El Molinero Aullador
dcs21328 de Enero de 2014
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EL MOLINERO AULLADOR
Arto Paasilinna
Gunnar Huttunen es un hombre en apariencia solitario, triste y trabajador, que se instala en el viejo molino de Suukoski, Laponia. Posee una extraña peculiaridad que le hace totalmente diferente a sus vecinos, y es que Gunnar aúlla como los lobos por las noches e imita animales (y personas) a la perfección.
Esta peculiaridad es la que, durante la primera parte del libro en la que se instala en ese pequeño pueblo e intenta rehacer su vida de forma tranquila, le enfrenta a sus vecinos, que víctimas del miedo, le toman como loco y deciden perseguirle y hacerle ingresar en un psiquiátrico.
Ya en la segunda parte del libro, tras escaparse del centro psiquiátrico, y durante su estancia en el bosque, refugiado de los inhumanos que desean verle encerrado, serán su amada Sanelma y su amigo, el cartero Piittisjärvi, los que le van a mantener cercano al mundo real, los que harán que su rareza permanezca como tal en ver de convertirse en enfermedad.
Si analizamos bien la historia, observaremos que al final, aquellos que critican, persiguen y encierran a Gunnar, resultan ser los auténticos desequilibrados. Dedican su tiempo a perseguir a un hombre que solo quiere ser feliz, y tratan de justificar todas sus acciones, de racionalizar su actuación desmedida ante aquello que desconocían y que les infundía miedo.
Nos encontramos ante una historia que refleja la lucha contra las apariencias, lo socialmente correcto, las restricciones sociales,… Hablamos una vez más de la persecución del hombre por el hombre, de la normalidad, la mediocridad y la aceptación de las normas socialmente impuestas., del rechazo a lo raro, a lo misterioso, lo singular, y todo ello por el simple miedo a lo desconocido. Tristemente, hablamos de la rareza tomada como enfermedad, debido a la incapacidad de querer entender lo diferente.
Si profundizamos más en esta cuestión, nos asalta una duda que será la que determinará cada pensamiento y actuación. En la enfermedad y la rareza, ¿dónde está la línea que las separa? ¿Qué es normal y qué es patológico?
Lo primero que cabe de decir es, que todo resulta subjetivo. Es decir, tal y como hemos estudiado y podemos comprobar, la hiperactividad, resfriados u otras enfermedades y/o trastornos, son vividas de manera diferente según la cultura, el clima e infinidad de variantes más. De esta forma, todo lo que ocurre fuera de nuestras pautas comunes experienciales, puede ser enfermedad. Sin embargo, cerca de poder tratarse de una enfermedad, existe la posibilidad de que simplemente sea una peculiaridad de la persona que tenemos delante.
Gunnar aúlla cuando se siente triste y solo, y claro que puede resultar chocante, pero se trata de un hombre feliz, inteligente, trabajador; diferente. El problema de sus vecinos es que hasta ese momento no habían experimentado nada similar, y la presencia de Gunnar altera la vida del pueblo. ¿Por qué no preguntarse qué le puede ocurrir en realidad? Sus vecinos tratan de imponer sus normas sociales a Gunnar, sin intentar conocerle, y al no responder como esperan, queda relegado a la categoría de loco.
Involucrarse implica responsabilidad, tiempo y puede ser hasta complicado, por eso, justificamos el llamar locura (enfermedad) a esta nueva situación aparentemente inestable y distorsionadora, a través de la inadaptación del sujeto al sistema impuesto. Gunnar está loco porque no sabe comportarse como se espera socialmente de él. De hecho, en el caso que nos ocupa, no se quedan ahí. Además, tratamos de justificar la enfermedad; hay que dar sentido a la locura de este hombre. Es necesario encontrar alguna experiencia que explique está reacción, y en el caso de Gunnar, el médico del centro psiquiátrico le hace ver que esto es consecuencia de la guerra.
Si nos centramos por un momento en el modelo de atención institucional
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