Clasificacion Ontologica De Karl Lowestein

La clasificación ‹‹ontológica›› de las Constituciones, en Loewenstein, Karl, Teoría de la Constitución, Madrid, Ed. Ariel, pp. 216-222.

Loewenstein empieza su clasificación dando una explicación acerca de evitar la palabra “existencial” por la que llamará ‘ontológico’. Los diferentes cambios que han sufrido las Constituciones es necesaria u obligatoria una nueva clasificación, que es lo mismo que intenta el autor. Hace su clasificación agrupando a estas leyes fundamentales según su carácter normativo, nominal y semántico.

Constitución normativa:

Loewenstein no analiza la esencia y el contenido de las Constituciones sino en la correspondencia o relación que hay entre normas constitucionales con lo que es la realidad del proceso del poder. Él se basa en una Constitución escrita no funciona por sí sola, una Constitución es lo que los detentadores y destinatarios del poder hacen en la práctica. Para hacerse realidad la conformación específica del poder prevista constitucionalmente dependerá del medio político y social donde tiene que valer. Cuando se implanta, sin previa educación política, una democracia constitucional, en un Estado recién liberado de algún yugo colonial o autocrático, es casi imposible que tome ‘raíces’ de forma automática. Esto hace que para considerar a una Constitución ‘viva’ tiene esta que ser “vivida” por los destinatarios y detentadores del poder en un ambiente nacional favorable. Se necesita que haya sido olvidado casi por completo la tradición autocrática en los gobernados y gobernantes para poder adoptar esta nueva democracia o tipo de Estado, podría decirse que se necesita ‘borrón y cuenta nueva’. Pero para que la Constitución sea viva no sólo necesita ser válida sino también tendrá que ser observada por todos los interesados e integrada de sociedad estatal, y ésta en ella. Deberá ser uno solo Constitución y la comunidad; y así es como se dirá que se tiene una Constitución normativa que nos dice es: “sus normas dominan el proceso político o, a la inversa, el proceso del poder se adapta a las normas de la Constitución o se somete a ellas” (p. 217). Utilizando un ejemplo claro es tomar a la Constitución como un traje que sienta bien y se lleva realmente bien; que son el uno para el otro, existen y coexisten.

Constitución nominal:

Es aquella Constitución que es jurídicamente valida pero su dinámica del proceso político no se adapta a sus normas, que carece de realidad existencial. No confundir con una práctica constitucional diferente del texto constitucional; “las Constituciones no cambian sólo a través de enmiendas constitucionales formales, están sometidas…., a la metamorfosis que sufre toda norma por efecto del ambiente político y de las costumbres” (p. 218). La Constitución nominal implica que los presupuestos sociales y económicos que existen en el momento operan contra una

concordancia entre las normas constitucionales y las exigencias del proceso del poder. Esta situación, de momento o por ahora, impide o no permite esta concordancia entre norma y proceso del poder. La decisión política que condujo a promulgar la Constitución fue prematura, esto no hace que se pierda la fe o esperanza de la buena voluntad de detentadores y los destinatarios del poder, de que en un mañana no muy lejano la realidad del proceso del poder corresponderá al establecido en dicha Constitución. La función primaria es la educativa, su objetivo es convertirse en normativa. El símil: el traje cuelga en el armario esperando a un cuerpo nacional maduro. Es una Constitución adelantada a su realidad; como el pastel que se saca antes del horno, aún no está del todo cocido pero si se reintroduce al horno hasta su perfecta cocción habrá de funcionar para su propósito.

Constitución semántica:

Se toma en Estados donde la Constitución es plenamente aplicada, nos dice el autor “su realidad ontológica es la formalización de la existente situación del poder político en beneficio exclusivo de los detentadores del poder fácticos, que disponen del aparato coactivo del Estado” (p. 218). La función o tarea principal de una Constitución escrita es la limitación de la concentración del poder para dar fuerza a las comunidades dentro del cuadro constitucional, bajo el tipo constitucional tendrá restringida su libertad de acción y será encauzada en la forma que deseé y beneficie a quien detente el poder sin importar

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