Irène Némirovsky
nicovillamil7Informe12 de Abril de 2015
703 Palabras (3 Páginas)178 Visitas
Irène Némirovsky nació en Kiev, en 1903, en el seno de una familia judía rica que huyo de la revolución rusa, y se estableció en Francia. Hija única, Irène recibió una educación exquisita, aunque padeció una infancia infeliz y solitaria. Es una autora a la cual se le asocian la mayoría de sus obras con su experiencia de vida. El abandono y la indiferencia materna le llevaron a sentir un intenso odio, el cual refleja en el cuerpo central de al menos tres de sus novelas: El Vino de la Soledad, El Baile y Jezabel. Es reconocida por su testimonio (y testamento literario) de su novela inacabada “Suite francesa”, donde narra los horrores sufridos en la época nazi. Igualmente, “El baile” (escrita en 1928 y publicada en 1930) posee un fuerte enfoque biográfico: su conocimiento de la vida burguesa parisina, la distante relación con su madre, estuvo vinculada fuertemente al mundo de la cultura, los salones literarios y la vida social.
El baile, una novela escrita en tercera persona como suele hacerlo Némirovsky, narra un episodio de una familia de nuevos ricos. Habitantes de una hermosa mansión en Paris, los Kampf, una familia que salto de la pobreza a la riqueza de manera súbita, poseen todo lo que el dinero puede comprar, excepto lo más difícil de conseguir: el reconocimiento y vínculos con la alta sociedad francesa. Así pues, con el propósito de ello, la señora Kampf prepara un gran y lujoso baile para doscientos invitados, los cuales selecciona con extremo cuidado, enfocándose en su status social. Su hija, Antoinette, pregunta si podrá asistir, no obstante su madre le niega el permiso rotundamente. Herida por la prohibición materna de asistir al ágape, Antoinette, observa con amargura los preparativos y siente que ha llegado la ocasión de enfrentarse a su madre, que parece ser una persona diferente después haber dejado la pobreza. Desde entonces, tienen choques constantes, la señora Kampf lucha sin éxito en implementar esa fina etiqueta, digna de las más altas clases sociales en Antoinette, pero ella parece nunca aprender. Su hija, con una sola acción, tan impulsiva como espontánea, que tiene origen en el trato que le da su madre, provoca una situación que culminará en un final dramático y revelador.
Némirovsky condensa en pocas páginas en mi opinión una historia enfocada en Antoinette donde la difícil relación madre-hija, la pubertad y el ansia de reconocimiento social se funden y crean caos. Desde el punto inicial, la autora nos sumerge en el universo íntimo de la adolescente. Somos testigos de sus deseos, miedos, y otros sentimientos. Asimismo, las relaciones que sobrelleva con los adultos (padres, institutriz, la miss) marcarán un punto importante de la narración. Su madre se muestra como una persona autoritaria, histérica, grosera frente a su apocada y retraída hija, pero también ansiosa de reconocimiento social y de empezar a vivir su vida nueva como rica. En el transcurso de la novela, Antoinette, sufre cambios de ánimo con sensaciones de libertad, injusticia ante el desprecio, incomunicación, envidia y sobre todo ensoñaciones amorosas que son despertadas por la situación sentimental de miss Betty. A partir de estas, la joven experimentará fuertes pasiones: ansias de vivir, frustración, y deseos de venganza. Antoinette, con sutileza, descubrirá la debilidad y las deficiencias de los mayores, las cuales usará como arma para su venganza. Sin embargo, el inquietante final otorga un diferente enfoque, un gesto y unas palabras cariñosas lograrán dejar a un lado las diferencias y sacar palabras puras del corazón de una madre, alienada, por una sociedad burguesa a la que no pertenece.
Esta obra literaria a pesar de sus pocas páginas logra sumergir al lector en una trama interesante. El argumento se desarrolla de manera coherente, no le falta ni le sobra nada, transmite las emociones de los personajes de tal manera que se logra perder
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