico y reflexivo, con base en el libro “1001 trucos publicitarios” del autor Luc Dupont, pretende indagar en el mar del consumismo que, como parte de nuestra época, es una cosa cotidiana y así dar a conocer la opinión del autor, que a su vez es, también consumidor, todo derivado de la publicidad.

El estar inmerso en la complicada cultura del consumo, es para un individuo la actividad que rige su vida, ya sea por una tendencia, por razones de libertad económica, moda, o alcance de sus bolcillos, inclusive diferentes necesidades (incluidas las fisiológicas). Para la Real Academia de la Lengua Española (2009), consumismo se define como la “tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios”. Esto nos da la pauta para reconocer la importancia de saber decidir que es lo que realmente debemos comprar, hoy más que nunca, por aquello de la crisis económica mundial.

En mi opinión, el ser humano de nuestros días se deja llevar por los vaivenes de la sociedad en la que habita, ya que actuar como actúan los demás, es más cómodo para éste, además no es criticable por la demás población y su homogeneidad absoluta lo deja fuera de cualquier juicio. Siendo como todos los demás, se ve aplaudido por ser como el resto, así de igual, de monótono, pasando por alto su finita esencia, su grandeza de espíritu, porque al parecer ese individuo tal como el resto es el aprobado y al cambiar la forma se vuelve un renegado de lo diferente, un ser anticonvencional, el que ya no cabe en todos los círculos por esa diferencia.

Tal vez, el consumismo no es una actividad novedosa, posiblemente es tan añeja como el mismo origen del hombre, y ese elemento longevo guarda una carga social tremenda determinando el hoy. El consumo no es para nada criticable, el comprar por comprar, el consumo desmedido es el que se cuestiona, se pone en tela de juicio la inconmensurable forma de consumir de las personas que tienen más en comparación de los menos afortunados, de los olvidados, de los indigentes que habitan en todas las ciudades de este país, y en el mundo entero, que desafortunadamente y, sin temor a equivocarme, sería igual de desconsiderados que nosotros en nuestra “privilegiada posición”. Esa gran diferencia deshumaniza a la sociedad haciéndala cada día más inclinada al materialismo, a lo superficial que resulta hablar de marcas y del status social por lo que se usa y se tiene y no por lo que se “es” , en pensamiento, en espíritu, características fundamentales para la realización integral del ser.

Cada vez me llama más la atención cómo, a través de diversos medios de comunicación (televisión, radio, anuncios espectaculares, revistas, etc.), la publicidad invade nuestras vidas hasta hacerse parte de la vida de uno mismo, o hasta hartar y hasta poner de mal humor a otros. Inclusive. Muchas de las formas en que la publicidad se hace no son, por mucho, las más indicadas. El vender por vender se ha vuelto una cosa cotidiana, tan cotidiana como el aire que respiramos, esa actividad que a primera vista parecería estar relacionada íntimamente con nuestro bienestar y el de los demás, tiene también mucho de la ambición de las personas poderosas que están tras las grandes marcas, los productos más vendidos y exitosos, hay oscuras intenciones que, para mala fortuna de nosotros no alcanzamos o no queremos ver.

Quienes trabajan en esta industria podrán apoyar su actividad diciendo que a través de la publicidad se le brinda información útil al consumidor sobre los productos que potencialmente puede llegar a comprar o a necesitar en el futuro, o tal vez a los mercadólogos, que defienden su profesión aludiendo que los productos o servicios que venden son de gran utilidad social porque desencadenan los mecanismos económicos para que muchas otras personas tengan dinero con el cual subsistir. Sin embargo, a muchos nos queda claro que, en la mayor parte de la publicidad y mercadotecnia con la que estamos en contacto todos los días, no se nos transmite dicha información, o por lo menos no nos queda claro en qué consiste dicha “información útil”. Los anuncios que vemos en televisión o en otros medios no nos dejan claro qué información exponen que sea de verdadera utilidad para nosotros; por lo general refuerzan en mayor medida mensajes que tienen que ver con cuestiones de estatus social, prestigio, satisfacción del ego personal, etc., pero nos dicen muy poco (o incluso nada) de la verdadera necesidad que pudiéramos tener de dicho producto, o del servicio anunciado.

¿Cuál es el verdadero problema del consumismo? Por un lado, mucha gente sabe que los gastos que las diversas corporaciones y empresas realizan por concepto de publicidad son realmente significativos, y dentro de estos gastos se incluyen, por ejemplo, la impresión y distribución de publicidad (folletos) que se envía a nuestros hogares, o que recibimos de repartidores en la calle o en centros comerciales. Un ejemplo claro lo tomó de las pasadas elecciones en nuestro país cuando elegimos a la nueva legislatura a nivel nacional (además de gobernadores

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