El Impacto De La Ciencia En La Urbanizacion
panch13 de Diciembre de 2012
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Urbanismo en ciencia y tecnología
La ciencia permite estudiar el porqué del crecimiento demográfico apresurado que se ha visto en los últimos años a nivel mundial, además de que se analizan los efectos y consecuencias que trae el desmesurado aumento poblacional en el mundo que es de manera exponencial: P = P0e^rt
En la ecuación: P corresponde al tamaño futuro de la población, P0 se refiere al tamaño actual de la población, mientras que t señala el número de años para la extrapolación, r corresponde a la tasa de crecimiento calculada para cada uno de los años y e corresponde a la base de los logaritmos naturales.
En cuanto a la tecnología, además de los medios digitales para realizar estudios estadísticos de demografía, cabe destacar que medios de comunicación a través de campañas de sensualidad/sexualidad, el uso de la mujer como objeto sexual, como medio para vender productos y servicios, proliferación de prostitución, anti valores, entre muchas otras cosas, contribuyen a una mala educación respecto al tema, y todo esto influye de manera directa (dependiendo de las clases sociales y la regiones de las cuales hablamos) en el crecimiento demográfico.
La ciencia y la tecnologia se aplican a muchas cosas, entre ellas a nuestra forma de vivir, de movernos, comunicarnos, etc.... entonces una ciudad se acondiciona a ciertos tipos de viviendas, de transporte, de conexiones, etc....
Importante es mencionar, que hay otros casos como el de los países asiáticos, específicamente China, que por su destacada economía y condiciones
favorables que producen bienestar poblacional se ha visto con un aumento demográfico extremo desde hace 60 años aproximadamente.
Historia del Urbanismo
Las excavaciones arqueológicas de ciudades antiguas ya revelan la existencia de alguna planificación deliberada: la disposición de las casas en formas regulares y rectangulares y la preeminente localización de los edificios cívicos y religiosos a lo largo de las vías principales.
1. El urbanismo en Grecia y Roma
La relevancia del urbanismo ya se manifestaba en las civilizaciones griega y romana. El arquitecto griego Hipódamo de Mileto planificó importantes asentamientos griegos como Priene y El Pireo. Considerado como el padre del urbanismo, defendió el diseño geométrico de las ciudades. Las ciudadelas religiosas y cívicas se orientaron de forma que proporcionaran un sentido de equilibrio estético, se trazaron calles siguiendo un sistema en cuadrícula y las viviendas se integraron en las instalaciones culturales, comerciales y defensivas.
Los romanos continuaron estos principios. Sus diseños de arcos, gimnasios, foros y templos monumentales constituyen ejemplos clásicos de urbanismo basado en una estricta observación de la geometría. Sus ciudades coloniales, planificadas como campamentos militares llamados castra en singular (castrum), estaban dispuestas formando una rejilla de calles rodeadas por murallas defensivas rectangulares o cuadradas. Tras la caída del Imperio romano, la población e importancia de las ciudades disminuyó. Entre los siglos V y XIV la Europa
medieval planificó sus ciudades alrededor de castillos, iglesias y monasterios sin seguir un modelo concreto en la distribución de sus calles.
2. El urbanismo en el Lejano Oriente
China y su zona de influencia desarrolló una gran cultura urbana, gracias a la utilización de las ciudades como brazos administrativos del gobierno central chino. El modelo de urbanismo lo constituyó Chang'an (hoy Xi'an), capital de las dinastías Han y Tang. A finales del siglo VI contaba con una disposición cuadricular rodeada por una muralla de tierra apisonada de unos 36,7 km de circunferencia, amplias avenidas de hasta 155 m de anchura que recorrían la ciudad de norte a sur y de este a oeste, una ciudad palaciega independiente en su parte norte y zonas residenciales divididas en 108 recintos amurallados (o distritos) que quedaban cerrados tras el toque de queda. Este plan fue copiado para ciudades de muchos otros países que se encontraban bajo la influencia de China, y en especial por la capital imperial japonesa Heian (hoy Kioto), establecida en el 794. El desarrollo del comercio y el surgimiento de una economía monetaria bajo la dinastía Song potenciaron el crecimiento de las ciudades, que tendieron en su mayoría a seguir el mismo plan urbanístico. No obstante, otros países del este asiático modificaron a menudo la cierta rigidez del modelo chino.
3. El renacimiento y las épocas posteriores
La emulación del clasicismo grecorromano que se produjo durante el renacimiento reavivó el patrón clásico en los esfuerzos urbanistas. La plaza de la
Basílica de San Pedro de Roma y la plaza de San Marcos de Venecia representan un ideal de grandiosidad para los lugares públicos y las estructuras cívicas. En un marcado contraste con las calles estrechas e irregulares de los asentamientos medievales, la planificación renacentista hizo hincapié en calles amplias que respondían a un patrón radial o circunferencial regular, es decir, calles que formaban círculos concéntricos en torno a un punto central, con otras calles que partían desde ese punto como si fuesen radios de una rueda. Entre otros ejemplos estarían también el diseño urbano del Plan para Londres (1666) elaborado por el arquitecto inglés Christopher Wren y las calles de Mannheim y Karlsruhe, en Alemania.
Estos diseños del urbanismo renacentista fueron los utilizados en las ciudades españolas y británicas establecidas en el Nuevo Mundo en los siglos XVI y XVII, como se puede ver en Savannah (Georgia), Williamsburg (Virginia), Ciudad de México y Lima, en Perú. Ciudad de México había quedado destruido durante la conquista, pero fue el mismo Hernán Cortés quien ordenó su reconstrucción. La llegada casi inmediata del primer virrey de Nueva España, don Antonio de Mendoza en 1535 fue crucial para el urbanismo en tierras de América. Mendoza, que había estudiado las doctrinas urbanísticas de Leon Battista Alberti, renacentista italiano, las aplicó con radicalidad, tanto en México como en Perú, a donde se trasladó en 1550.
'La ciudad ideal' renacentista, una cuadrícula abierta que, en el caso español se abría en torno a un
espacio central o Plaza Mayor, fue el modelo que aplicó en los dominios hispanos, siguiendo las reglas recogidas en las 'Leyes de Indias' (1573). La labor de urbanización llevada a cabo fue inmensa, sólo comparable con la realizada con antelación por el Imperio romano.
En sus inicios, el urbanismo estadounidense reflejó también la preferencia por las avenidas y edificios públicos grandiosos. Un ejemplo significativo sería, en 1791, el diseño del Distrito de Columbia por el ingeniero francoestadounidense Pierre Charles L'Enfant. Su plan establecía una red de amplias calles que convergían en importantes parques, paseos y otros espacios al aire libre, y en estructuras públicas como el Capitolio y la Casa Blanca. Sin embargo, la mayor urbe del mundo al final del siglo XVIII, Edo (hoy Tokio), en Japón, que contaba con más de un millón de habitantes, prescindía de la planificación geométrica, en favor de una forma orgánica en espiral.
Los ideales de grandiosidad pública y de calles radiales y circunferenciales se extendieron hasta el siglo XIX, tal y como se puede ver en el plan seguido para la reconstrucción de París (1850-1874) por el administrador francés Barón Georges Eugène Haussmann. Durante este siglo, en plena Revolución industrial, los pocos modelos que fueron introducidos dejaron con frecuencia de lado las consideraciones físicas y estéticas. A finales del siglo XIX, el crecimiento descontrolado de las grandes ciudades desembocó en un grave problema de superpoblación y en una multitud de problemas derivados. La reacción
ante estas condiciones sentó las bases de una nueva era dentro del urbanismo.
4. El urbanismo en el siglo XX
Las naciones anglosajonas respondieron de forma similar a la necesidad de mejorar las condiciones de vida de las ciudades. Empezaron por regular las condiciones sanitarias y la densidad de las casas de vecindad. Surgió entonces un movimiento a favor de una postura más global y a largo plazo, y de un proceso de urbanismo que examinara y controlara las muchas fuerzas que afectan a las ciudades modernas.
A principios del siglo XX se tomaron importantes medidas para formalizar leyes que siguieron principios urbanísticos. En 1909 Gran Bretaña aprobó una Ley de Urbanismo que autorizaba a las autoridades locales a preparar programas que controlaran el desarrollo urbano. También en 1909 se celebró en los Estados Unidos el Primer Congreso Nacional sobre Urbanismo, ejemplo que pronto siguieron la mayoría de países desarrollados.
Durante la depresión económica de la década de 1930 los gobiernos nacionales y regionales intervinieron de forma más enérgica en la planificación urbana. Para fomentar el desarrollo económico de las regiones más necesitadas, el Reino Unido autorizó el nombramiento de una serie de comisarios especiales con amplios poderes. Gran Bretaña, Francia, los Países Bajos, España y otros países europeos llevaron a cabo muchos e importantes proyectos de viviendas. En los Estados Unidos, el presidente Franklin Delano Roosevelt, en su programa del New Deal, estableció una Oficina de Obras Públicas para estudiar
las inversiones, un Comité de Planificación Nacional para coordinar el desarrollo a largo plazo y un programa que dio como resultado tres
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