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El Ensayo Que Todos Quieren


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  1.512 Palabras (7 Páginas)  •  168 Visitas

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Era hija de Leticia y Miguel, aunque todos creían que su padre era Domingo.

Trigueña, de cuerpo escultural y rasgos duros, lo que la hacía parecer mayor, inteligente, organizada.

Le gustaban los barrios de casas apretadas y pequeños jardines en el frente.

Llevaba el pelo teñido color caoba. Usaba ropa pegada al cuerpo y aretes grandes y brillantes. Compartía apartamento con dos amigas, chiquito y fuera de la ciudad, pero tranquilo donde podía dormir todo el día.

A los diez años sospecho que Domingo no era su papá, y se lo preguntó a Leticia, quien se lo confirmó al cambiar de tema. Luego tuvo que irse de la casa porque le dio un sillazo a Domingo defendiendo a Leticia de la paliza que él le estaba dando, aun así Leticia siguió viviendo con él, mientras Yudelka estuvo de casa en casa, teniendo novios y pelándolos, y reprobando exámenes, pero aprendió algunas frases en inglés para también pelar a los turistas. Su primera vez fue a los doce años con un noviecito que sabía menos que ella.

Prefirió irse de prostituta a la capital en vez de estudiar para ser guía turística. La amadrinó, por así decirlo, Petra, que era dueña de una casa de masajes. Inmediatamente ganó algo de dinero se aclaró el pelo con un tono rojizo, ella quería ser rubia, pero Petra le dijo que ese color sería muy escandaloso para la casa de masajes.

Lo que quería era irse a Nueva York, ganar dinero en dólares, y poner un

salón o una boutique full de todo. Desde que llegó a la capital se puso como loca. Estuvo sonriendo como una idiota y antes de la semana comenzó el proceso de transformación. Se alació el pelo y se lo tiño de rojo. Se imaginó como seria su vida, pero todo eso se vino abajo cuando llego a la casa de masajes, pues esos hombres le daban asco y más cuando tenía que masajearlos y ellos comenzaban a gemir como animales. Antes del mes supo que tenía que hacer otra cosa.

Se enamoró de Rafael, este le iba a presentar a su madre, pero lo mataron la noche antes del día acordado. Después que el murió, ella parecía un fantasma, hacia su trabajo bien pero parecía un robot.

A los diecinueve años ya era una profesional en servicios sexuales e independizada, pues se separó de Petra entrando a trabajar de mesera en un restaurante de lujo llamado La Ballena que estaba frente al malecón, donde ofrecía sus servicios por abajo, sin el conocimiento del dueño.

Volvió al pueblo para coger la yola, aun así le entro una especie de tristeza mezclada con añoranza. Luego del fracaso de lo de la yola y de darse cuenta que Miguel era su padre segundos antes de que lo mataran, dedico su vida a Dios en una congregación laica de docentes y médicos.

Cuando conoció a su abuela, Martina, sintió la paz interior que le produjo el haber encontrado su sangre.

Tiburón

Su verdadero nombre era Santo Benigno Cuevas, hijo de Cipriano

Cuevas, de ascendencia española, y de Teresa Mendí, de ascendencia haitiana. Sus abuelos se llamaban Eleuterio y Ernestina.

Nació en un pueblo de la frontera. Nunca conoció a sus padres, pues murieron en una crecida del Masacre. Y sus abuelos murieron cuando él todavía era un niño. Lo crió el alcalde don Justo, que era un hombre bueno, por lo que cuando se enteró que su protegido estaba persiguiendo a los haitianos con los guardias lo boto de la casa y ese fue el inicio de su total perdición.

Ya a los dieciséis años era frio y sanguinario. Mediano de estatura, flaco y barrigón, la piel enrojecida y la cara llena de espinillas. Nunca le había gustado bañarse y despedía un olor desagradable. Usaba un sombrero curtido y hediondo y apenas se cambiaba la ropa.

Paso por tráficos de haitianos, de armas y de drogas. Era un asesino frio y despiadado que disfrutaba provocar dolor a los demás, se las daba de macho y abusador, quizá, para esconder su homosexualidad, así era, le gustaban los hombres y si eran muchachos mucho mejor, a estos últimos, principalmente, a veces con amenazas y otras con promesas, los había corrompido, especialmente a los adictos, que por conseguir la droga hacían cualquier cosa.

Una madrugada trataron de cortarle la cabeza y el machete le dio en la espalda, pues el reacciono a tiempo y se movió, la herida cerro luego de un año de estar supurando, pero su hombro quedo sin

movimiento y tumbado hacia adelante.

Cuando su padre de crianza lo echo de la casa se enganchó en el recién creado Ejercito Nacional

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