Herpes Labial
yener130 de Julio de 2014
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El herpes labial se debe a la reactivación del virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) desde su ubicación en los ganglios nerviosos y es, con mucho, el tipo mas frecuente de infección herpética recurrente. Afecta mas frecuentemente a las mujeres que a los hombres, en un porcentaje aproximado de 2:1, y aparece con la misma frecuencia tanto en el labio superior como en el inferior. Los síntomas prodrómicos, tales como quemazón, leve dolor y ligero escozor, suelen producirse unas horas antes de la erupción. Clínicamente, el herpes labial se caracteriza por la presencia de edema y enrojecimiento en el borde bermellón y la piel perioral, seguido de agrupaciones de pequeñas vesículas. Las vesículas pronto se rompen y dejan úlceras pequeñas rodeadas de un pequeño halo eritematoso que quedan cubiertas por costras color café y curan de forma espontánea en 5-8 días. Al coalescer forman grandes lesiones.
Las recurrencias se asocian frecuentemente a tensión psíquica, menstruación, exposición a la luz, condiciones climatológicas frías, traumatismo mecánico, etc. El diagnostico se suele basar en criterios clínicos.
El diagnostico diferencial se establece con lesiones traumáticas, sífilis primaria y secundaria, e impétigo.
El tratamiento. Es asintomático y se fortalece mediante la aplicación tópica de aciclovir.
Es una enfermedad vírica localizada, aguda e incapacitante causada por la reactivación de un virus latente de varicela zóster. El virus varicela zóster es el mismo de la varicela. El herpes zóster es la forma recurrente de una infección primaria de varicela. El herpes zóster afecta a las personas de edad avanzada, por lo general de más de 50 años, y rara vez a recién nacidos y niños. En la enfermedad de Hodgkin se produce un aumento de la incidencia de herpes zóster, así como en las leucemias, en otros canceres y en la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); lo mismo ocurre después de la administración de corticosteroides y otros fármacos inmunosupresores y durante la radioterapia. Clínicamente la primera manifestación de la enfermedad suele consistir en molestias y dolor neurálgico pre-eruptivo del dermatoma* afectado. También pueden producirse síntomas generales, tales como fiebre, malestar y cefalea. Transcurridos 2 a 4 días tiene lugar la fase eruptiva, caracterizada por la presencia de maculopápulas agrupadas en una base eritematosa que rápidamente forman vesículas y en 2 a 3 días producen pústulas. En 5 días las pústulas se convierten en costras y persisten durante 10 a 20 días. Durante varios días siguen apareciendo nuevas lesiones. Los ganglios linfáticos regionales suelen ser dolorosos al tacto y estar agrandados. La ubicación unilateral de las lesiones constituye la característica clínica más definitoria del herpes zóster. Existen factores precipitantes de la lesión: trauma, tumor asociado al ganglio afectado, radiación local, terapia inmunosupresiva, etc. Las manifestaciones orales pueden producirse cuando se afectan las ramas segunda y tercera del nervio trigémino. Con frecuencia, la afectación intraoral esta relacionada con lesiones cutáneas unilaterales de la cara. Las lesiones, extremadamente dolorosas, afectan principalmente la mucosa yugal y son casi idénticas a las lesiones cutáneas. Puede involucrar también la lengua, úvula, faringe, y laringe, respetando la línea media. Una sensación de picor y dolor, semejante a la pulpitis, precede a la las lesiones orales. Estas empiezan como grupo de vesículas unilaterales que se rompen en 2 ó 3 días y dejan ulceras rodeadas de una zona eritematosa amplia. Las ulceras curan en 2 a 3 semanas sin dejar cicatriz. La neuralgia del trigémino postherpética es la complicación mas frecuente del herpes zóster oral. En raras ocasiones, en pacientes inmunodeficientes, puede producirse osteomielitis, necrosis de la mandíbula o pérdida de piezas
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