El Progreso.

Franz Kafka, novelista checo de lengua alemana, nació en Praga el 3 de Julio de 1883. Hijo de un comerciante judío y cuya madre pertenecía a una familia distinguida de la capital checa. Obtuvo el doctorado en leyes en la Universidad de Praga en 1906. Se le  considera un precursor del expresionismo y el surrealismo, en sus narraciones expresa la situación inviable (desde un punto de vista racional) del que experimenta la existencia como absurda. Enfermo de tuberculosis desde 1917, Kafka busca el remedio en varios sanatorios. En el último año de su vida conoció a una joven llamada Dora Dymant, a cuyo lado creyó encontrar la felicidad y el ánimo para el trabajo, pero la enfermedad había minado su existencia. Murió en el sanatorio de Kierling, cerca de Viena, el 3 de Junio de 1924.

“El Proceso” narra un proceso penal que enfrenta el protagonista llamado Joseph K. el protagonista, es acusado de un delito que nunca llegará a conocer y se ve envuelto en una maraña de la que no podrá salir.

Esto comienza cuando un día Joseph al despertar se da cuenta que está custodiado en su propiedad por dos agentes especiales, estos agentes se encargan de llevarlo a través de una serie de dudas e inquietudes lo cual desencadena una historia dramática dónde al final Joseph apaga y cumple su presunta culpa por medio del suicidio incitado por los agentes, es aquí donde el proceso judicial que suscita de la noche a la mañana, termina.

“No estamos aquí para decírselo. Vuelva a su habitación y espere. El procedimiento está en marcha y lo sabrá usted todo en el momento oportuno. Yo me excedo en mi misión al hablarle tanto. Si sigue usted teniendo en todo tanta suerte como sus guardianes, puede tener esperanza". – Este fragmento pertenece al primer capítulo de El proceso, y engloba las situaciones que se desarrollan en la obra.

Joseph K, nunca logra entender el porqué de su proceso, y todo lo que él hace resulta afecta de mal manera su situación, su impaciencia lo lidera a equivocarse y confundirse. La confusión por otro lado es la realidad que tiene que vivir, puesto que nadie le solventa la falta de coherencia en el proceso. Todo se vuelve una locura, llena de corrupción jurídica logrando que Joseph sea carcomido por una culpa insoportable de algo que probablemente no hizo.

El proceso que es llevado a cabo en éste libro representa la falta de humanidad y profesionalismo de muchos procesos judiciales, sobre todo los de carácter penal, en donde las personas afectadas se tratan simplemente como trabajo, algo que archivar, y no como un hecho donde se afectan los derechos fundamentales de los seres humanos, así como la libertad, la igualdad y la seguridad jurídica por mencionar algunos. Por otro lado, A Joseph jamás se le dio a entender quién o porque era acusado, esto es una situación de la que al menos hoy en día, podemos estar algunos a salvo, pues actualmente se considera que el Derecho intenta ser la base de toda sociedad, rigiendo a través de sus facultades y obligaciones.

A través de toda la lectura te va dejando una sensación de impotencia al querer defender al protagonista, a la vez que te llena de dudas y angustia al no saber si Josef es acusado con fundamentos por cometer un delito o si él es un criminal de alto riesgo.

El autor a demás sitúa la historia en la época en la que él vivió porque era la situación imperante en su tiempo en la que evidentemente los derechos y garantías de los procesados no estaban tan desarrolladas, pero gracias a la evolución histórica y el avance jurídico hoy en día nos avala en la mayor medida posible garantías mínimas procesales de a casi cualquier sujeto que en una situación como la de Joseph se pueden tener.

En México tales garantías procesales ante circunstancias similares como la observada en el libro se encuentran establecidas y reconocidas primordialmente en los artículos 1 al 29 Constitucionales, en los cuales además de protegerse principios de legalidad, derecho a la justicia, igualdad, seguridad jurídica, entre otros, los tres últimos nos otorgan las garantías penales específicas que tendría todo procesado en nuestra nación ante un suceso como el de Joseph en la obra literaria de Kafka, El proceso.        

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