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CAMINO AL PAÍS DE CUATRO RÍOS


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  8.255 Palabras (34 Páginas)  •  425 Visitas

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CAPITULO 1

El primer amor nunca dura. Lo sabía desde el principio.

Por lo menos, había entendido que no existía "un amor romántico" en los sentimientos que tenía para él. Mostrándole sus debilidades, aprovechándose de él... eso fue todo, simplemente dependió de él como un amigo cercano.

Y sin embargo, la razón por la que no podía cortar su persistente cariño... era porque aún tenía un poco de esperanza. No tenía que ser su amante, era suficiente si pudiera ser la persona más importante en su vida. Hubiera sido más que suficiente... el permanecer cerca de su lado.

Podía oír el sonido de lluvia cayendo afuera.

La lluvia golpeó con fuerza contra el asfalto, el sonido parecía resonar con simpatía con su propia irritación. La lluvia había estado cayendo desde hace bastante tiempo esa noche, y aún así, el agua oscurecida por el lodo que se arremolinaba fuera, no podía quitar la empapada oscuridad de su corazón.

Miró la televisión en el Izakaya se había metido allí en busca de refugio contra la intemperie y se dio cuenta de una advertencia de fuertes tormentas eléctricas. En un principio había planeado regresar a casa una vez que la lluvia se hubiera calmado, pero la lluvia que había empezado a caer en la tarde, no mostró señales de detenerse, y comprendió que había perdido desde hacía mucho tiempo el momento de dejar la seguridad del bar.

...O bien, quizás eso fue sólo una excusa, se dijo. En verdad, probablemente sólo quería atrasar el regreso a esa habitación llena de recuerdos de él, durante el mayor tiempo posible.

Y tampoco fue tan malo, eso pensó mientras vaciaba copas de sake en medio de su desesperación, pero ahora podía sentir un malestar horrible en la boca del estómago, cosa que no era de extrañar, no había forma de no sentir los efectos de beber tanto alcohol. El lado positivo, es que no tenía dolor de cabeza. Frunció el ceño en señal de malestar y trató de darse vuelta, posteriormente, sintió una extraña sensación en la mejilla.

"¿Dónde... estoy?"

Poco a poco se levantó con suavidad del mullido colchón, Yokozawa Takafumi frunció el ceño en señal de confusión al mirar con detención su entorno, estaba en una habitación que nunca había visto antes. No era su casa, ni la de ninguno de sus amigos. La estética sencilla hablaba de un hotel de negocios, sin embargo él no tenía ningún recuerdo de haberse registrado en un hotel. Lo último que recordaba era cuando de metió en el Izakaya porque la lluvia no había cesado aún...

"No puedo recordar..."

Comenzó a hurgar en sus recuerdos, pero todos estaban borrosos, lo único que fue capaz de recordar, fueron las palabras del camarero, que estaba preocupado ya que estaba bebiendo demasiado. En cualquier caso, tenía que deshacerse de esta resaca y rápido, o no iba a ser capaz de usar la cabeza para nada.

Nunca había llegado a estar tan borracho antes en su vida; después de todo, siempre había sido su trabajo cuidar de cierta persona quien tenía ese hábito de mierda. Nunca había siquiera imaginado que iba a despertar una mañana y no iba a ser capaz de recordar nada.

Sacudió la cabeza violentamente, recuperó un poco de sentido y parpadeó varias veces en una rápida sucesión, mientras que masajeaba sus pesados párpados por el sueño con sus dedos. Fue en ese momento que sintió algo extraño al verse a sí mismo.

"....."

Aunque no recordaba haberse desvestido, por alguna razón estaba completamente desnudo. Para empezar, casi nunca duerme desnudo, y la curiosidad lo llevó a levantar las sabanas.

"¿...?"

Dándose cuenta de que ni siquiera vestía ropa interior, su nervioso creció y rápidamente cubrió su parte baja.

Quizás solo había llegado borracho y se había desnudado por voluntad propia, lanzando su ropa alrededor. Diciéndose eso a sí mismo, miró a su alrededor, pero no pudo localizar ni un solo calcetín, por no hablar de su propio traje.

Encontró su ropa interior, esta se había deslizado justo debajo de la cama, extendió un brazo para agarrarla y se la puso por debajo de las sábanas, dio un suspiro de alivio. Existía un mundo de diferencia entre tener al menos una pieza de ropa a no tener nada de nada.

Había notado también otra cosa cuando había inspeccionado la habitación: el sonido de la ducha. Aparentemente había interpretado el sonido de la ducha del cuarto de baño como el sonido de lluvia cayendo en sus sueños.

Pero ese no era precisamente el problema: Se podía oír la ducha abierta... eso significaba que alguien la estaba usando.

Nunca en su vida había llevado una relación casual en un hotel así. Muy por el contrario, estaba firmemente en contra de tener relaciones con desconocidos. Y sin embargo, cuando se detuvo examinar el estado en que había estado la noche anterior, tuvo que admitir que no habría sido tan extraño si hubiera sido tan descuidado...

Mientras estaba allí sentado preocupándose sin fin, el sonido del agua corriendo se detuvo repentinamente.

"¡..........!"

Contuvo el aliento y se preparó para hacer frente a la mujer que estaba a punto de salir de ese cuarto de baño. Aunque no sabía el cómo había llegado allí con él, sabía que tenía una responsabilidad como hombre así que aceptaría las consecuencias de sus acciones.

Yokozawa pensó rápidamente en una docena de pautas y simulaciones en su mente, pero sus pensamientos fueron paralizados cuando la persona que salió del cuarto de baño, vestida con sólo una bata, era en realidad un hombre.

"Oh, estás despierto. ¿Cómo esta la resaca? "

El hombre que se secaba el pelo alborotado del cual caían unas cuantas gotitas de agua causadas por la ducha y que hablaba con un aire de indiferencia no era otro más que el editor en jefe de la destacada revista Japun Shoten Marukawa, Kirishima zen.

Tenía un perfecto equilibrio y estaba completamente ordenado, sus ojos almendrados y labios finos, acompañados de una expresión compuesta hicieron evidente

...

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