El Príncipe

Nicoló Maquiaveli

-El Príncipe-

El príncipe es un tratado relativamente corto acerca de cómo un príncipe puede conservar el poder en un Estado , dedicado a Lorenzo De´Médici, “El Magnífico”.

Capítulo I.

Todos los estados pueden dividirse en principados y repúblicas, que pueden ser a su vez hereditarios o nuevos.

Capítulo II.

Habla sobre los principados hereditarios, dónde se espera que el príncipe sea amado, a menos que posea un vicio extraordinario.

Capítulo III.

Los principados más difíciles de adquirir y mantener son los principados nuevos. Se refiere a los principados mixtos, los cuales para obtenerlos te sirves de la fortuna, la virtud o la fuerza de las armas, y para asegurarlos el nuevo príncipe debe contemplar dos cosas: exterminar a la familia del príncipe que gobernaba y no alterar las leyes ni tributos anteriores. Si el príncipe vive en su estado será sumamente difícil que lo pierda . El rey Luis XII cometió cinco errores no dignos de un príncipe que quiera conservar su principado: anular los Estados más débiles, aumentar el poderío de otro que ya es fuerte, introducir un extranjero poderoso, no ir a vivir al nuevo territorio, no instalar colonias.

Capítulo IV.

Ejemplifica la complejidad de conquistar dos clases de gobierno distintas: El turco y el francés. El turco será difícil de conquistar, pues cuenta con un único soberano y un reino muy unido; pero será sencillo conservarlo, una vez aniquilado el príncipe y su familia, no hay peligros para el nuevo príncipe, pues el pueblo se debía sólo a su antiguo soberano (ahora muerto); El francés será fácil de conquistar pues basta con aliarse con un barón de la nobleza que se encuentre descontento y tenga deseos de cambio; pero será difícil de mantener, ya que en este tipo de gobiernos hay familias poderosas que debido a su jerarquía, le darán constantes problemas al nuevo príncipe.

Capítulo V.

Hay 3 formas de conservar los estados adquiridos: destruirlos, habitarlos personalmente, y la última es crear una oligarquía, a su vez respetar sus leyes y cobrar un tributo. Aunque al final menciona que el camino más seguro es destruirlas o vivir en ellas.

Capítulo VI.

El hombre sabio debe imitar a grandes hombres. Debe tenerse en cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura de conseguir, ni más peligrosa de manejar, que llegar a jefe o príncipe e imponer nuevas ideas, pues al innovar te ganas como enemigos a todos aquellos que se beneficiaban con las leyes antiguas y te apoyarán tibiamente aquellos que se beneficiarán con las nuevas. Todos los profetas armados (Moisés, Ciro, Teseo y Rómulo) han conquistado, y todos los desarmados fueron destruidos.

Capítulo VII.

Sobre las virtudes como príncipe de César Borgia. Un pensamiento interesante de éste capítulo es: Los hombres atacan o por miedo o por odio .

Capítulos VIII.

Inicia explicando las formas de llegar al poder, una es con la ayuda de los conciudadanos otra a través del crimen y la maldad. Quien usa la segunda debe realizar de una vez todos los actos de crueldad que estime necesarios para lograr su objetivo, pues las ofensas hieren menos cuando menos se repiten, y los beneficios concederlos poco a poco, pues así se notan más.

Capítulo IX.

Para formar un principado civil, es decir con favor de los conciudadanos no se requiere ni valor o fuerza, ni fortuna, sino más bien mucha astucia o virtud. Y esta astucia es mejor utilizarla para ganarse al pueblo que siempre es la parte más honesta.

Capítulo X.

Hace un repaso sobre las fuerzas de los principados.

Capítulo XI.

Termina la primera parte refiriéndose al principado eclesiástico donde resalta su desprecio por la política temporal de la Iglesia.

Capítulo XII.

Si se funda la defensa del Estado en armas de mercenarios, nunca se estará tranquilo ni seguro, primero porque siempre será más fácil para un ciudadano conspirar si el ejército no es tuyo y segundo porque no puedes confiar en mercenarios que son poco valientes y traicioneros.

Capítulo XIII.

El príncipe llegará a la ruina si hace uso de mercenarios desidiosos y tropas auxiliares sin valor.

Capítulo XIV.

El objetivo del príncipe debe ser la guerra, su organización y disciplina, nunca debe apartar su pensamiento de ello, y en la paz debe prepararse aún más, cosa que puede hacer con la práctica y con la meditación o estudio.

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