Informe Boquitas Pintadas: Vanguardias

Informe Boquitas Pintadas: Vanguardias

Manuel Puig fue un escritor argentino nacido 1932 en General Villegas, Buenos Aires. En 1969 publica su segundo libro “Boquitas Pintadas”, una novela que cuenta la historia de Juan Carlos Etchepare, su vida, relación con distintas mujeres, y su muerte. Inspirado en el hogar de su niñez, Puig crea el lugar donde se lleva a cabo la novela: “Coronel Vallejos”, un pueblito que tiene como principal tesoro las apariencias, y como factor de producción los chismes.
A pesar de su trama “rosa” típica, Boquitas Pintadas es considerada por muchos como una obra vanguardista.

Una vanguardia es un movimiento artístico o filosófico caracterizado por la ruptura de las normas y reglas culturales asociadas a dicho arte. En esta obra el autor logra la innovación de la narrativa a través del uso de géneros discursivos primarios y secundarios  tales como recortes de revistas, avisos fúnebres, cartas privadas, reportes policiacos, o hasta anotaciones en el dorso de fotos. En conjunto nos muestran la historia, dando un efecto como de rompecabezas, en donde las piezas son todas distintas entre sí, abandonando la estructura clásica de la novela.

Manuel Puig rompe con el paradigma del folletín como género discriminado por las vanguardias. Previamente se consideraba al folletín como un género literario popular, sin mucha profundidad en cuanto al análisis del mismo. A simple vista puede resultar fácil dejarse llevar por esta creencia; ¿Cómo puede resultar innovador una pieza literaria basada en embelesar a la mayor cantidad posible de gente por medio de tramas y personajes que pueden considerarse “de molde”, genéricos? Sin embargo, Puig nos sorprende con la novedad en lo cotidiano. Hace desaparecer al narrador tradicional y lo reemplaza con la experiencia de los personajes, con sus pensamientos desordenados, con el dialogo por escrito entre dos de ellos manteniendo oculta una de las partes, o hasta por medio de una confesión religiosa. Rompe con la cronología y suspenso, recurso primordial del folletín clásico, y nos cuenta en la primer entrega la muerte del personaje principal, haciéndonos dudar si realmente escribió un folletín o una parodia del mismo.

Con estas razones, nos demuestra que las vanguardias no se reservan a un grupo específico de géneros, sino hasta donde los autores estén dispuestos a escribir.

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