Consumo y ahorro

Consumo y ahorro: ¿hay que gastamos o ser ahorrativo?

Editores introducción

El consumo es un componente clave del gasto general en la economía, lo que constituye más del 60 por ciento del PIB. Mientras que en el análisis final todos estarán de acuerdo en que el consumo es el fin último de la producción, los economistas son un tanto ambivalente con respecto a su función. Keynesianos, así como otros economistas no convencionales, hacen hincapié en el papel positivo del consumo en la determinación del bienestar humano, sino que también apuntan a su importancia crítica en la determinación de los resultados macroeconómicos. A pesar de que en gran medida están de acuerdo sobre las implicaciones para aumentar el bienestar de consumo, los economistas neoclásicos tradicionales hacen hincapié en que una economía en última instancia, se enfrenta a una disyuntiva entre el consumo y la acumulación de capital a largo plazo, y que este último está determinado por el ahorro, no el consumo. En este punto de vista, lo que se necesita para el crecimiento a largo plazo es el ahorro, o el acto de abstenerse de su consumo.

Como si este desacuerdo no es suficiente, hay aún más la discordia respecto cuál está detrás de los gastos de consumo. Los economistas ortodoxos apuntan a una posición de la riqueza del individuo subyacente como la fuerza impulsora detrás de consumo final.

Por lo tanto, lo que importa en la explicación de la conducta de consumo de largo plazo es la corriente a largo plazo de los ingresos actuales y futuros (o unos "ingresos permanentes"). Ronald Bodkin discute este punto de vista en su contribución y proporciona una útil revisión de la literatura pertinente. Los economistas heterodoxos dirigen su análisis en lugar de la función desempeñada por la heterogeneidad de los hogares, el consumo de las normas del grupo, y la distribución del ingreso en la determinación tanto de corto plazo y los patrones de consumo a largo plazo-como se comenta en la contribución de Mario Seccareccia. Pero cuál está detrás de consumo?. ¿Es la conducta de los consumidores, que maximizan su utilidad sujeto a su restricción a largo plazo la riqueza?. ¿O es más su comportamiento sociológico como consumidores que tienden a emular patrón-set aun cuando sus propios ingresos reales y las posiciones de riqueza persistentemente se deterioran?

Hubo un tiempo, para responder a esta pregunta, existe una verdadera confianza entre la mayoría de los economistas al afirmar que era el nivel de riqueza real alcanzado por la comunidad que jugó el único papel más importante. Sin embargo, las dos últimas décadas han supuesto un reto, ya que el extraordinario crecimiento del gasto de consumo no se puede explicar fácilmente por el crecimiento a largo plazo de los ingresos reales de una riqueza. El movimiento de la tasa de ahorro

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