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Enrique Solari Swayne

pablinhosantos16 de Mayo de 2013

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INTRODUCCIÓN

Enrique Solari Swayne es una de las figuras más destacadas de la dramaturgia peruana, iniciando su carrera con un éxito rotundo en 1958, al presentar a la Asociación de Artistas Aficionados su drama "Collacocha", esta magnífica obra de Enrique Solari Swayne tiene plena vigencia y nos sigue conmoviendo y llamando la atención sobre el papel que estamos cumpliendo cada uno de nosotros en el mejoramiento de nuestra sociedad. Al margen de ideologías y vanidades, a Echecopar, este enorme «Viejo de las Montañas», no le importa que finalmente otros se lleven el crédito de las grandes obras del pueblo y de hombres como él, pues le basta con la certeza de que actúa por el bien común en el crecimiento de su patria.

BIOGRAFIA

Enrique Solari Swayne

Enrique Solari Swayne, nació en Lima el año de 1915, desde muy pequeño fue un apasionado de la lectura. Conocer diversos lugares del Perú lo llevó a intimar con la realidad del hombre en los andes, experiencia que le permitiría plasmar en sus escritos la tenacidad del ser humano frente a la naturaleza y también una lucha constante con la sociedad, lo que a su vez le permitió definir muy bien la psicología de sus personajes. En 1934 viajó a España y Alemania donde estudió medicina graduándose de psicólogo. Desde sus inicios estuvo ligado a su casa de estudio, logrando ocupar el cargo de vice presidente. En Lima, además de escritor se dedicó a la docencia universitaria en San Marcos. El año de 1956 publica “Collacocha”, obra representada en 1958 por la Asociación de Artistas Aficionados que bajo la dirección de Ricardo Roca Rey y con la interpretación protagónica de Luis Álvarez, fue uno de los más grandes éxitos del teatro peruano de hace unas décadas. El realismo directo de los diálogos, así como el idealismo peruanista de sus personajes hicieron que se impusiera en el Primer Festival de Teatro Panamericano en México, colocando a su autor en un lugar privilegiado en la dramaturgia latinoamericana. Su obra literaria se compone de las siguientes obras: “Mazorca” (1966), “Juanito de Huelva” (1995), “El tigre”, “El circo del zorro encantado”, "Ayax Telamonio", etc. y otras no estrenadas como "El incendio del zoológico de Berlín". Escribió también poesía, siendo sus trabajos más notables en este campo "Responso a Ranrahirca" y "La cosecha de las horas perdidas”. Diversos artículos de su especialidad están publicados en revistas de humanidades “Las Moradas”, “Mar del Sur” y “Revista de Neuropsiquiatría”. Su esposa Gertrudis Braunsberger de Solari, fue una apasionada estudiosa del arte popular y de la historia de nuestros pueblos, gestora del aprecio por la manufactura indígena y promotora del mismo en el ámbito mundial. Solari quien es calificado como uno de los dramaturgos más destacados de la generación del 50’, dejó de existir el 29 de Mayo de 1995. Sus hijos cuentan que antes de su fallecimiento, él mismo excavó en su jardín una zanja y les dijo que lo enterrasen en este suelo.

Finalmente deseo transcribir parte de un escrito que refleja un cálido mensaje que debemos considerar como una misión por cumplir: “No es que no sintamos la brisa promisoria de los tiempos venideros. Deseamos que ellos traigan para todos, justicia y dignidad. Aquí están nuestros brazos, para ello si hace falta. Pero ojalá que aquello que forma los encantos, la íntima sustancia de este valle, no tenga que morir en aras del futuro. Será que aquí aún persiste el alma de los huanchos, que fuera apacible, que viera, en lo humilde un halo de grandeza; el alma misteriosa de los antepasados que aquí tuvieron hijos, criaron sus ganados, alzaron sus viviendas, temieron a sus dioses, cumplieron su destino y fueron enterrados. Será, quizás, por eso, o por algo parecido, que, desde el chisporroteante concierto nocturno de los grillos, que azotan agoreras, las lechuzas al pasar, habla a mi corazón, todas las noches, una voz antigua y pura. Y habla y habla y habla de no sé qué destino codiciable, de no sé qué vaga promesa enamorada, que no entiende, de un vivir justificado en sencillos mandamientos, de un posible heroísmo sin corona de laurel. Te escucho, voz de la tierra, inmemorial, rocío para mi alma inesperada. Te escucho y te obedezco. Gracias, valle para mi tan venturoso, gente que te habita, cuya sola vecindad me enorgullece! (E. Solari 1971)”.

OBRAS

Teatro

 Collacocha (1956).

 Mazorca (1966).

 Juanito de Huelva (1995).

 El tigre.

 El circo del zorro encantado.

 Ayax Telamonio.

 El incendio del zoológico de Berlín.

Poesía

 Responso a Ranrahirca.

 La cosecha de las horas perdidas.

COLLACOCHA

 Título: Collacocha, es el nombre de un pueblo de la sierra del Perú en el que sucedió un accidente producido por un aluvión.

 Género literario: Dramático teatral. Los personajes se encuentran en peligro de muerte, pues fueron atrapados por un aluvión en un túnel, pero van en busca de su salvación.

 Tema central:”La lucha del hombre (personificada en Echecopar y sus ayudantes) contra la naturaleza y la mística del progreso nacional mediante la técnica y el trabajo”.

 Personajes:

 Principales:

• Echecopar: Es un hombre sumamente varonil de aproximadamente 40 a 45 años de edad; casi rudo, cortante y desmedido. En algunas escenas es sacaron demuestra su autoritarismo, pero también su valentía y su sentido de responsabilidad, ya tenía planeada sacrificarse por sus indios.

• Fernández: Él es un muchacho de 25 a 30 años; es muy bien educado, tranquilo, varonil bondadoso y aristocrático. él es el más Temerario de los tres, ya que se quedó en el túnel acompañando a Echecopar.

• Bentín: Tiene aproximadamente 25 a 30 años; es inteligente pero no es muy atinado en sus expresiones, se demuestra hasta qué punto pudo llegar su valentía.

• Soto: Caballero de 45 y 50 años serio y natural; es un héroe, ya que se sacrificó por los trabajadores de la mina, aunque él tenía una razón, moral y una obligación.

 Secundarios:

• Díaz: Es un hombre frívolo e inconsciente.

• Taira: Es un campesino atento y amigable.

• Obreros: Trabajadores de la obra en Collacocha.

 Ambiente: La escena se desarrolla en un túnel que se encuentra cerca de la laguna de Collacocha.

 Ritmo: El ritmo de la obra no es muy rápido, ni muy reflexivo, tiene un ritmo normal, en el que se desarrollan diálogos sencillos que fluyen junto a las acciones de los personajes dentro de la obra.

 Argumento:

ACTO I

“estamos combatiendo la miseria humana y estamos construyendo la felicidad de los hombres del fututo”

1.-

En la barraca de la central 2, en el centro del túnel 1, Díaz recibe al ingeniero Fernández que ha llegado para sustituirle:”dentro de pocos meses, también Ud. soñara todas las noches con el reemplazo….¡Esto es un infierno!” – le advierte Díaz, sin entender cómo Fernández había abandonado la ciudad para meterse en ese túnel húmedo y helado, porque aquí estaría “sepultado” en el mismo centro de los Andes, a cinco mil metros de altura”.

2.- Fernández estaba asombrado por la serie de túneles, puentes y quebradas que había visto. Díaz le informo que allá, arriba, estaba la laguna de Collacocha. En ese instante, a pie, venia el Ingeniero Carlos Echecopar haciendo retumbar su apellido con el eco. Bromeaba con los obreros, demostrándoles ternura en su saludo y consejos.

3.- Cuando son presentados, Echecopar se burla de la elegancia del nuevo ingeniero y trata de coger sus prismáticos; entonces. Colérico, cortante y socarrón espeta: “¿Pero se han imaginado en Lima que vamos a filmar películas para Hollywood?, ¿Para qué demonios me mandan a mi mongoles disfrazaos de ingenieros?...¿A qué vienen esos prismáticos- le dice. Cree que va a ver mujeres denudas al otro lado del precipicio?”

4.- Echecopar era feliz en esta barraca enclavada entre la boca de un túnel y un precipicio. Llevaba aquí ya ocho años y tres meses sin ver Lima… ¡Prefería la humedad. Los túneles a la pestilencia de la molicie y la indignidad!

5.- Por el dictáfono, desde la Central de Collacocha, Soto le informa a Echecopar que la muerte ronda por Collacocha pues en seis horas el nivel del agua ha bajado sesenta centímetros, en consecuencia, miles de metros cúbicos de agua habían desaparecido. Echecopar se burla de este reporte, después se alarma y luego se serena porque entendía que el hombre que deseaba dominar a esta naturaleza debería ser tan fuerte como ella. Pero, Soto tenía razón porque las grietas podrían salir por la quebrada o por el túnel; por eso, le recomendaba que no se trabajara hasta que se normalizara el nivel de la laguna.

6.- ¡Imposible! – responde Echecopar pues no podría hacer esperar a la civilización tan sólo porque un hombre tuviera miedo. El estaba dispuesto a asfaltar esa carretera con sus huesos y con los de los demás, pues era un convencido de que se estaba construyendo la felicidad de los hombres del futuro: Irónico, le aconseja que si la muerte rondaba Collacocha, se acostara con ella.

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