Adolescentes Tras El Alcohol
gabrielabelen9 de Marzo de 2014
12.705 Palabras (51 Páginas)250 Visitas
Adolescentes ante el alcohol
La mirada de padres y madres
El consumo de alcohol es una costumbre profundamente arraigada en muchas
sociedades. De hecho, la OMS cifra en 2.000 millones las personas que
beben, en gran parte del mundo. Para los adolescentes españoles –y también
europeos– el consumo de alcohol está normalizado e integrado en su ambiente
familiar como elemento cultural.
Sin embargo, en las últimas décadas la sociedad española ha ido modificando
los patrones de uso de alcohol, pasando de un consumo típicamente mediterráneo
(consumo diario moderado y acompañando las comidas), cuyo inicio
y pautas de aprendizaje se establecían en el marco familiar, a otras de uso
juvenil caracterizadas por una intensa concentración de ingesta rápida y abundante
de bebidas alcohólicas, asociada a los espacios de ocio, sin consumo
significativo durante la semana en el ámbito doméstico.
Ese cambio en el modelo de consumo, a partir de los años ochenta del siglo
pasado, y cuyo comienzo protagonizaron los jóvenes, estuvo generado básicamente
por un conflicto generacional determinado por las circunstancias
socioeconómicas de aquellos momentos. La crisis condicionada por el bloqueo
en el acceso al mercado laboral para los hijos del baby boom, por los
acelerados cambios en los referentes sociales, por la emergencia de nuevos
horizontes sociopolíticos y por la instalación de España en una sociedad de
consumo, se desplazó al ámbito ocio-tiempo libre-alcohol, constituyéndose
en un ejemplo de ruptura generacional.
La socialización del acceso al alcohol ha dejado de estar en el ámbito de lo
familiar, como históricamente sucedía en España, para situarse en el grupo
de iguales y en espacios ajenos a la familia. Para un adolescente beber tiene
sentido en espacios y momentos al margen del control adulto, en la búsque-
Presentación
6
da de unos efectos psicoactivos que asocia con una mayor diversión y con
ritos de celebración grupal. El presente estudio ofrece una visión global
integrada del discurso de los adolescentes y jóvenes sobre los consumos de
alcohol, su funcionalidad y conexión con el ocio.
Quedaría pendiente el análisis de en qué medida la familia se ocupa del aprendizaje
de unas pautas de bebida que ya no se producen en relación con ella.
En este sentido, el estudio profundiza en las actitudes, posturas y valoraciones
de padres y madres de adolescentes sobre el consumo de alcohol de sus
hijos. De esta forma, se obtiene una visión comprensiva del papel que, como
padres, les cabe en la socialización de esas conductas y en la prevención de
los riesgos asociados.
Con este nuevo número de la Colección Estudios Sociales, la Obra Social
”la Caixa” aporta un mejor conocimiento de los fenómenos relacionados con
los consumos de alcohol de los adolescentes y con los elementos condicionantes
de los mismos. Los hallazgos de la investigación tienen una aplicación
directa en los programas de prevención de riesgos de consumos adolescentes.
Introducción
Hay que advertir, de entrada, que el análisis del fenómeno del consumo de
alcohol entre la población adolescente, y el de las consecuencias de ese consumo, resulta enormemente complejo, puesto que interrelaciona variables
económicas, sociales, culturales, biológicas y mediáticas, por citar las más
significativas. Hace ya mucho tiempo que resulta un lugar común que el consumo
de sustancias, y sobre todo los resultados del mismo, depende de las
relaciones e interacciones que se producen entre los tres elementos que entran
en juego: el sujeto, el ambiente y la sustancia. La personalidad del sujeto, la
fase evolutiva que atraviesa, la influencia de la familia, la influencia de los
amigos, el ambiente social, el contexto socioeconómico y la disponibilidad de
las sustancias, junto con los efectos farmacológicos de éstas, se entremezclan
para determinar una conducta de abstinencia, consumo o abuso. Ninguna de
las áreas, en sí misma, a priori, parece conformarse como la clave explicativa
global, por lo que habría que entrecruzarlas para recomponer sus conexiones
y calibrar el peso específico de cada una. La tarea no resulta fácil, puesto
que la rapidez de los cambios y de su difusión en los contextos juveniles,
impide mantener la distancia reflexiva que el análisis de cualquier fenómeno
social requiere. Por tanto, inevitablemente, el resultado final tendrá más
las características de un puzzle, en el que puedan observarse los trazos de las
piezas encajadas, que las de una explicación abarcativa, lineal, y sin grietas ni
interrupciones.
De entrada, es difícil comprender el consumo de alcohol entre los adolescentes
si no se contemplan algunas de las características de la adolescencia actual. Los
adolescentes españoles de este inicio del siglo XXI nacieron en una sociedad
plenamente integrada en la Europa comunitaria, en un país que despegaba, y
cerraba definitivamente su pasado reciente, con medios materiales y tecnoló-
INTRODUCCIÓN 9
gicos inimaginables hasta hacía poco. Son hijos naturales de la abundancia y
la sociedad de consumo, porque incluso muchos de sus propios padres alcanzaron
a serlo. Muchos han pasado su reciente infancia entre videoconsolas y
ordenadores, moviéndose en la ambivalencia de un espacio virtual que incomunica
y potencia la comunicación, que aísla o facilita de forma insospechada
los contactos, saltándose las fronteras espacio-temporales con una naturalidad
abrumadora. Todos han integrado la telefonía móvil con la sencillez propia
de lo que se conoce desde la infancia y la han puesto al servicio de una relación
grupal, de un estar perpetuamente en contacto, que ha hipertrofiado esa
eterna característica del adolescente: vivir en grupo, buscar reforzar su propia
personalidad separándose de las influencias familiares y potenciándose con
el apoyo y la identidad vicaria que brinda el grupo. Los centros comerciales
se han convertido en uno de sus espacios naturales, materializando, en una
expresión espacial, esa unión estrecha entre ocio y consumo, también avalada
y apuntalada por mecanismos culturales y simbólicos; al tiempo, han protagonizado
un proceso de ocupación de determinados espacios públicos, de tal
modo que éstos han dejado de ser públicos para convertirse en una especie de
prolongación de ámbitos privados (eso sí, colectivos) para un grupo ampliado
de adolescentes y jóvenes. Son miembros de una generación escasa en cuanto
a número de miembros, porque sus padres y madres decidieron tener pocos
hijos, uno o a lo máximo dos, y muchos de ellos son hijos únicos, con lo que
eso comporta de cosmovisión particular de cuanto acontece a su alrededor.
Adolescencia y juventud se han visto alargadas en los últimos cincuenta años
en nuestra sociedad, no por razones psicológicas sino por el contexto social
que atribuye determinadas funciones y posibilidades a los grupos de edad,
quedando como unas etapas sin atributos, en espera de la inserción al mundo
adulto. Cada día se extiende más lo que cabe entender por adolescencia y
juventud. Por un lado, se empuja hacia abajo la categoría social de la adolescencia
y, por el otro lado, se prolongan las edades juveniles, hasta una emancipación
que no ocurre ya hasta bien entrada la treintena. Motivos laborales
y de vivienda, por citar sólo los más señalados, alargan la permanencia en el
nido familiar de origen, con lo que se propicia unas generaciones de jóvenes
y adolescentes, curricularmente bien dotadas para insertarse en el mundo
laboral pero que encuentran trabas y dificultades para hacerlo en condiciones
estables, por la precariedad y desregulación del mercado de trabajo. Una
10 ADOLESCENTES ANTE EL ALCOHOL
situación, que facilita la instalación en un cierto paréntesis existencial, en el
que hay cosas que son pertinentes (prepararse para un horizonte de futuro
indeterminadamente aplazado, integrarse en la normalidad del grupo de iguales,
divertirse y aprovechar las ventajas coyunturales, incluso, trabajar para
incrementar los ingresos que alimentan el binomio ocio-consumo), y otras
que quedan totalmente fuera de lugar (preocuparse por lo colectivo, dar los
pasos operativos para una socialización independiente...). Un paréntesis en el
que, según el discurso colectivo de esos adolescentes prolongados, uno de los
factores más determinantes estaría referido a una cierta irresponsabilización
sobre lo que se hace y sobre lo que sucede: al fin y al cabo no hacen más
que adaptarse y representar su rol en una sociedad que, aseguran con cierto
distanciamiento cínico, les ha venido dada.
Es una situación frente a la que, padres y madres de esos protagonistas adolescentes,
cada vez más
...