Amor, Masculinidad, Epoca En La Iliada Y La Celestina

Rol de la mujer en la “Ilíada”: la femineidad que interviene en la Ilíada son muy pocos en comparación a los actos masculinos, ya que es una obra épica, basada en las súper hazañas de los héroes de los antiguos pueblos.

Lo que se puede encontrar relacionada con la mujer, son las costumbres que intentan mostrar de la época griega: como se relacionan con la familia, como eran los héroes con las mujeres y como se portaba dentro de lo domestico y como Vivian cuando no peleaban

En el canto I, los personajes de Briseida y Criseida aparecen como mujeres sin voluntad. Son tratadas como un trofeo, una recompensa; el cual se entrega a un hombre, personaje heroico que gana una batalla. A esto se les ve a las mujeres sin derecho, sin autoridad de decidir sobre su cuerpo, sus deseos y su futuro. Estas estaban atadas a la autoridad de hombres como un objeto sexual. En esta época la unión de estas personas era un llamado concubinato, el cual era una unión en la que la mujer no tenía el mismo derecho y posición social que su concubino. Estas mujeres debían tener diferentes cualidades: linda figura, de natural belleza y de buenas destrezas domésticas.

En el caso de Hécuba y Andrómaca eran esposas y madres, por lo cual poseían más derecho que Briseida y Criseida, pero aun seguían con un papel mujer limitado a la realización de las tareas religiosas, de las tareas domésticas (la administración y orden de la servidumbre) y a la crianza de los hijos

Helena desempeña el papel de la mujer que ha causado el mal al pueblo troyano por haber cometido el pecado de abandonar a su legítimo esposo Menelao, provoco la guerra entre el pueblo aqueo y el troyano. Helena era la mujer mas bella y además representaba a todo el sexo femenino.

En fin la iliada nos refleja una sociedad con derechos desigual, patriarcal en relación a la mujer y machista. La mujer no tenia derecho a decidir y hacer lo que desea; esta no gozaba de su libertad propia, si no que estaba bajo la voluntad masculina.

Rol de la mujer en “La Celestina”: Las mujeres son consideradas para todo el mundo; tienen una participación medieval en la cual la mujer no participa en el medio laboral. Se puede diferenciar dos clases sociales: el pueblo y la nobleza, en el pueblo podemos encontrar a Celestina, Elicia, Areúsa y Lucrecia y en la nobleza a Alisa y Melibea.

Celestina es una mujer que ama la vida pero que no siente amor por nadie; vive para disfrutar y sentirse viva. Tiene una estrategia muy hábil, ya que, por su conocimiento de las personas y la parla que tenia hacia ellas, los cuales le otorgaban un gran poder de seducción, con el cual podía recurrir a lo que quería basados en la astucia y el engaño. Representa la mujer más individualista y autosuficiente. No necesita ningún hombre para sobrevivir.

Elicia representa a una mujer a la que sólo le interesa el hombre por lo que pueda sacar de él y para satisfacer su deseo. Esto ya no es propio de la época medieval; vemos como la mujer va evolucionando y se va liberando, lo cual le otorga una degradación moral y social.

Areúsa es el personaje a través del cual Rojas expresa su más amarga crítica social, sobre la situación de la mujer. Se caracteriza por su independencia y libertad en que vive, es una mujer dispuesta y con coraje frente a la nobleza, de ahí su odio a las clases altas, reflejando las penalidades de los sirvientes, los malos tratos, los celos de las señoras, su egoísmo y desconsideración.

Lucrecia representa las primeras salidas laborales que tenía la mujer de la época: servir en una casa de nobles. Si quería sobrevivir debía perder su libertad.

Alisa por una parte, refleja a una mujer resuelta, impaciente y desconfiada; por otra, no es capaz de advertir en todo un mes que su casa ha sido escenario nocturno de los amores de Calisto y Melibea.

Melibea vive con intensa pasión, pero la sociedad machista impide que exprese sus sentimientos. Lo que la hace una mujer autónoma y cada vez con más deseo de mostrar que no es inferior al hombre.

Todos los personajes demuestran, a su manera, que se hallan solas en el mundo tan sólo por el hecho de ser mujer.

El poder expresar sentimientos o pensamientos propios era por el tabú. Si uno refleja como quería ser con uno mismo era un pecado e iba en contra de las reglas.

“Ello no ha impedido a los estudiosos, sin embargo, detectar una fuerte carga crítica en la obra: el converso Rojas trazaría un agrio retrato de una sociedad que se dice cristiana pero que en modo alguno actúa como tal: todos los personajes se mueven por el egoísmo, por el propio interés; a unos los ciega la pasión, a otros las lujuria, a otros la codicia, la envida o el odio; y todos persiguen el dinero o el placer, sin importar

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