EL VIEJO Y EL MAR

EL VIEJO Y EL MAR

ES UN LIBRO QU NOS PRIYECTA LA SENCIBILIDAD HACIA TU PROPIO ENFOQUE COMO PERSONA, UNA NOVELA CUYO PROTAGONISTAS NOS HACEN A NALIZAR CADA SITUACION QUE ACONTECE, E IR MAS ALLA DE , LA LETURA ANALIZANDO SUS CONDUCTAS.

Concepto y evolución histórica de la lección.- Existen en la convivencia del maestro con sus alumnos muchos momentos interesantes y valiosos. El maestro ha de poner en actividad sus capacidades mejores. Atención, memoria, comprensión, habilidades y destrezas de todo orden. Ha de realizar su auténtica misión educativa que no consiste sólo en trasmitir un contenido de cultura, sino además y, sobre todo, en despertar interés y hacer que cada niño y todos los de su clase participen en la tarea dramática de descubrir, de conquistar una nueva verdad. Este es el instante más deseado y más temido para todo maestro, ya que es hora de iniciar su lección, cuando ha de poner en juego no sólo su cultura, sino su conocimiento de infancia y su arte inimitable de educador.

La palabra lección la hemos heredado de la escolástica medioeval “lectio”, era una forma de adquisición del conocimiento que utilizaban los maestros en las escuelas monacales y catedralicias. La lección se apoyaba en los textos inspirados en los Padres de la iglesia, en Tomás de Aquino, en Aristóteles, cuyo contenido expresaba la doctrinadogmática. Enseñar era en realidad lee, y en todo caso explicar, interpretar o leído. El maestro carecía de la iniciativa para trasformar y menos discutir y negar lo que en el libro figuraba.

El sentido original de la lección, como forma didáctica dejo de ser una mera reproducción de textos, para convertirse en la exposición razonada y lógica hecha por los maestros, según su propio criterio, su interpretación original del conocimiento científico. La lección, para que sea fecunda, ha de acomodarse a las condiciones de los alumnos. La capacidad, el interés de los escolares marcarán directivas a nuestra conducta. El maestro no debe hacer nunca con sus lecciones niños hartos, ahítos, sino hambrientos de conocer y de aprender (Claparede)

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