Educación
enmjndulce10 de Junio de 2013
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LA FUNCIÓN DEL EDUCADOR EN LA APROPIACIÓN DEL ENTORNO POR PARTE DEL NIÑO.
Al educador, le corresponde planificar y organizar estas condiciones dentro del marco escolar, partiendo de los bagajes de cada niño, del suyo propio y poniendo a su alcance los recursos, técnicas, habilidades, e instrumentos necesarios, estos puedan comprender, integrar e incluso modificar la realidad natural y sociocultural.
Los educadores nos convertimos en coparticipes de la apropiación que los niños hacen de su entorno.
Será necesario, que al planificar la acción educativa, tengamos en cuenta, las características evolutivas de los niños, las de su entorno, posibilidades de actuar autónomamente, de relacionarse y participar.
APRENDIZAJE ESPONTANEO Y APRENDIZAJE ASISTIDO.
A los educadores, en muchas ocasiones, se nos plantea el dilema, “se lo enseñamos demasiado pronto y no pueden aprenderlo o es demasiado tarde y ya lo conocen”
Según Vygotsky existen dos niveles de desarrollo el nivel evolutivo real, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz.
DIVERSIDAD Y HOMOGENEIDAD.
Al entrar a la escuela cada niño es distinto, sus experiencias así como las competencias sociales e intelectuales que han acumulado en la familia y en los ámbitos donde se desarrolla su vida: vecindario, bario, grupos de amigos, asociaciones culturales, etc.
Los educadores deberemos diversificar las actuaciones educativas, nuestras intervenciones a los distintos ritmos d aprendizaje y desarrollo. Ya sea a través de experiencias cotidianas, y de aquellas, que no lo son tanto, ya sea a través de implicaciones individuales y colectivas.
La organización del aula, las actividades y experiencias que se planteen deberán ser variadas y flexibles, de manera que puedan satisfacer las necesidades de todos los niños, permitiendo que cada uno pueda avanzar en relación a sus propias posibilidades.
Deberemos propiciar propuestas en que cada uno pueda formular su particular punto de vista de la realidad, sus intereses, sus expectativas; procurando que no siempre se identifiquen o se dejen influenciar por las de aquellos que gozan de un bagaje experiencial as completo, o en las formulaciones del educador.
La actitud de los educadores debe potenciar este respeto, puesto que solo así podremos atender a la heterogeneidad, a la idiosincrasia de cada alumno.
RELACIONES SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS DEL ENTORNO DE NUESTRA ÉPOCA Y CONTEXTO CULTURAL.
Cada equipo de educadores deberá reflexionar sobre cuál es la caracterización del entorno en que se desarrolla la vida de los niños.
Al hablar del entorno nos referimos al mismo tiempo a contextos que se hallan a su vez, diferenciados físicas los unos de los otros, al hablar de entornos rurales, suburbiales, urbanos, marítimos, debemos considerar que todo contexto está sujeto a cambios de tipo, político, tecnológico, económico, antropológico, axiológico y científico.
A los educadores nos corresponde emprender la labor de aproximarnos al conocimiento de los lenguajes, criterios, valores, normas, costumbres… que conforman el medio ambiente cotidiano de los niños, para ello debemos reflexionar e indagar sobre las condiciones de vida a través de las cuales transcurre su existencia, teniendo en cuenta, que nuestra época y contexto, estas condiciones se extienden más allá del espacio estrictamente cotidiano, en el que estos se desarrollan.
No podemos limitar el entorno del niño a aquello que está exclusivamente cercano a él en el espacio, a su experiencia diaria. Este debe ser el punto de referencia, pero además deberemos deberemos tener en cuenta aquellos elementos, hechos, sucesos,
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