Esclavo

EL ESCLAVO

¿De qué somos esclavos? Muchos han de pensar ¿esclavo yo? A la persona que se le cuestione esto, seguramente responderá: Yo soy libre, completamente libre, no hay nada sobre mí, puedo hacer lo que me venga en gana, soy libre de estar donde quiero estar, nada ni nadie me detiene. Tal vez esto sea así, hablando de libertad, de la manera en como vives la vida, pero ¿eres libre de ti mismo? ¿Te esclavizan tus propios vicios? ¿De quién eres esclavo?

Francisco Javier Ángel Real, conocido por su seudónimo Swami Anand Dílvar, o simplemente Anand Dílvar, es un autor mexicano. Cambió su nombre y comenzó a escribir al hacerse discípulo de Osho en India el 7 de marzo del 2003. Dílvar es un padre amoroso y buen amigo, apasionado por los viajes y aventuras. Dedica la mayor parte de su tiempo a la búsqueda de aprendizajes y experiencias que promueven su propio desarrollo para después compartirlas en otros libros, retiros, talleres y conferencias.

Su obra “EL ESCLAVO” es una joya literaria, cuenta la historia del mismísimo autor, donde nos describe lo sucedido cuando estaba hospitalizado, restringido de poder articular palabra, sin poder movilizar el cuerpo. Este libro te deja para reflexionar y pensar, después de todo si se pone a pensar en lo que te inquieta o preocupa, te cuestionarías ¿Cómo o quien me trajo hasta aquí? ¿De quién es la culpa? Para ser sincera, aquellas personas que solo buscan algo o alguien a quien culpar de sus actos, simplemente es absurdo y una completa tontería. Cada quien es dueño de su vida y el hecho de que este mal es por nuestros propios actos y prejuicios.

Muchas veces culpamos a los demás o incluso a los sucesos que nos pasan para justificar algo que no podemos hacer, cosas que tememos, y que por ese miedo no hacemos, no nos liberamos de lo que no nos gusta o a lo que estamos acostumbrados que es a sufrir y lamentarse, a preguntarse el ¿por qué me pasa a mí?, la felicidad no se encuentra en tener todas las cosas materiales, en tener el mejor sueldo, el mejor trabajo, el mejor status social, la felicidad pienso yo que se encuentra en el momento en el que se decide ver el mundo de diferente manera, de forma positiva y amable, la felicidad la tenemos al pensar el que tenemos nuestras manos, nuestros pies, boca, labios, tenemos nuestros sentidos, podemos caminar y dirigirnos a donde queramos, e incluso, si nos falta algún sentido, alguna parte de nuestro cuerpo, desarrollamos más otro sentido, desarrollamos otra forma de pensar, se moldea una personalidad, todo cambia a una forma positiva en un cierto punto, porque es necesario.

En todo caso, la palabra “esclavo” a la que me refería en el principio no era de estar atado a leyes, normas o reglas, sino ser esclavo de tus acciones, prejuicios, malestares, remordimientos… y sobre todo de las cosas que tú crees que es culpa de alguien que no eres tú. Todos en algún momento tuvimos traumas o fuimos educados por nuestros padres que a su vez esas enseñanzas las recibieron de sus respectivos padres también “De generación en generación” en sí. Sin embargo en la vida tomamos mucho en cuenta los regaños que no decían para decirnos que estaba mal y que bien, pero en ciertas circunstancias en algún momento de nuestra vida recordamos las enseñanzas que alguna vez nos dejaron.

La trama del libro, se centra en la historia de un joven descarrilado, quien despierta en un hospital, inmóvil, incapaz de poder comunicarse con el exterior de su mente. Lo último que recuerda es estar en una fiesta, discutir con su novia, y experimentar con una nueva droga. Al percatarse de que estaba en un hospital, comienza a reflexionar y pensar, entre todos estos pensamientos surgió una voz, no venía de ninguna otra parte más que dentro de sí, esa voz le decía sus verdades, simplemente le recordaba cosas que ya sabia y le daba sentido a muchas otras, a pesar de que a él le irritara este otro personaje sabía que tenía razón, a esa “voz” decidió llamarla “guía” a pesar de anteriormente haberla confundido con un ángel.

La plática con su guía inicio con comentarios de su “guía” apareciendo de la nada, retando al joven, cuestionándolo y criticándolo, al mismo tiempo en que le planteaba nuevas preguntas y le aclaraba algunas cosas, esta voz, o mejor dicho su guía le hizo ver como se convirtió en un esclavo, un esclavo por su propia cuenta, el joven no entendía muy bien el por qué pensaba eso, el sencillamente pensaba que estaba en coma, a lo que su guía le explico que tenía toda la libertad de expresarse, de sentir, de sus pensamientos, aun siendo esclavo de su cuerpo puede ser libre en su mente, el decide que puede pensar. Hasta que en algún punto de toda esta conversación que estaban teniendo el joven y su guía, algo le distrajo y es que acababa de entrar una enfermera, no era la de la primera vez, que se burló del estado de este hombre, era alguien más, era una enfermera de pelo rubio y de ojos verdes, la cual identifico con el nombre de “Esperanza” gracias al gafete que ella tenía en esos momentos. Esta enfermera lo trata como la persona que es, con respeto y cariño, hasta platicaba con él, lo hacía sentir que no estaba tan solo.

Su padre siempre que siempre mostraba ser fuerte y tener una fortaleza impenetrable, se quebró al ver a su hijo de esta forma, su madre no podía contenerse al verlo en tan deplorable situación.

En las pláticas dentro del joven con su guía, este le explicaba en como todos tenemos diferentes tipos de problemas y recibimos un don de “fortaleza” para afrontarlos sin importar la situación, que sus padres a pesar de que el creyera que los odiaba y estaban haciendo todo mal, solo hacían lo que podían con lo que tenían a su alcance cada persona tiene un contexto diferente de la vida.

Mientras el tiempo pasaba la familia del joven

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