Análisis Personajes - El Alquimista

Santiago

Santiago, un joven pastor de un pequeño pueblo andaluz, es el protagonista de El Alquimista. Está decidido, testarudo, y curiosidad por aprender todo lo que pueda sobre el mundo. Como resultado, se resistió a los deseos de sus padres que se convierten en un sacerdote y optó por trabajar como pastor para que él tendría la oportunidad de viajar por todo el país. A pesar de su audacia natural, Santiago sigue siendo conservadora y satisfecho de sí mismo de muchas maneras hasta que sueña con descubrir un tesoro escondido cerca de las pirámides de Egipto. Santiago vacila para perseguir su sueño hasta que conoce a Melquisedec, un misterioso anciano que dice ser el rey de Salem. Después de Melquisedec le revela los poderes mágicos de la naturaleza, Santiago se convierte en un buscador espiritual dispuesto y pone en marcha para cumplir su Leyenda Personal, el sueño innata que cada persona tiene de lograr su más grande deseo.

A medida que la historia avanza y Santiago se acerca más al tesoro, que se centra más en su creciente comprensión de la fuerza mística que impregna todo, llamado el Alma del Mundo. El tiempo que pasa cruzando el desierto en su camino a las pirámides le enseña a prestar atención al mundo que le rodea y para ver toda la creación en su entorno, incluso en un solo grano de arena. El conocimiento se adquiere desde el desierto le permite reconocer la naturaleza como una sola, todo unificado. Su mayor avance espiritual, sin embargo, se produce después de que conoce el alquimista, que le ayuda a entenderse a sí mismo y para leer los presagios de su entorno. Santiago finalmente aprende a comunicarse con el viento y el sol y la mano que escribía Todos, una fuerza evidentemente sinónimo de Dios o Alá.

El alquimista

Supuestamente 200 años de antigüedad, el alquimista es un personaje misterioso y un extremadamente poderoso practicante de la alquimia que reside en el oasis de Al-Fayum. Muchos en Al-Fayum no saben de su existencia, e incluso los jefes tribales deben solicitar una audiencia si desean verlo. Tiene entre sus pertenencias la Obra Maestra, considerada como la última meta de la alquimia, que consiste en la piedra filosofal, capaz de convertir cualquier metal en oro, y el elixir de la vida, capaz de curar todos los males. Además, parece poseer poderes mágicos. El alquimista funciona principalmente como un maestro a Santiago, a pesar de que a menudo habla con acertijos y espera Santiago para aprender más a través de la experiencia que a través de la instrucción verbal.

Las enseñanzas de El alquimista conectan metáfora dominante del libro de la alquimia que transforma un elemento en otro elemento al propio viaje de Santiago más valioso. La sabiduría de El alquimista le conecta con el alma mística del mundo. Esta conexión le proporciona sus habilidades sobrenaturales, y le permite guiar Santiago en su propia búsqueda para entender el Alma del Mundo. Santiago, con la orientación del alquimista, aprende a leer y comunicarse con el mundo que le rodea, en última instancia, lo que conduce al tesoro que busca ya sus propias habilidades sobrenaturales. En otras palabras, Santiago, finalmente, se somete a su propia transformación. Método de no intervención del alquimista de la enseñanza, sin embargo, sugiere que ninguna forma directa de la instrucción puede permitir que alguien se conecte con el Alma del Mundo. En cambio, Santiago, y de hecho cualquier estudiante, debe enseñar y transformar a sí mismo al escuchar su propio corazón ya su medio ambiente.

El mercader de Cristal

El comerciante de cristal sirve como un importante amigo de Santiago durante el tiempo de Santiago en Tánger, pero también funciona como un caso aleccionador de alguien que ha vuelto complacientes y renunciado a la búsqueda de su Leyenda Personal. Él mantiene una tienda de cristales en la parte superior de una colina en Tánger, y tuvo bastante éxito hasta que la ciudad cayó en desgracia como un puerto. A pesar de que es un buen hombre que es devotamente religiosa y la amabilidad de tomar en Santiago, teme perseguir su sueño de hacer una peregrinación a La Meca porque piensa que no tendrá nada que vivir una vez que ha logrado su sueño. El comerciante de cristal no toma orgullo en su enfoque conservador a la vida, pero se siente arraigado en

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