DE LA VIDA FELIZ

DE LA VIDA FELIZ

El primer razonamiento al que llegaron fue que el hombre posee cuerpo y alma, y que así como el cuerpo necesita de sus alimentos también el alma los necesita, siendo estos la ciencia. Y como los cuerpos faltos de alimentos se encuentran débiles así también las almas de los ignorantes. .

Partiendo de la premisa de que todos queremos ser felices buscan el camino que los guíe. La primer respuesta es, no se puede ser feliz si no se tiene lo que se desea, pero tampoco lo será quien desee males y los obtenga, de aquí que será feliz aquel que tenga lo que quiera, siempre que sean cosas buenas. Mas aún queda por indagar qué es lo que se debe querer. Con esto se resuelve que debe ser algo seguro, permanente y que no esté atado a la suerte. De aquí se concluye que ese algo es Dios y que será feliz quien lo posea. ¿Quién posee a Dios? Es la pregunta que surge inmediatamente, a la que se le sobrevienen tres respuestas: 1) tiene a Dios quien vive bien, 2) el que cumple su voluntad, y 3) quien tiene el alma limpia del espíritu impuro, vivir bien es hacer la voluntad de Dios, y tener el alma libre del espíritu impuro no es otra cosa que vivir castamente, que es lo mismo que vivir bien. Solución está a la que todos asienten, sin embargo Agustín les muestra que quien busca a Dios reúne ya estas condiciones. Porque Dios desea que todo hombre lo busque, por lo tanto quien lo busca cumple su voluntad, asimismo vive bien y se mantiene en la castidad. Pero si decir esto es verdadero, se dirá entonces que quien reúne estas condiciones aun no tiene a Dios, porque si lo tuviera no lo buscaría

De aquí que se rompe la anterior premisa de que es feliz quien posee a Dios y nace una nueva; es feliz quien tiene a Dios favorable. Pero se sigue en la misma dificultad, porque si Dios es favorable a quienes le buscan, estos ya serán felices, es decir, será feliz quien aún no tiene lo que desea y la clasificación queda así: “todo el que ha hallado a Dios, lo tiene favorable y es feliz. El que no lo busca no tiene a Dios propicio y por lo tanto no será feliz. Y el que lo busca, lo tendrá favorable pero aún no será dichoso”.

Será feliz quien esté libre de necesidades, Agustín demuestra el error. Porque no es lo mismo necesidad que infelicidad, pues porque aunque todo necesitado es infeliz, no es así que todo infeliz tiene necesidad. Para explicar esta afirmación él toma un ejemplo de un hombre tan rico y poderoso que con solo indicar lo que desea lo obtiene. Aquí se ve claramente que dicho hombre no padece de necesidad, pero aun así no será feliz, pues todos sus bienes son contingentes y están atados al azar, y por este motivo quien los tenga no tiene la seguridad de tenerlo siempre y nace en él la sensación de temor por perderlo todo. Aquí se ve la diferencia, mientras un defecto se da por tenerlo todo, pero con temor a perderlo, el otro se

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