Conflicto Y Valor
josuegamaliel119 de Junio de 2014
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CONFLICTO Y VALOR
6 de febrero de 1970
En la antigüedad, Abrahán, Isaac, Jacob y Moisés, con su humildad y sabiduría, y Josué con sus diversos dones, fueron todos empleados en el servicio de Dios. La música de María, el valor y la piedad de Débora, el afecto filial de Rut, la obediencia y fidelidad de Samuel, la firme fidelidad de Elías, la suavizadora y subyugadora influencia de Eliseo, todas estas cualidades se necesitaron. Así también a hora, todos aquellos a quienes Dios ha prodigado sus bendiciones, han de responder con un servicio verdadero; ha de emplearse cada don para el adelanto de su reino y la gloria de su nombre (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 283).
La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más intimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos (La Educación, pág. 54).* 7
Viernes 1º de enero PARA QUE TENGAMOS ÁNIMO*
Porque todas esas palabras que fueron escritas hace mucho, son para enseñarnos hoy a nosotros; para que cuando leamos en las Escrituras acerca de la paciencia de los hombres y de toda la ayuda de Dios les prestó en aquellos días, tengamos ánimo y esperanza en nuestros propios días. (Rom. 15: 4, Phillips).
Las vidas relatadas en la Biblia son biografías auténticas de personas que vivieron en realidad. Desde Adán hasta el tiempo de los apóstoles, a través, de sucesivas generaciones, se nos presenta sin relato claro y escueto de lo que sucedió en realidad y de lo que experimentaron personajes reales. A muchos les extraña que la historia inspirada narre los hechos que mancillan el carácter moral de hombres buenos. . .Los escritores inspirados no escribieron mentiras destinadas a impedir que el relato de las flaquezas y faltas humanas ensombrecieran las páginas de la historia sagrada. . .
El hecho de que no se pasa por alto la verdad, ni se suprimen los pecados de los personajes principales, es, una de las mejores evidencias de la autenticidad de las escrituras. . . Cuántas biografías se han escrito acerca de los cristianos impecables, que por su vida hogareña y relaciones con la iglesia resplandecían como ejemplos de piedad inmaculada. . . Sin embargo, si su historia hubiese sido escrita por una pluma inspirada, ¡cuán diferente habría parecido! Se habrían revelado las debilidades humanas, las luchas con el egoísmo, el fanatismo y el orgullo, tal vez los pecados ocultos, y la guerra continua entre el espíritu y la carne. . .
Si nuestra buena Biblia hubiese sido escrita por personas no inspiradas, habría presentado un aspecto muy diferente, y su estudio sería desalentador para los mortales que yerran, que contienden con flaquezas naturales y las tentaciones de un enemigo astuto. Pero tal cual es, tenemos un relato correcto de la experiencia religiosa que tuvieron los personajes notables de la historia bíblica. Los hombres a quienes Dios había favorecido y a quienes había confiado grandes responsabilidades, fueron a veces vencidos por la tentación y cometieron pecados, así como nosotros actualmente luchamos, vacilamos y con frecuencia caemos en el error. Pero es alentador para nuestro corazón abatido saber que por la gracia de Dios ellos pudieron obtener nuevo vigor para levantarse por encima de su naturaleza mala; y al recordar esto, estamos listos para reanudar la lucha de nosotros mismos (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs, 436-438). 8
Sábado 2 de enero HAY ESPERANZA*
1 Cor. 10: 1-13.
Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. (1 Cor. 10: 10, 11).
Las murmuraciones del antiguo Israel y su descontento rebelde, como también los grandes milagros realizados en su favor, y el castigo de su idolatría e ingratitud, fueron registrados para nuestro beneficio. El ejemplo del antiguo Israel es dado como advertencia para el pueblo de Dios, a fin de que evite la incredulidad y escape a su ira. Si las iniquidades de los hebreos hubiesen sido omitidas del relato sagrado, y se hubiesen relatado solamente sus virtudes, su historia no nos habría enseñado la lección que nos enseña. . .
Si los hijos de Dios quisieran reconocer cómo los trata él y aceptasen sus enseñanzas, sus pies hallarían una senda recta, y una luz los conduciría a través de la oscuridad y el desaliento. David aprendió sabiduría de la manera en que Dios le trató, y se postró en humildad bajo el castigo del Altísimo. La descripción fiel que de su verdadero estado hizo el profeta Natán, le dio a conocer a David sus propios pecados y le ayudó a desecharlos. Aceptó mansamente el consejo y se humilló delante de Dios. "La ley de Jehová -exclama él- es perfecta, que vuelve el alma" (Sal. 19: 7).
Los pecadores que se arrepienten no tienen motivo para desesperar porque se les recuerden sus transgresiones y se les amoneste acerca de su peligro. Los mismos esfuerzos hechos en su favor demuestran cuánto los ama Dios y desea salvarlos. Ellos solo deben pedir su consejo y hacer su voluntad para heredar la vida eterna. Dios presenta a su pueblo que yerra los pecados que comete, a fin de que pueda ver su enormidad según la luz de la verdad divina. Su deber es entonces renunciar a ellos para siempre.
Dios es hoy tan poderoso para salvar del pecado como en los tiempos de los patriarcas, de David y de los profetas y apóstoles. La multitud de casos registrados en la historia sagrada, en los cuales Dios libró a su pueblo de sus iniquidades, debe hacer sentir al cristiano de esta época el anhelo de recibir instrucción divina y celo para perfeccionar un carácter que soportará la detenida inspección del juicio (Joyas de los Testimonios, tomo 1, págs. 438, 442, 443). 9
Domingo 3 de enero UN LUGAR EN EL FRENTE*
Los labios del justo apacientan a muchos. (Prov. 10: 21).
A pesar de la iniquidad que prevalecía, había un número de hombres santos, ennoblecidos y elevados por la comunión con Dios, que vivían en compañerismo con el cielo. Eran hombres de poderoso intelecto, que habían realizado obras admirables. Tenían una santa y gran misión; a saber, desarrollar un carácter justo y enseñar una lección de piedad, no sólo a los hombres de su tiempo, sino también a las generaciones futuras. Sólo algunos de los más destacados se mencionan en las Escrituras; pero a través de todos los tiempos, Dios tuvo testigos fieles y adoradores sinceros (Patriarcas y Profetas, pág. 71).
¡Cuán a menudo los que confiaron en la Palabra de Dios, aunque eran en sí mismos completamente impotentes, han resistido el poder del mundo entero! Enoc, de corazón puro y vida santa, puso su fe en el triunfo de la justicia contra una generación corrupta y mofadora; Noé y su casa resistieron a los hombres de su época, hombres de mucha fuerza física y mental y de la más degradada moralidad; los hijos de Israel, que junto al mar Rojo no eran más que una multitud indefensa y aterrorizada de esclavos, resistieron al más poderoso ejército de la más poderosa nación del globo; David, siendo tan sólo un pastorcillo que tenía la promesa del trono dada por Dios, resistió a Saúl, el monarca reinante, dispuesto a no ceder su poder. El mismo hecho se destaca en el caso de Sadrac y sus compañeros en el horno de fuego, y Nabucodonosor en el trono; Daniel entre los leones, y sus enemigos en los puestos elevados del reino; Jesús en la cruz, y los sacerdotes y príncipes judíos forzando al gobernador romano para que hiciese su voluntad; Pablo encadenado y llevado a sufrir la muerte de un criminal, y Nerón, déspota de un imperio mundial.
No sólo en la Biblia se encuentran estos ejemplos. Abundan en los anales del progreso humano. Los valdenses y los hugonotes, Wiclef y Hus, Jerónimo y Lutero, Tyndale y Knox, Zinzendorf y Wesley, y multitudes más, han dado testimonio del poder de la Palabra de Dios contra el poder y el proceder humanos que apoyan el mal. Estos constituyen la verdadera nobleza del mundo. Constituyen su realeza. Los jóvenes de hoy día son llamados a ocupar sus lugares (La Educación, pág. 248). 10
Lunes 4 de enero ¿QUE FRUTO?*
Los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan. (Job 4: 8).
Como agente educativo, ninguna parte de la Biblia es de mayor valor que sus biografías. Estas biografías diferente de todas las demás en que son absolutamente fieles a la realidad. Es imposible que una mente finita interprete exactamente, en todas las cosas, las operaciones de otra. Solamente Aquel que lee el corazón, que discierne la fuente secreta de los motivos y de las acciones, puede delinear con absoluta fidelidad el carácter, o dar una fiel descripción de una vida humana. Sólo en la Palabra de Dios se encuentra una descripción tal.
No hay verdad tan claramente enseñada por la Biblia como la de que lo que hacemos, es resultado de lo que somos. En gran parte, los incidentes de la va son el fruto de nuestros propios pensamientos y acciones. "La maldición no viene sin causa" (Prov. 26: 2).
"Decid al justo que le irá bien. . . !Ay del malo! pues mal le irá; porque la recompensa de lo que han hecho sus manos le será dada" (Isa. 3: 10, 11).
"¡ Escucha, oh tierra! He aquí que voy a traer el mal sobre este pueblo, es a saber el fruto de sus mismos pensamientos" (Jer. 6: 19).
Es terrible esta verdad y debería ser profundamente inculcada. Toda acción reacciona sobre
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