El Psicoanalista Parte Uno

“El psicoanalista”.

La primera parte del libro de El psicoanalista trata de un doctor que es muy solitario, menciona que su esposa murió hace algunos años por lo tanto ahora vive solo en el mismo piso donde se encuentra su consultorio. Toda su vida siempre ha sido muy tranquila y todos los días sigue la misma rutina, no le gusta lo nuevo pues dice que descontrolaría todo si prueba hacer algo nuevo. Hasta que un día estando con un paciente, que era la última consulta del día, ocurre algo que lo desconcertó. Se escuchó el timbre de la recepción, el doctor menciona que, para evitar a los vendedores y repartidores, el día que un paciente va a sacar cita se le dice que cada que asista a consulta tiene que tocar el timbre tres veces, las dos primeras un toque corto y el ultimo alargado. Entonces, ese día tocaron al timbre como lo haría un paciente normalmente, lo cual sorprendió al doctor, debido a que el paciente con el que estaba era su última cita del día. Pacientemente el doctor espero hasta que terminara la consulta para salir a ver quién era, para su sorpresa no había nadie en la recepción, todo estaba como siempre, únicamente había un sobre encima de una silla, el doctor tomo el sobre asombrado e inseguro de abrirlo. Al fin, abrió el sobre y leyó únicamente la primera línea que decía: “Feliz cumpleaños 53. Bienvenido al primer día de su muerte.” Estas primeras palabras dejaron perplejo al doctor, que a penas y podía mantenerse de pie. Cuando continuo leyendo se dio cuenta de que era alguien que lo conocía muy bien, pues sabia sus rutinas diarias, probablemente algún paciente. En la carta le decía que él había arruinado su vida, y que ahora era turno de que la vida del doctor quedara arruinada. El remitente de la carta decía también que matarlo sería demasiado sencillo pues sabía muy bien lo que hacía el doctor, y dado a que siempre estaba solo era muy fácil interceptarlo, por lo tanto, lo mejor era que el doctor se suicidara. En la carta incluía una lista con los nombres de absolutamente todos los familiares del doctor, el remitente también decía que ya había mandado un mensaje discreto a uno de ellos. Le propuso un reto al doctor, que era descubrir quién era el remitente en quince días, si lo conseguía tendría que poner en un anuncio de un periódico el nombre del remitente. Y si no descubría quien era entonces tenía dos opciones: suicidarse o el remitente destruiría a una se las personas de la lista. Como parte del juego, el remitente le decía al doctor que le daría una pista o dos de vez en cuando, el doctor podría hacer tres preguntas que se contesten con sí o no, el doctor publicaría dichas preguntas en una columna del periódico y el remitente se las respondería por el mismo método. La carta estaba firmada en mayúsculas por: RUMPLESTILTSKIN. Al terminar de leer el doctor se acercó a la ventana, inspiro buscando alivio y volvió a cerrar

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