El cáncer de mama
cicialli8 de Junio de 2013
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INTRODUCCION
El cáncer de mama es una de las enfermedades más frecuentes en la actualidad, pues aún existen personas que no le dan la importancia debida a la exploración mamaria y aún menos importancia a la revisión médica o toma de mastografía cuando existe alguna alteración, la cual por pequeña que sea deberá atenderse, pues el cáncer es una enfermedad silenciosa, que presenta síntomas hasta que se encuentra en etapa avanzada.
Actualmente un gran número de personas acuden a tratamiento para controlar esta enfermedad, pero desafortunadamente un gran porcentaje de estas personas se encuentran en una etapa muy avanzada, en la cual la mayoría de las acciones solamente son para evitar que se propague a otros órganos y más triste aun, algunas de estas personas, solamente pueden recibir tratamiento para aliviar un poco las molestias que el cáncer de mama ocasiona.
El siguiente trabajo se conforma de cuatro capítulos: El capítulo I nos habla sobre lo referente al marco conceptual: planteamiento del problema, objetivos, justificación, delimitación y antecedentes. El capítulo ll contiene la información relacionada con el marco teórico: comprende el marco conceptual, historia del cáncer de mama, marco legal, y el marco referencial. El capítulo lll contiene información sobre el marco metodológico: hipótesis, variables, tipo de estudio, descripción de los sujetos, procedimiento e interpretación de la información. Finalmente en el capítulo lV se encuentra la conclusión y la propuesta.
ANTECEDENTES
El cáncer de mama es uno de los cánceres tumorales que se conoce desde antiguas épocas. La descripción más antigua del cáncer proviene de Egipto, del 1.600 a.C. Aproximadamente. El papiro Edwin Smith describe 8 casos de tumores o ulceras del cáncer que fueron tratados con cauterización, con una herramienta llamada "la horquilla de fuego". El escrito dice sobre la enfermedad: «No existe tratamiento». A lo mínimo un caso descrito es de un hombre. Por siglos los médicos han descrito casos similares, todos teniendo una triste conclusión. No fue sino hasta que la ciencia médica logró mayor entendimiento del sistema circulatorio en el siglo XVII que se lograron felices avances. En este siglo se pudo determinar la relación entre el cáncer de mama y los nódulos linfáticos axilares.
El cirujano francés Juean Louis Petit 1674-1750 y posteriormente el cirujano Benjamin Bell 1749-1806, fueron los primeros en remover los nódulos linfáticos, el tejido mamario y los músculos pectorales (mastectomía radical). Su senda de comprensión y avance fue seguida por William Stewart Halsted que inventó la operación conocida como "mastectomia radical de Halsted", procedimiento que ha sido popular hasta los últimos años de los años setenta.
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Una interesante descripción de una mastectomía realizada por Aecio y copiada de Leonidas, un médico de la escuela de Alejandría, citado por Marilyin Yalom en su excelente libro, Historia del pecho “Hago que la paciente se tumbe sobre la espalda. Luego le hago una incisión en la parte sana del pecho, por encima del cáncer, y le aplico cauterización hasta que se produce una escara que le detiene la sangría. Entonces hago otra incisión y corto en lo más profundo del pecho y de nuevo cauterizo las distintas partes. Esto lo repito a menudo, alternando los cortes con las quemaduras para detener la sangría. De esta manera se evita el peligro de la hemorragia. Cuando he completado la amputación, quemo una vez más todas las partes hasta que estén secas. Las primeras cauterizaciones se hacen con el propósito de detener la hemorragia. En cambio, las demás se hacen con la intención de erradicar los restos de la enfermedad...”
Durante los siglos siguientes la forma de tratar y operar el cáncer de mama no varió. Debemos recordar que la anestesia no apareció hasta la segunda mitad del siglo XIX, por ello la mastectomía al igual que el resto de las intervenciones quirúrgicas eran crueles torturas para los enfermos. En la mayoría de las ocasiones: las complicaciones postoperatorias.
En la última década del siglo XIX Willian Hasted propuso la “mastectomía radical” que fue siendo sustituida a mediados del siglo XX por la mastectomía radical modificada. La mastectomía radical, desarrollada en 1890, consiste en la extirpación de la glándula mamaria, óvalo de piel que incluye el complejo pezón- areola y ambos músculos pectorales, con linfadenectomía axilar completa de los tres niveles. Actualmente no se realiza salvo en determinados casos en tumores muy extendidos. En la mastectomia radical modificada se conserva el pectoral mayor.
Hoy en día las opciones quirúrgicas son multiples, van desde la mastectomia radical modificada hasta la mastectomia parcial donde solo se quita el tumor.
Estudios científicos sobre la comparación de la dieta vegetariana con respecto a la omnívora. Las pruebas también sugieren que una dieta vegetariana protege contra el cáncer de mama (Phillips, 1975). Ello puede ser debido al elevado aporte de fibra y la reducción de grasas en las dietas vegetarianas. Las dietas vegetarianas pueden alterar los niveles de hormonas sexuales en la circulación sanguínea, lo que puede tener un efecto beneficioso. Se cree que la fibra es protectora por modificar los niveles de estrógenos en la sangre.
Estudios hechos a chicas adolescentes muestran que la edad de la primera menstruación se retrasa en aquellas que son vegetarianas (Sabate, 1992). Se cree que cuanto más avanzada sea la edad en la que se inicia la menstruación, menor es el riesgo de sufrir cáncer de mama en la edad adulta. Las estadísticas sobre esta patología no son nada alentadoras, en cada nuevo estudio que se publica salen a relucir resultados que muestran una alta incidencia del cáncer de mama en el mundo. Sobre todo en el mundo occidental.
En estados como New York, Estados Unidos, las cifras llegan a una de cada 7,5 mujeres afectadas, teniendo una importante relación con esta enfermedad la dieta que se sigue en los países occidentales.
Un estudio revela que una dieta con mucha carne y dulces aumenta el riesgo de cáncer de mama. Según los científicos del Centro Oncológico Fox Chase de Filaldelfia (Pensilvania), la incidencia de cáncer de mama es ahora mayor entre mujeres asiáticas debido a que han comenzado a aumentar su consumo de la dieta «occidental». Por otra parte, los científicos no encontraron una vinculación directa, negativa o positiva, entre el cáncer de mama y la dieta caracterizada por el alto consumo de verduras.
Aunque, en un estudio que se realizó en 3000 mujeres de Shangai se vió que las que tenían una dieta de tofú, verduras, vegetales, leguminosas, pescado y leche de soja, tuvieron menor incidencia de la enfermedad.
También existen otros factores de riesgo como nuliparidad, menarquía temprana, menopausia tardía, ingestión exagerada de grasas y de alcohol, obesidad y alteraciones del metabolismo hidrocarbonado (diabetes). Sin embargo, sólo las mujeres con cáncer de mama previo, las que tienen antecedentes familiares inmediatos de cáncer de mama (en especial si fue bilateral o se presentó en la menopausia) y las diagnosticadas de hiperplasia epitelial atípica o metaplasia apocrina mediante biopsia requieren mayor control que el resto.
En un estudio del el instituto Nacional del Cáncer (NCI). el riesgo que tiene una mujer de padecer cáncer de seno depende de varios factores, algunos de los cuales están relacionados con sus hormonas naturales. Los factores hormonales que aumentan el riesgo de cáncer de seno son aquellos estados que pueden permitir que se mantengan altas las concentraciones de estrógeno durante largos períodos de tiempo, como lo es empezar a menstruar a una edad precoz (antes de los 12 años), una edad tardía para la menopausia (después de los 55 años de edad), el haber tenido al primer hijo después de los 30 años de edad y el no haber tenido hijos
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Un análisis de 1996 de los datos epidemiológicos en el ámbito mundial realizado por el Grupo de Colaboración sobre Factores Hormonales en Cáncer de Seno encontró que las mujeres que usaban o que habían usado la píldora para el control de la natalidad tenían un riesgo ligeramente elevado de presentar cáncer de seno. El riesgo fue más alto entre las mujeres que empezaron a usar anticonceptivos orales cuando eran adolescentes. Sin embargo, 10 años o más después de haber dejado de tomar la píldora, su riesgo de padecer cáncer de seno regresó al mismo nivel, como si jamás hubieran usado las píldoras para el control de la natalidad; esto a pesar de sus antecedentes familiares de cáncer de seno, de sus antecedentes de reproducción, del área geográfica de residencia, de la etnia, diferencias en el diseño del estudio, dosis y tipo de hormona, y duración del uso. Además, los cánceres de seno diagnosticados en mujeres después de 10 años o más de no usar anticonceptivos orales eran menos avanzados que los cánceres de seno diagnosticados en mujeres que no habían usado nunca anticonceptivos orales. Para llevar a cabo este análisis, los investigadores examinaron los resultados de 54 estudios.
El pasado 4 de diciembre del 2001, un grupo de científicos británicos declaró que las mujeres que se han hecho practicar un aborto son el doble de propensas de contraer el cáncer de mama. El estudio se llevó a cabo en Gran Bretaña, Finlandia, Suecia y la República Checa, y demostró un vínculo directo entre el aumento de casos de cáncer
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