ENSAYO SOBRE LAS SIETE LEYES ESPIRITUALES DEL ÉXITO
k.arolaEnsayo19 de Junio de 2013
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ENSAYO SOBRE LAS SIETE LEYES ESPIRITUALES DEL ÉXITO
“Hay gente que se preocupa más por el dinero que los pobres: son los ricos” Oscar Wilde.
JORGE POMARES C.
Chopra nos sitúa frente a la realidad del hombre moderno que guiado por la avaricia y la soberbia se ha apartado de la vida espiritual. Cuando hablamos de hombre moderno, nos referimos a ésa aspiración nacida a partir del renacimiento que intentó explicar todas las cosas a partir de la razón y el logos e impuso el Tecnicismo como instrumento para saciar sus apetitos de grandeza.
Esto lo hizo caer en el individualismo que caracteriza a nuestra enferma sociedad de hoy, cuyo lema principal parece ser “sálvese quien pueda”, llevados por el egoísmo, el mundo se hunde en la corrupción y la impunidad, en el despilfarro y en la opulencia amoral de unos cuantos hombres de poder que siguen danzando disfrazados, ajenos a la catástrofe, al hundimiento de millones de seres que hoy están excluidos de todo trato digno.
Proclamándose orgullosamente dueño y transformador de las cosas, el hombre terminó reificándose, convertido en objeto ha perdido su humanización, así tenga aspecto humano, llore, tenga voz, ojos y emociones. Reemplazó arrogantemente la angustia metafísica y religiosa por la eficacia, la precisión y el saber técnico.
Tecnolátra, prestó mayor atención al dinero y al poder que a cultivar el espíritu. El Capitalismo utilizó la ciencia positiva, para desposeer de su esencia rica y vital y convertirlo en hombre – masa. Al decir de Sábato: “Una vez que el logos se tecnificó, el proceso de industrialización y mecanización ha sido paralelo al perfeccionamiento de los medios de tortura y exterminio” Ej. Kosovo. El positivismo se proclamó como la tea que alumbraría el camino hacia la salvación y el progreso, nos ha conducido es hacia el abismo.
El hombre del primer mundo, “mundo desarrollado,” duerme tranquilo pensando en que su felicidad consiste en obtener y disfrutar todos los aparatos construidos por el avance cientificista, desconociendo la realidad de sus hermanos (las minorías étnicas, el tercer y cuarto mundo), fomentando la xenofobia, la discriminación y el racismo, practicas aún predominantes en nuestro emocionante final de milenio.
En últimas sigue sin escuchar la voz de Henry David Thoreau cuando dice: “ fui a los bosques porque deseaba vivir en la meditación, afrontar únicamente los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que ella tenía para enseñarme; no sucedería que estando próximo a morir descubriera que no había vivido”. Este es el éxito de Chopra también; en una sociedad en crisis como la norteamericana donde es predicable la sentencia de Nietzche “los valores no valen”, la medicina espiritual por él propuesta alcanza un alto grado de aceptación.
El hombre de hoy pretende desconocer las leyes de la naturaleza por eso es ajeno al dar, es bueno recordarle la metáfora que nos narra Gabriel García Márquez en cien años de soledad donde Amaranto segundo entre más daba más recibía pues esa sensación inefable de dar le reproducía el ganado, las cosechas y todas las cosas materiales. El avaro de hoy mezcla el odio al otro y el amor a sus posesiones; no sólo aspira a la acumulación de las riquezas, sino que también considera importante cerrarle espacios a las ideas llegando de esa forma a la intolerancia, una de las formas de la soberbia que no es más que el convencimiento de la superioridad propia y ajena a los demás, convirtiendo a la soberbia en la mas exaltada representación de la estupidez, pues desconoce la alteridad, el soberbio desde su mente deformada ejerce desde su pedestal sea político, económico, judicial, cultural ... la humillación.
El soberbio
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